En El Radical hemos invitado a las cuatro listas que participarán, el próximo martes 29 de octubre, en la elección de las y los representantes de profesoras al Consejo Directivo de …
En El Radical hemos invitado a las cuatro listas que participarán, el próximo martes 29 de octubre, en la elección de las y los representantes de profesoras al Consejo Directivo de …
En El Radical hemos invitado a las cuatro listas que participarán, el próximo martes 29 de octubre, en la elección de las y los representantes de profesoras al Consejo Directivo de …
Las propuestas de algunas listas al consejo directivo del Externado fueron un simple cascarón de locuacidad artificial para ocultar su intención de que todo siga como está. En otras listas, por el contrario, brilló el Externado ese que enamora y compromete.
Las propuestas de algunas listas al consejo directivo del Externado fueron un simple cascarón de locuacidad artificial para ocultar su intención de que todo siga como está. En otras listas, por el contrario, brilló el Externado ese que enamora y compromete.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Concluye la campaña para la renovación del consejo directivo de la Universidad. Una campaña atípica porque se adelantó a distancia y en línea, sin posibilidad alguna de café o tertulia entre los aspirantes y sus eventuales electores, y también atípica por las prevenciones excesivas e innecesarias de los organizadores en los pocos debates que se abrieron, los cuales suscitaron más bostezos que acaloramiento y más resignación que esperanzas. En fin, es lo que ocurre cuando una comunidad académica se desentiende de la deliberación y el debate como ejercicio continuo del quehacer intelectual y prefiere hacerse complaciente con el statu quo.
Algunas listas intentaron ocultar mediante videos vistosos y afiches de diseño colorido su falta de ideas y propuestas atractivas para dirigir la Universidad. No estaría de más que esos cabezas de lista le dieran una lectura al clásico Traje Nuevo del Emperador del genial Christian Andersen. Es un cuento infantil corto. No requiere de gran esfuerzo. En cualquier caso, hay versiones animadas en Youtube, por si a su criterio leer ya hubiera caído en desuso. Otras acudieron a esa palabrería ampulosa e inconsistente tan a la moda, que no concibe un párrafo sin términos como “emprendimiento”, “innovación”, “competencias globales”, “universidad del futuro” (a propósito, colegas de la lista cuatro: el siglo veintiuno ya comenzó hace veinte años, no está por venir), y otros del mismo estilo, entre los que no podían faltar “flexibilidad” y “nueva realidad”, todos los cuales tienen en común dos cosas: no significan nada y son totalmente acríticos. Del mismo cuño son esos eslóganes que llaman a la unidad, pero cuyos miembros no soportan las críticas y que simplemente intentan invisibilizar los problemas de la Universidad con otra supuesta palabra mágica que evade el debate: evitar la polarización.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Las listas se ufanaron de tener listo un proyecto de estatuto profesoral, pero se cuidaron de comprometerse con que el salario de los profesores no pierda progresivamente capacidad adquisitiva; se refirieron a las cuantiosas pertenencias de la Universidad en el grupo Bolívar (algunos lo llaman “patrimonio de respaldo”) pero fueron intencionalmente resbalosas para proponer algo concreto que se deba hacer con todo ese dinero; algunos nos dieron clase no pedida sobre inhabilidades e incompatibilidades sin ver la viga en el ojo y otros más prefirieron pontificar sobre sus planes a treinta años cuando se presentan a un cargo apenas bienal. Puras palabras hueras.
Así que los votantes, a muchos de los cuales conozco y no tienen un pelo de tontos, seguramente se habrán fijado más en el talante personal de los candidatos, en su trayectoria y en eso que los viejos llamaban “don de gentes”, así como en la composición heterogénea de las listas. Habrán notado también los contrastes entre la actitud dialogante y propositiva de unos frente a la arrogante y bloqueadora de otros, y evidentemente habrán percibido quiénes se expresan con espontaneidad y quienes tienen instrucción de no salirse de un libreto preconcebido. Probablemente eso va a decidir el voto de todos esos maestros inconformes de nuestro querido Externado, que han mantenido el lustre y el rigor sin estridencias, con evidentes temores ante la deriva de la Universidad, pero sin dejarse amilanar por esa circunstancia.
No puedo dejar de agradecerle a Richard Tovar, mi Profesor de sociología del derecho hace ya casi ocho lustros, pero a quien no le pasan los años, por su discurso, ese sí sustancioso, lúcido y vanguardista, con el que se comprometió en una de las reuniones en línea de los días pasados. Sus ideas sobre el rescate de la Universidad laica, progresista, comprometida con sus estudiantes y con la sociedad y su irreverencia frente a las autoridades eran lo que yo necesitaba escuchar sobre mi Universidad, mi facultad y mi trabajo. No creo haber sido el único que lo apreció. Ojalá le alcancen los votos para ser nuestra voz en el consejo directivo. En todo caso, gracias Prof. Richard por esa nueva lección y por haberme hecho sentir de nuevo en casa.
El simulacro de votación del 24 de septiembre evidenció que no hay garantías de que el voto será secreto. Las elecciones deberían aplazarse y hacerse de forma presencial. Llegó la hora de fundar el sindicato de profesores.
El simulacro de votación del 24 de septiembre evidenció que no hay garantías de que el voto será secreto. Las elecciones deberían aplazarse y hacerse de forma presencial. Llegó la hora de fundar el sindicato de profesores.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Llegamos al final de las anheladas votaciones para elegir representantes de profesores al consejo directivo del Externado, y la verdad no puede decirse que hay tranquilidad en lo que ha de pasar, por muchísimos factores.
