Un balance necesario
Le quedan las horas contadas a la administración saliente de la Universidad Externado que deja la sagrada heredad con muchos problemas y hondas fracturas que el nuevo rector Hernando Parra tendrá la inmensa responsabilidad de superar.
Un balance necesario
Le quedan las horas contadas a la administración saliente de la Universidad Externado que deja la sagrada heredad con muchos problemas y hondas fracturas que el nuevo rector Hernando Parra tendrá la inmensa responsabilidad de superar.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Terminó por fin el extenso y tortuoso proceso para elegir nuevo rector de la Universidad, del que quedan algunas lecciones que es preciso registrar para que no se olviden pronto.
Lo primero que hay para destacar es que fue evidente que el rector Henao, la secretaria general, Marta Hinestrosa; la decana de Derecho, Adriana Zapata; el lánguido, incompetente y disociador asesor de rectoría, Edgar Cortés; y, en general, la totalidad de los decanos y funcionarios dependientes hasta emocionalmente del quinto piso, no fueron imparciales. No digo que este mal que hubiesen tenido candidato, porque ese era su derecho, sino que de muy diversas maneras usaron sus parcelas de poder para influir en la elección, pero tampoco les resultó.
No entendieron los mensajes que dejaron las dos últimas elecciones: para elegir representantes de los profesores en el consejo directivo, fue estruendosa la derrota que sufrió la lista prohijada por Henao y su equipo; y más tarde, en la consulta con los nombres de los candidatos a rector las dos preferencias inocultables del mismo grupo que pretendía perpetuar su dominio en la Universidad, quedaron en penúltimo y último lugar, respectivamente.
Si hubo elecciones y si ganó quien no era apreciado por las actuales directivas ello fue a pesar de Henao y su grupo, quienes se van desprestigiados y derrotados de la cúpula de la Universidad que no honraron y que, por el contrario, sumaron en una grave crisis que requerirá de muchos años para superarse.
En efecto, los últimos acontecimientos de esta elección de rector estuvieron marcados de intrigas y hasta de campañas de desprestigio y descalificación. Por ejemplo, la que intentaron algunos, obviamente aupados por Henao, al difundir la especie malintencionada de que Hernando Parra, el candidato que había ganado la consulta entre profesores y estudiantes, no podía ser nombrado rector porque no tenía título de doctor, que en cambio sí detentaba el aspirante preferido de las instancias de poder, Edgardo Maya, porque su título otorgado hace casi 50 años lo convirtió en doctor en Derecho.
A estas estrategias de pésima factura humana descendieron mezquinamente quienes creyeron que esta vez el Externado se iba dejar convencer por el miedo o la desinformación. El consejo directivo terminó escogiendo la única opción posible, más por el temor de que de haber procedido de manera distinta la Universidad se habría sublevado, que por la convicción de que los aspirantes del régimen no calaron porque no convencieron.
Lo otro que queda claro de este dispendioso proceso electoral es que al rector del Externado no lo escogen las salas de redacción de los noticieros radiales o de televisión. Cero y van dos. Hace nueve años el noticiero de televisión CMI se empeñó en una campaña orientada a que el escogido para suceder al doctor Hinestrosa fuese Jaime Bernal. Entonces personalmente dirigí una asamblea improvisada para protestar por esa forma como se estaba eligiendo nuestro rector, y esa noche, cuando el ambiente ya estaba inflamándose, el consejo directivo cuasi vitalicio optó por designar a Juan Carlos Henao. El remedio resultó peor que la enfermedad, pero hubo rector. En esta elección de 2021 fue notoria la injerencia de varios periodistas, pues hubo hasta quienes daban por hecho que el rector sería Edgardo Maya, dizque porque jamás había perdido una elección. Aseveración inexacta porque Maya nunca antes se había sometido a un proceso electoral, esta era, como el Titanic, su primera experiencia. Es cierto que antes fue nombrado en otros importantes cargos, pero fue escogido en universos más reducidos y propensos a la política.
En todo caso es bueno que los medios hayan salido derrotados y que aprendan la lección. El Externado no sucumbe a las cábalas partidistas y a veces interesada de ciertos comunicadores que amparados en la libertad de expresión promueven sus personales agendas políticas.
Sale muy mal librada la Facultad de Comunicación y su decana Luz Amalia Camacho, pues no solo se hicieron los de la vista gorda con este esfuerzo periodístico de haber fundado EL RADICAL, que sea dicho de paso, es el único medio al interior de la Universidad, sino que luego de tres años de estar informando a la comunidad los avatares padecidos en la rectoría que ya casi expira, nunca consideró relevante destacarlo ni ofrecerlo como ejemplo para los estudiantes. Se funda un medio en el Externado, por primera vez en su historia, consigue llegarle a toda la comunidad externadista, y la Facultad de Comunicación lo ignora, porque su decana no supo distinguir sus responsabilidades históricas de sus intereses burocráticos.
Ahora se anuncia que un grupo de profesores de tendencia conservadora y de derecha aspiran crear un periódico de oposición al rector Hernando Parra que al parecer pretenden denominar “La Humareda”, nombre de ingrata recordación para los radicales fundadores del Externado. Que les vaya bien es mi personal deseo y que ojalá los tiempos que empiezan a soplar no sean los mismos de la intolerancia y la estigmatización que tuvimos que enfrentar al fundar EL RADICAL. Veremos si ese esfuerzo periodístico cuenta o no con el apoyo y respaldo de la decana de comunicación, porque a EL RADICAL nos aplicó la conspiración del silencio. ¡Bienvenido sea!
Le quedan las horas contadas a la administración saliente que deja la sagrada heredad con muchos problemas y hondas fracturas que el nuevo rector Hernando Parra Nieto tendrá la inmensa responsabilidad de superar. Perdieron la oportunidad histórica de haber conducido una rectoría de transición que hubiere situado al Externado en sitio de privilegio en el respeto académico y no convertirlo en un botín para satisfacer apetitos personales.
Por lo pronto, continuaremos escribiendo en estas páginas libérrimas y autónomas, desde las cuales personalmente estaré atento a criticar los yerros y aplaudir, sin fanatismos y sin propiciar culto a la personalidad de nadie, los aciertos.