• 2024-12-11
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Brava Mi Vecina...

El Externado en el que me hice abogado y que me ha honrado con responsabilidades académicas es distintos cursos, ha sido y será implacable con los episodios de fraude en cualquier tipo de evaluación o trabajo.

Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor titular de la Universidad Externado de Colombia.

Se pronunció nuestro Externado sobre la existencia de plagio en el trabajo presentado por dos estudiantes de una maestría de Figri. ¡Quién dijo miedo! Las afectadas, que sin duda tienen claro lo que hicieron, junto con algunos pocos defensores de oficio y malquerientes de esta centenaria casa, han iniciado una ofensiva mediática para tratar de ocultar, sin éxito, su protuberante falta y trasladar las culpas a la Universidad que las acogió en su proceso de formación.

El Externado en el que me hice abogado y que me ha honrado con responsabilidades académicas es distintos cursos, ha sido y será implacable con los episodios de fraude en cualquier tipo de evaluación o trabajo. No ha tenido consideración de ninguna naturaleza, ni la tendrá como tampoco sesgo alguno a la hora de actuar.

En el caso que nos ocupa y por cuenta de una denuncia de un colectivo dedicado a detectar fraudes de personajes de la vida pública, el Externado hizo lo que correspondía. Ubicó el trabajo final, remitido por las estudiantes a su director de tesis y por este a la Facultad –lo que deja sin piso uno de los desesperados argumentos de las ex estudiantes- y lo sometió al dictamen de un reconocido experto en derechos de autor. El resultado fue contundente. Se verificó un plagio evidente y monumental. Como hoy la Universidad carece de competencia para sancionar la falta de quienes ya no son sus estudiantes, respetuosa de las garantías de las afectadas, procedió con la compulsa de copias a las autoridades y anunció la demanda de las decisiones propias por virtud de las cuales, al parecer fraudulentamente, se les concedió el título de magister.

Juan Pablo Estrada, profesor titular de la Universidad Externado de Colombia.

De suerte que la responsabilidad es exclusiva de quienes sabedoras de las consecuencias de plagiar lo hicieron para graduarse como magister. Ahora deberán demostrar lo que ruidosamente con la ayuda de asesores pagados y gratuitos han venido arengando por todas partes, incluida la indefensable tesis de la confianza legítima, olvidando que el plagio es, además de una falta a la ética, una infracción que sanciona nuestra ley penal. Es, dicho de manera sencilla, el robo de las ideas ajenas.

Dicho lo anterior, como gallardamente lo aceptó la Universidad en el comunicado en el que informó del resultado de sus verificaciones y anunció lo que haría, toca revisar con rigor todos los procedimientos administrativos y académicos que deben adelantar quienes pretenden ser graduados de cursos de posgrado en el Externado. En efecto, todo parece indicar que en la anterior administración de Figri se relajaron y pudieron facilitar el reprochable proceder de dos estudiantes.

Toca empezar por revisar el procedimiento de admisión a posgrados en todas las facultades. Por cuenta del afán de lograr el famoso “punto de equilibrio” de los cursos que se ofrecen, no podemos convertirnos en un lavadero de diplomas. No importa de qué universidad sean los candidatos, hay que verificar sus calidades. En todas partes se cuecen habas. También se deben verificar las condiciones de quienes dirigen cursos de posgrado y, desde luego, la de quienes asumen la responsabilidad de dirigir trabajos de grado. Si en el caso que nos ocupa se detectan otras fallas en Figri, que al parecer las hubo, que los responsables respondan. Por lo pronto, la actitud de las implicadas en este enojoso suceso me recuerda la sentencia de la sabiduría popular “brava mi vecina porque se robó mi gallina”.

Posdata.  Si es cierto que la decana de Derecho a su palmarés de desaciertos le sumó el de dejar vencer las acreditaciones de las maestrías de la Facultad, debería dar ya el paso al costado y dejar de abusar de la generosidad de la nueva administración que le sigue dando tiempo para que “organice su pensión”, es cuestión de dignidad.

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