Empiezo por el más reciente suceso preocupante del que he sido testigo, que definitivamente amenaza la pureza de estas jornadas eleccionarias. En efecto, participé del simulacro de votación realizado el pasado 24 de septiembre comprobando, no solo su complejidad, sino además que no hay garantías de que el voto será secreto. Recorrí los pasos de ese simulacro y quedé sorprendido y alarmado de que al terminar el sistema mostró en la pantalla una imagen que informaba que el proceso de votación había terminado satisfactoriamente, pero, atérrense, igualmente mostraba el sentido del sufragio.
Si este simulacro nos mostró el sentido del voto de cada quien, eso constituye una amenaza subliminal de que quienes voten no tienen garantizado que su voto será secreto. Esta es una forma de intimidar y de desincentivar a quienes quisieran sufragar por una lista no oficialista – que sí las hay – y escojan aquellas que se sabe han sido concertadas o aprobadas por la rectoría, la secretaria general o la decanatura de derecho.
Las elecciones bajo esa preocupación no deberían realizarse, sino que deberían aplazarse y ejecutarse próximamente en forma presencial, no virtual. No constituye garantía la virtualidad de unas elecciones manejadas por empresas escogidas a dedo por las directivas de la universidad, que al realizar un simulacro han dejado en evidencia que el voto de cada quien puede ser conocido. ¿Por qué si la propia institución está intentando restablecer la presencialidad en las aulas insiste en unas elecciones virtuales, que en el simulacro mostraron su fragilidad? ¿Por qué si la universidad tardó casi un cuarto de siglo para convocar a estas elecciones, no podía postergarlas unos días o un mes, para que se realicen presencialmente y sin los vericuetos de una virtualidad que dificulta sufragar y que no permite afirmar que esta contienda electoral será transparente?
Ramiro Bejarano, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Pedro dejando de lado la amenaza de fraude, lo cierto es que el debate electoral no fue un proceso franco, amplio, con oportunidades para identificar cada programa y, sobre todo, sin espacios para que la comunidad externadista pudiera preguntar libremente y los candidatos responder. Por ejemplo, nos quedamos sin conocer la respuesta de Luis Fernando López Roca, candidato de las directivas, a lo manifestado en la sección EL RADICAL PREGUNTA, sobre sus impedimentos, al menos éticos, para aspirar al consejo directivo siendo miembro suplente de la Junta Directiva del Grupo Aval, competidor del Grupo Bolívar.
Lástima que no hubiere existido un espacio para referir esta anécdota que muchos externadistas deben ignorar y otros la han olvidado: en efecto, hace unos años hubo una puja muy publicitada entre el Grupo Aval y el Grupo Bolívar por tomar el control y propiedad del Banco de Bogotá, la cual fue divulgada en medios de comunicación por tratarse de una operación de gran calado.
En aquella época el profesor Daniel Manrique Guzmán, un externadista de todas las horas y gran catedrático, profesionalmente se desempeñó como asesor de Luis Carlos Sarmiento, mientras que el Rector, doctor Fernando Hinestrosa, estuvo del lado de José Alejo Cortés, cabeza del Grupo Bolivar. La ardua disputa fue resuelta en favor del Grupo Aval, que desde entonces es el dueño del Banco de Bogotá.
Pues bien, hace un par de años murió el doctor Daniel Manrique Guzmán, y extrañado le indagué al Rector Henao por la postura tan fría de la Universidad ante la partida del inolvidable profesor de Comercial y Sucesiones, a lo cual respondió que él había osado enfrentarse al Rector en la disputa por el Banco de Bogotá. No estuve de acuerdo con esa censura, pero era evidente que son estos los tiempos de la revancha. Pero ahora nadie se ha preguntado, menos el candidato interesado, cuál sería su postura en el consejo directivo si mañana se suscitase otro enfrentamiento de algún grupo económico contra el Conglomerado Bolívar. La campaña debió haber propiciado ese espacio y el candidato López Roca debió haber tenido la gallardía de pronunciarse, pero no, fue mejor el silencio.
Tampoco hubo oportunidad de que se aclararan los términos del derecho de petición del exalumno Juan Simón Vásquez, formulado en 2018, quien manifestó que un abogado penalista profesor de la Universidad había sugerido contratar una empresa de inteligencia, obviamente para recaudar información no de sus obsecuentes amigos sino de quienes discrepan.
Tampoco hubo oportunidad de que el agresivo candidato de los penalistas a consejo directivo, Gerardo Barbosa, dijera si tenía o no conocimiento de este suceso, pues siempre adoptó una estrategia de litigante de baranda de no intervenir al menos en las asambleas convocadas por la Comisión de Impulso, salvo al final, en el último minuto, cuando pedía la palabra para soltar sus puyas que no pudieran ser respondidas. Lo cierto es que la secretaria general que respondió la petición del exalumno Vásquez, le expresó que cuando se hiciera una auditoria ello sería informado, y al sol de hoy no ha habido ni auditoría ni respuesta sobre este delicado asunto.
En lo personal no creo que las listas en las que estén figurando candidatos que propusieron o suscribieron el malhadado comunicado contra quienes representamos una opción disidente, puedan traer concordia, reconciliación ni un buen futuro para el Externado. Por el contrario, lo que se ve venir si triunfasen esas listas donde se han camuflado varios de estos inspiradores y firmantes del comunicado de la infamia, lo que el Externado vivirá será una purga y una persecución indiscriminada contra todo aquel que no se arrodille. Si fueron capaces como simples espectadores de inventarse ese comunicado alevoso, ya con poder en el consejo directivo ejercerán su fuerza para aniquilar, como lo intentaron con ese panfleto insidioso y desleal.
Personalmente creo que la gran crisis de este Externado no se resolverá con el advenimiento de un nuevo consejo Directivo, ni siquiera si no hubiese fraude en estas lecciones. El problema estructural del Externado es muy grave y empieza por remover los cimientos de una secretaría general caduca y abusiva que ejerce un poder omnímodo y dictatorial en favor de su cauda. Podemos elegir el mejor consejo directivo, pero mientras la secretaria general siga en poder de quien hoy la ejerce, no habrá paz, ni orden, ni transparencia, ni progresos de ningún orden en el Externado.
Están dadas las condiciones necesarias para que se concrete la idea que se viene comentando soterradamente de fundar un sindicato de profesores, que permita asegurar la estabilidad que se ve amenazada ahora y muy pronto si llegan al consejo directivo quienes antes por la vía de ese comunicado insolente y atrevido, pretendieron aplastar las voces independientes y exponerlas a la picota. Desde esta tribuna proponemos a la comunidad externadista esta opción libertaria de la creación de un sindicato.
En fin, ha sido un proceso electoral tan accidentado que hasta hemos visto este extraño y arrogante documento de talante monárquico y de dinastía decadente, invocando las tradiciones del Externado que el doctor Roberto Hinestrosa promovió en redes en los últimos días[1]. Personalmente no entendí ni el sentido ni menos la oportunidad de esa recordación justamente en la antesala de las elecciones nada claras que se avecinan.
No se le pueden pedir peras al olmo, dice el refranero popular. No hay garantías en las elecciones del 30 de septiembre. Sin embargo, en temas electorales, nada está escrito. Ojalá las listas independientes den el palo.
No se le pueden pedir peras al olmo, dice el refranero popular. No hay garantías en las elecciones del 30 de septiembre. Sin embargo, en temas electorales, nada está escrito. Ojalá las listas independientes den el palo.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Veinticinco años después de lo previsto se va a renovar el consejo directivo. La comunidad externadista esperó con excesiva paciencia. Tuvieron que pasar muchas cosas y más de un año de reclamos fundados desde las tribunas de EL RADICAL para que Henao, con el permiso de los “guardianes de la heredad”, se atreviera a convocar las elecciones.
El esfuerzo de tantos por lograr espacios de democracia y debate debería ser motivo de regocijo. Lamentablemente, Henao que, como dicen en España los contradictores del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), solo acierta cuando rectifica, no logró hacer un proceso que convenza.
La victoria casi segura de las listas oficiales la van a lograr a punta de marullas, maniobras e intrigas. Son los rezagos de una dictadura blanda de casi cuarenta y cinco años que ha lesionado para siempre al Externado. Solo los Castro, en Cuba, han estado el mismo tiempo en el poder.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
En efecto, ¿qué necesidad había de que la responsable del proceso electoral fuera la Doctora Martha Hinestrosa, poderosa Secretaria General, que no dicta clase y no ha hecho un memorial en su vida, cuando tiene tantos intereses en juego? ¿Qué necesidad había de inventarse reglamentos y criterios a punta de gimnasia interpretativa de los estatutos? ¿Qué necesidad había de insistir en votaciones virtuales cuando Bogotá funciona con normalidad? ¿Qué necesidad había de andar llamando a directores de departamento para que “conversen” con sus incondicionales? y ¿Qué necesidad había de pasar por encima del consejo y contratar a las volandas a los que “harán” las elecciones? Todo eso sobraba.
Pero, sobre todo sobraba el sugestivo simulacro en el que al final se concretó el mensaje para muchos “sabremos por quién votó”. Nadie votará tranquilo. Si siguen sin desmentir el interés por contratar detectives, ¿quién garantiza que el contratista de bolsillo no les pase el reporte? Ganarán, pero no van a convencer.
Muchos inconformes votarán por miedo, pensando con el estómago, porque temen que los desconecten de la sonda que los une a la tesorería del Externado, becarios, docentes de medio o tiempo completo, que tienen garantizado arrancar el mes con un saldo en la cuenta que en la calle cuesta levantar. Esos no se van arriesgar a que el software deje rastro.
No podré votar. El censo no se actualizó. He sido profesor en pregrado, posgrado y maestría desde el 2002. Este semestre regento una intensificación en quinto año y no he dejado de dictar mis clases en posgrado. Así lo acreditan las notas que he reportado, los preparatorios que he hecho, las publicaciones en las que me han invitado a participar en estos diez y ocho años. Soy orgullosamente externadista para todo, menos para elegir a mis pares en el consejo: dejo constancia de ese abuso para los fines que sea, pero sobre todo para la historia.
No se le pueden pedir peras al olmo, dice el refranero popular. Son unas elecciones con el sello de Henao y Martha, que juegan con los dados cargados. En todo caso, en temas electorales, decía mi abuelo “hasta que no se frita la última empanada no se sabe qué manteca queda”. Ojalá las listas independientes dieran el palo. Soñar no cuesta nada.
Profesores: nuestros estudiantes, egresados y la comunidad externadista en general, tienen puesta su mirada optimista en quienes vamos a participar en este proceso democrático. Tenemos ahora un compromiso in solidum con todos ellos.
Profesores: nuestros estudiantes, egresados y la comunidad externadista en general, tienen puesta su mirada optimista en quienes vamos a participar en este proceso democrático. Tenemos ahora un compromiso in solidum con todos ellos.
Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Los profesores del Externado estamos convocados para cumplir una gran cita con la democracia el próximo 30 de septiembre. Luego de 22 años tendremos la oportunidad de elegir el cuerpo directivo que trazará los designios de nuestra querida Casa de Estudios para los próximos años.
Ese día, cada docente podrá manifestarse con su valioso voto, bien por la continuidad de un anquilosado estilo administrativo, o bien por una promoción de cambio hacia un Externado unido, dinámico, renovado y tolerante, dispuesto a asumir los desafíos que nos impone el futuro con la voz de todos. Este es el momento de despertar nuevamente entre nosotros la mística que un día nos animó, y de avivar el orgullo de sentirnos externadistas.
Hernando Parra, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
El voto para los docentes significa el reconocimiento de un derecho, y de allí la consecuente obligación de practicarlo conscientes de su capacidad determinante en la suerte de nuestra institución. Debemos ejercerlo libremente, bajo la convicción de que es secreto y que por ende nadie podrá censurarnos por su sentido. Ese voto además nos protege, al permitir la expresión más genuina y directa de nuestro querer interior, pero también nos legitima para esperar con fundamento y para exigir de los elegidos cuando quiera que esa esperanza intente desvanecerse.
Hemos de tener presente para este ejercicio electoral, que el consejo directivo, según la interpretación sistemática de los estatutos vigentes, está llamado a ser el órgano encargado no solo de disponer las políticas estructurales de la Universidad, sino también de adoptar las decisiones trascendentales de la misma, y de expedir los reglamentos esenciales para su funcionamiento. Así pues, su rol no es meramente consultivo, y por esta razón ha de resaltarse la importancia de comprender que nuestro voto no es para elegir simples consejeros, sino verdaderos responsables de administración universitaria, asimilados en un todo a la figura que cumplen los miembros de una Junta Directiva en otras personas jurídicas, con la asunción de los deberes y responsabilidades atinentes a tal dignidad.
Profesores: nuestros estudiantes, funcionarios administrativos, egresados y la comunidad externadista en general, tienen puesta su mirada optimista en quienes vamos a participar en este proceso democrático. Tenemos ahora un compromiso in solidum con todos ellos, y en consecuencia debemos honrarlo.
La lucha por simples intereses individuales avergüenza, en cambio sí es por intereses colectivos enaltece.
Por: Saúl Sotomonte.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Nuestra universidad atraviesa una coyuntura muy delicada de cuyo manejo depende en gran medida que la institución vuelva a hacer visible su tradición, valía e importancia para el país. Esta gran tarea quedará en manos del nuevo consejo directivo que resulte elegido en la próxima contienda electoral.
Hablamos de “La Fractura”, porque así no se quiera reconocer, hay quienes piensan más en sus intereses y el de sus protectores, y otros que a toda prueba defendemos a la institución por encima de los intereses particulares. Ni Nicolás Pinzón W. fundador, como tampoco su recuperador después del cierre, Diego Mendoza Perez, pensaron en que ésta pudiera convertirse por sus privilegios en un bien materia de una herencia. Quizá el Maestro Ricardo Hinestroza tampoco pensó así, pero con su valía y reconocimiento lo sucedió en la rectoría su hijo Fernando Hinestroza, quien acompañado de importantes profesores logró con su gestión crecer no solamente su prestigio personal sino en gran medida el de la institución. Desafortunadamente no la dejó institucionalizada y con su desaparición se sintió un vació de poder en el que surgieron los diversos pretendientes del mismo.
El Doctor Henao lo sucedió en el cargo, pero no llegó con un proyecto de universidad, tanto que no presentó iniciativa alguna en ese sentido y tampoco le dio paso a cualquiera de las nuestras. No obstante, al final del período una nueva mayoría en el consejo directivo logró derogar la ley del silencio, dando lugar a que la administración entregará información completa de las cuentas y copia física de las actas del consejo directivo, las que deben ser gravadas, y así mismo se aprobó un proyecto de estatuto de control de la gestión interna.
Saúl Sotomonte, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Dada la liquidez que se tenía, se contrató la construcción del nuevo bloque, se actualizaron los sistemas y otras varias cosas necesarias, pero nunca se trabajó sobre cuál debería ser el paradigma institucional. Además de su figuración personal, el actual rector se ocupó de la paulatina entrega del poder administrativo, académico y patrimonial como si se tratara de un legado.
En el grupo de aspirantes al nuevo consejo directivo, a quienes les deseamos éxitos, se encuentra gente valiosa, de quienes esperamos que en el caso de ser elegidos se dediquen a la defensa de los intereses institucionales.
En el fondo del debate se enfrentan dos bloques de la fractura. Varios de sus integrantes por indiferencia o necesidad ignoran que lo que están defendiendo no es lo legítimo. Desafortunadamente el nuevo consejo directivo nace con problemas que lo debilitan y que esperamos sean superados. De una parte, la claridad en su elección y de otra, el esquema de trabajo que recibe. En lo primero, la Comisión Electoral, para que la elección sea transparente y realmente democrática, exige a los decanos y demás directivos que no intervengan ayudando o vetando nombres, pero sí permite que sean candidatos. Esta es toda una contradicción y un manifiesto acto de ingenuidad. ¿Qué se espera, que digan que no voten por mi y así animen a los electores a votar por los demás? El sólo hecho de ser decanos o directivos les da un poder subliminal sobre los profesores que dependen de sus unidades. ¿Cuáles son las consecuencias de violar la prohibición?
El otro problema radica en el hecho que heredan el sistema actual en donde decanos y directores tienen un nivel de dependencia mayor respecto del rector que un simple profesor. Ganan más, tienen mayor figuración y poder sobre los profesores, circunstancia que les hace perder independencia. Como también son ordenadores del gasto, en el consejo directivo participan en la aprobación de las cuentas, no obstante ser las propias, generándose así un conflicto de intereses que ponen en duda la claridad en su aprobación, especialmente cuando las mayorías se integran con su voto. Práctica que combatí sin éxito alguno. Por tener las dos calidades puedo hablar del tema con alguna autoridad.
Finalmente, con la debida consideración, le pido al nuevo consejo directivo que, buscando la unidad con fundamento en los verdaderos valores como la ética, la transparencia y la democracia trabaje por la recuperación institucional, en cuyo caso y bajo esas líneas estaremos prestos a colaborar en lo que nos corresponda. Superemos la práctica nacional de vivir en la contradicción para poder existir y en su lugar busquemos solucionar de manera legítima y racional la fractura.
La primera semana de campaña electoral en la Universidad Externado de Colombia comienza a mostrar el perfil de las listas y de los candidatos al consejo directivo.
La primera semana de campaña electoral en la Universidad Externado de Colombia comienza a mostrar el perfil de las listas y de los candidatos al consejo directivo.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Durante la semana que corre he participado en tres reuniones, todas por Zoom, con los muchos candidatos y las pocas candidatas de varias listas a la representación profesoral en el consejo directivo de la Universidad. La primera fue un debate general organizado por la comisión electoral, en el que a decir verdad no hubo debate, principalmente porque todas las personas que intervinieron estaban demasiado prevenidas y libreteadas, aunque también por la rigidez excesiva de las normas sobre sorteo de turnos y uso de la palabra, que terminaron asfixiando cualquier posibilidad de deliberación de mejor calidad.
Las otras dos han sido reuniones abiertas a la comunidad universitaria, convocadas por las listas “uno” y “tres”, respectivamente, y resultaron más espontáneas, dialógicas y útiles. No podrían llamarse “debates” en el sentido de que sólo comparecían los candidatos de la lista convocante, pero sí lo fueron en cuanto hubo intercambio amplio de criterios y posturas sobre la Universidad y discernimiento sobre estrategias para superar la encrucijada actual del Externado. A diferencia del debate general, en estas dos reuniones el ambiente fue de colegaje dentro de un espíritu crítico que personalmente aprecié como constructivo y hasta fraternal.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Algunos detalles del debate general resultan significativos. Por ejemplo, es evidente que en la lista de “sólo derecho”, habían convenido que fuera el veterano Prof. Augusto Hernández quien atendiera las principales intervenciones, a pesar de que a él lo ubicaron en el sexto y último renglón de la lista, es decir, sin ninguna posibilidad de salir elegido. El Prof. López Roca, que la encabeza, apenas nos permitió escucharle un par de palabras para algún asunto insular o para pedirle a Hernández que respondiera. Tanto en esa lista como en la encabezada por el decano Beltrán, se apreciaba una extrema cautela para presentar del modo más dulce posible los evidentes desatinos del actual gobierno de la Universidad, que ya ellos no logran ocultar. Todas las listas manifestaron que es imperioso un estatuto profesoral contemporáneo y todas cumplieron con el ritual de manifestarse a favor de la investigación. Prácticamente eso fue todo.
La reunión convocada por la lista tres, encabezada por el Prof. Duarte, fue una ocasión muy interesante para intercambiar criterios sobre la investigación en el Externado, más allá de las obviedades del anterior debate, con análisis de información relevante y en un ambiente constructivo. También se hizo evidente la preocupación frente a la deserción estudiantil, las inequidades de la política laboral de la Universidad y la tremenda fortaleza académica y humana que la Universidad tiene en su cuerpo docente. La reunión fue saboteada por hackers y tuvo que interrumpirse abruptamente. Se reanudó una media hora después mediante un nuevo enlace de zoom cuyos datos apenas nos alcanzaron a comunicar a algunos y, por tanto, ya obviamente con el quórum disminuido. Hice varias preguntas y recibí respuestas interesantes, aunque me parece que quedó pendiente algo más explícito sobre lo que tienen pensado del perfil del nuevo rector o rectora. Aprecié que entre los asistentes a la reunión hay un notable fervor y compromiso con la facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales. La presencia en la reunión de varios profesores de amplia trayectoria y relieve público le agregó seriedad al evento, a pesar del sabotaje que no me pareció nada casual.
Por último, la reunión convocada por la lista uno, encabezada por el Prof. Tremolada, me sorprendió porque allí sí que surgió el clamor de esa “enorme minoría” de profesores que se siente mal tratada por la administración universitaria con sus contratos temporales y precarios, con la tacañería con la que se atiende cualquier iniciativa docente, con el trato desigual entre facultades, en fin, con la necesidad de un cambio significativo en el régimen profesoral y con una modernización genuina del Externado. Se habló también de investigación y quedaron entre el tintero varias iniciativas al respecto. Personalmente tenía algunas preguntas para hacerle a los candidatos, pero ante el caudal de propuestas e inquietudes que surgían tanto en el diálogo de viva voz como en el “chat del zoom”, preferí tomar notas, pues supongo que habrá más oportunidades para compartir ideas. Creo que en todas esas reflexiones que, por supuesto surgían de modo un tanto desordenado, se asoma un futuro promisorio para la Universidad. Me quedó la impresión de que los candidatos respondieron con solidez argumentativa a las cuestiones que les plantearon. Podría decirse que en esta reunión había más tropas que generalato, y eso le dio a la misma un talante reivindicativo que hace mucho echaba de menos en mi querido Externado. Seguiremos opinando.
El Doctor Gerardo Barbosa seguirá pensando que los miembros de EL RADICAL queremos la plata del Externado. Será cierto que le recomendó a la Secretaría General contratar una firma para recabar pruebas y hacer investigaciones.
El Doctor Gerardo Barbosa seguirá pensando que los miembros de EL RADICAL queremos la plata del Externado. Será cierto que le recomendó a la Secretaría General contratar una firma para recabar pruebas y hacer investigaciones.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
No, el nuestro no es el Fiscal General que dicho sea de paso ya no se identifica como externadista como lo hacía en el pasado reciente. Ahora es sergista. Es la de moda y es su alma mater. Pero por acá estuvo y varios sabrán “cobrar” ese periplo. Porque en una de las mayores contradicciones de nuestro Externado se reclutan profesionales de otras universidades y se les hace externadistas por adopción, pero impiden que los nuestros puedan descollar en otros centros educativos. Un pendiente más del Dr. Henao, muy a pesar de que cuando era mortal y no levitaba, padeció tamaño abuso al ser invitado por la Universidad Javeriana a dictar clase. Pero no nos desviemos. Nuestro Barbosa es Gerardo. Docente, litigante, asesor en la sombra de esta administración y ahora flamante candidato al consejo directivo. Sus compañeros de generación no se extrañan de sus logros. Externadista típico: clase media con aspiraciones, sin alcurnia ni oficina heredada. Juicioso y dedicado estudiante, encontró rápido su mentor, como nos ha sucedido a tantos. Bastante godo, filosóficamente hablando dicen sus cercanos, algunas de las cosas que a los externadistas nos parece normales a él lo mortifican sobremanera. No tengo reparo del trato cordial que me ha dispensado en nuestros fugaces encuentros.
El profesor Jaime Bernal Cuellar le puso el ojo y a su lado creció profesional y académicamente. Ya no trabajan juntos y ha consolidado uno de los despachos de derecho penal más reputados, pero es difícil que su nombre no se asocie con el del ex procurador y hombre fuerte del derecho penal, actual miembro del consejo directivo y respaldo fundamental de Henao. Como todos los penalistas reconocidos, tiene clientela importante y de diverso pelambre. Como decía el inolvidable Antonio Cancino “líder los penalistas no defendemos a las monjitas de la caridad, porque esas no delinquen”. De manera que por la oficina del Barbosa del Exterando desfilan desde los poderosos banqueros hasta las polémicas empresarias del chance. De eso se trata el éxito de los que optan por esa especialidad. Es reconocido por sus alumnos como buen docente y ha estado a cargo de unas publicaciones sobre derechos humanos, que se han concretado por virtud de un contrato entre la universidad y el ejército. El elige a dedo los colaboradores, que dicho sea de paso son muy bien remunerados, y mucho general saca pecho con esa obra que “hicimos con El Externado”, me consta.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
En el papel le sobran pergaminos para ser aspirante, pero tiene sus peros. El primero y más importante es que no le gusta que lo escruten ni que lo refuten. Por eso es un candidato que no habla, que no ha propuesto nada audaz ni trascendente y que ha cogido la mala maña de intervenir de último los pocos espacios que se han dado, para que nadie le replique. Actitud extraña, por decir lo menos, en un candidato a lo que sea, pero más cuando es el ungido de uno de los más poderosos directores de departamento. La segunda, que está ligada a la primera, es que en privado dice cosas que no se le oyen en público. Por eso, para que los electores conozcan un poco más al Dr. Barbosa, desde esta tribuna le formulo dos preguntas con toda consideración ¿Dr. Gerardo Barbosa, ha sostenido usted el infundio, en un chat con varios profesores, que quienes desde EL RADICAL hemos denunciado y seguiremos denunciado lo que nos parece no está marchando bien en la universidad, vamos es por la plata del Externado? ¿Dr. Gerardo Barbosa, es cierto que usted le recomendó a la Secretaria General contratar una firma de esas de las que se sirven lo penalistas para recabar pruebas y hacer investigaciones? Caso afirmativo, ¿con qué propósito?
La comunidad externadista merece conocer sus respuestas antes de votar, porque en lo personal desconozco es as actitudes; flaco favor le hará a la universidad tener en el consejo directivo un miembro que no soporta la crítica, no da la cara, desacredita en privado y sin fundamento a sus contradictores y cree que la universidad necesita investigadores para funcionar y solucionar sus problemas.
Posdata.: Increíble el saboteo a la intervención de Andrés González en la reunión convocada por la lista de finanzas. Han caído bajo, muy bajo y pueden verse cosas peores. Y Todavía más increíble que las votaciones vayan a ser virtuales cuando Bogotá ya llegó a la normalidad. ¡No hay garantías!
Pocos días antes de la iniciación de la campaña electoral para el consejo directivo de la Universidad Externado de Colombia, unos profesores y candidatos revelan su enojo frente a la crítica.
Pocos días antes de la iniciación de la campaña electoral para el consejo directivo de la Universidad Externado de Colombia, unos profesores y candidatos revelan su enojo frente a la crítica.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Ignoro qué estaban pensando los colegas que redactaron, a principios de este mes, un comunicado público en el que rechazan que otros expresemos nuestros criterios sobre el desarrollo del Externado y su actual administración. La misiva se constriñe a una invitación a la censura, con paradójica invocación de la libertad de expresión, y aunque no menciona ningún destinatario específico, es claro que estaba dirigida en contra de quienes desde las páginas de EL RADICAL hemos sostenido una voz crítica e independiente frente al manejo de la Universidad en los últimos años. Ese contenido es en verdad insólito en un ámbito universitario, pues se puede resumir en algo así como que “lo que tengo para decir es que se calle Usted”: propuesta claramente inadmisible en un centro de pensamiento libre y en cualquier institución educativa.
Ahora bien, dado que esa carta se redactó, firmó y publicó al inicio de la campaña electoral para la renovación de la representación profesoral en el consejo directivo de la Universidad, que además se intentó legitimar con firmas que le dieran sabor de multitudes, y que varias de las personas que la firmaron están hoy entre los candidatos a esos cargos, considero que es legítimo preguntarles si de resultar elegidos intentarán, desde el consejo directivo, acallar las voces disidentes de su gestión, y si a eso se constriñe su propuesta frente a la Universidad.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
En concreto, las tres primeras firmas que aparecen en esa carta corresponden con sendos candidatos de tres listas al consejo directivo: los profesores Barbosa, López Roca y Álvarez. Además, siete de los doce candidatos de la primera de las listas mencionadas, que está encabezada por el decano Beltrán Duque, son signatarios de la misma, así como ocho de la encabezada por López Roca y dos de aquella en la que aparece el profesor Álvarez, que está encabezada por el profesor Duarte. ¿Van a hacer su campaña en contra de EL RADICAL y/o de sus columnistas, ninguno de los cuales aspira a ningún cargo en esta elección? ¿Esta primera “salida en público” ante la comunidad universitaria, con evidente intención de apabullar a los contradictores con un mazo de firmas, después de descalificarlos como “minoría”, pero carente de propuestas de futuro para la Universidad, revela su talante de dirección para que sepamos a qué atenernos si resultan elegidos?
¿Qué idea de democracia hay detrás de ese comunicado? ¿La tropera, acrítica y desinstitucionalizadora que no ve contradictores de los que aprender sino enemigos para eliminar?
No se engañen, apreciados colegas: ni nos van a acobardar, ni van a convencer a los electores de que se vota a favor o en contra de un periódico, ni lograrán sembrar la idea de que callar y temer sean virtudes para dirigir una Universidad.
Ahora bien, si todo ese comunicado no fue más que un paso en falso en un momento acalorado (a propósito, se les devolvió como un bumerán) y tienen propuestas serias para el futuro del Externado, aquí encontrarán interlocutores ávidos de encontrar salidas en común frente al atolladero en el que nos metió la administración actual. No olviden que han podido encauzar sus aspiraciones de dirigir el Externado gracias a las puertas que desde EL RADICAL hemos ido abriendo para la democracia universitaria.
En la Universidad Externado de Colombia nos cuesta liberarnos, dejar la alienación, pero todo tiene un comienzo. Quienes empezamos la cruzada de la democratización lo estamos logrando.
En la Universidad Externado de Colombia nos cuesta liberarnos, dejar la alienación, pero todo tiene un comienzo. Quienes empezamos la cruzada de la democratización lo estamos logrando.
Por: Jorge Fernando Perdomo.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Jorge Fernando Perdomo, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
El vasallaje se ha definido como una relación de dependencia y sumisión entre una persona y su señor, esencia de regímenes monárquicos feudales y autoritarios, donde se imponían los privilegios hereditarios y la omnipotencia. Pareciera que estos tiempos están superados, pero permítanme narrarles una experiencia personal en la Universidad Externado de Colombia que hasta hoy puedo expresar con serenidad.
Hace muchos años y con ocasión de alguna conmemoración importante en nuestra Universidad, se organizaron diversos eventos de celebración a los que fuimos invitados todos los profesores. La culminación de la efeméride tenía previsto la aparición del gran maestro Fernando Hinestrosa en el balcón del bloque A, para celebrar con su gente; recuerdo que salí de la biblioteca y me encontré de frente con la imagen de la familia Hinestrosa Rey, el Maestro, su dignísima esposa Doña Consuelo, sus hijos, sus nietos y no recuerdo quien más estaba allí alzando la mano y saludando a su pueblo, como aquellas imágenes que solemos ver cuando en las capitales europeas aparecen las familias reales en sus palacios. La escena me pareció hasta ese momento solo extraña, pero luego un académico a quien admiro susurró: “allá la familia real, aquí estamos los vasallos”, y abandonó rápidamente la multitud, lo que hice yo también seguidamente, casi inconscientemente, en medio de los aplausos y vítores de la comunidad académica a la gran familia.
Nadie duda del gran y espléndido legado de la familia Hinestrosa a la Universidad Externado de Colombia, ni dejaré yo mismo de agradecer los sabios consejos personales y académicos del Maestro Fernando durante muchos momentos de mi vida, y lo remarco porque cada vez que hago críticas legítimas a la situación actual de nuestra Universidad aparecen envalentonados y hasta groseros colegas tildándome de malagradecido. Gracias debo dar en todo caso por haber aprendido a discernir, a pensar y cuestionar, lo que hace 2 años me llevó con otros colegas a hacer preguntas válidas y a plantear la necesidad de reformas estructurales a nuestra alma mater, con el simple objetivo de hacerla mejor, cada vez más grande y quizás como el Maestro la quisiera ver hoy. Pero esto no podía gustarle al rector “ungido”, ni a quienes desde hace más de dos décadas calientan la silla del consejo directivo; empezaron inmediatamente las recriminaciones privadas y públicas, las amenazas soterradas y la política de aislamiento, al crítico antes codiciado, ahora se le desprecia, se le mira con desidia y se le considera un traidor, como en la época del oscurantismo.
Pero la tarea se ha estado haciendo bien. Los pocos logros democráticos que en estos últimos años hemos tenido, por ejemplo, el que se vayan a realizar elecciones al consejo directivo, las (des) organizadas reuniones de profesores y otras cositas más, nacieron de aquél vilipendiado derecho de petición de los herejes. A esos herejes hoy nadie quiere mirar o saludar en los pasillos de la Universidad, a esos radicales no se les recibe en las listas a las elecciones porque quitan votos, pero gracias a esos renegados aquellos se pueden hoy postular (¡bravo!). No importa, desde esta tribuna, desde las redes, si es necesario desde los medios de comunicación (no nos prestaremos para tapar), seguiremos denunciando la antidemocracia enquistada en el régimen feudal externadista y pidiendo cuentas a quienes dirijan la Universidad, pues el Externado de Colombia es de todos, no de unos pocos ni de una familia, me resisto al eterno vasallaje.
Adenda: en la prueba reina del vasallaje (el poder general otorgado por el “ungido” a la heredera) se otorgan facultades “de naturaleza patrimonial para enajenar, adquirir, gravar y comprometer bienes muebles e inmuebles y celebrar los respectivos contratos”. Pregunto: ¿nos van a contar en qué ocasiones se ha ejercido esta facultad? Sospecho la respuesta, contra el secretismo la denuncia.
“Una unidad de cara al futuro”, es el sentido pedido que hacen los integrantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia a la decanatura, a cargo de la Doctora Adriana Zapata.
Valores externadistas y la reforma al pénsum: Una antinomia compleja
“Una unidad de cara al futuro”, es el sentido pedido que hacen los integrantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia a la decanatura, a cargo de la Doctora Adriana Zapata.
Por: Nicolás Fernández.
Estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Un tema ha terminado de inquietar a una gran parte de la comunidad externadista, la vista hacia una reforma del pénsum de la Facultad de Derecho es una realidad.
Como estudiante de primer año de este programa llegó a mí la gestión de una propuesta de tan importante índole a causa de ciertas voces que recorrían todo el campus en forma de un rumor común pero poco cercano de ser concebido, hasta el día en el que fue de conocimiento público aquel documento en el cual se le presentaba a la comunidad externadista los argumentos y cambios en los que habían consensuado la Decana de la Facultad, junto a un comité de profesores pertenecientes a diferentes departamentos sobre el futuro plan de estudios que empezaría a regir el programa.
Esta arriesgada propuesta logró perturbar a toda la Facultad de Derecho y aún más a mis compañeros “primerizos”. De aquel documento creador de conmoción se destacó la falta de participación estudiantil dentro de tal reforma, reafirmando así una concepción que durante mi poco tiempo dentro de la Universidad ha sido una constante, la idea de que esta institución es un alma mater pluralista, libre y democrática no es tan cierta como se creía.
Nicolás Fernández, estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
El ADN externadista está presente desde antes del ingreso a esta comunidad. Entre los intereses más generalizados y puros para la aspiración de cualquier bachiller que desea entrar a esta casa de estudios es la reputación que posee la institución de estar construida con el objetivo de ser diferente al resto, con la libertad y democracia como talantes. Esta esencia es compartida valerosamente por el profesorado y estudiantado, día a día, a todos los recién llegados con las historias de como nuestro fundador Nicolás Pinzón Warlosten, en respuesta a la opresión a la enseñanza impuesta por la dictadura de la regeneración, fundo esta importante Universidad.
Como parte de nuestra esencia está también el debate, la participación y la socialización de ideas con una respetuosa escucha por parte de todos. La organización de un proyecto hecho en secreto de la comunidad externadista y sin la oportuna y efectiva participación por parte del estudiantado, como también de un sector del profesorado, solo hace pensar en un manejo desacertado por parte de las directivas.
Este afán desmedido por la consigna de materializar esta reforma ha hecho que no se tome de forma acertada este proyecto por parte de la comunidad. La velocidad no puede predominar sobre la eficacia. El éxito del proyecto de la reforma al pénsum está en que la decanatura escuche en forma de propuesta y no de comentario o de pregunta los aportes que han consignado los estudiantes, profesores y otros miembros de la comunidad, logrando así una reforma construida por todos.
La luz que reflejaba la Universidad Externado de Colombia sobre una enseñanza hacia la libertad y la pluralidad irá nublándose mientras sus directivas sigan tomando decisiones autoritarias como lo ha sido hasta ahora el proyecto de reforma al pénsum. No podemos dejar de trabajar para que en nuestra Universidad nunca deje de reflejar la luz que durante su historia ha servido de faro para la educación en Colombia.
Y aunque esa luz se atenúe y la incertidumbre del mañana para esta gran Universidad sea una constante, una cosa es clara, el espíritu cosechado durante los años nunca desaparecerá y siempre seguirá siendo este lugar, la casa de estudios de la libertad y pluralidad democrática.
Ya veremos qué traen los nuevos tiempos en el Externado, si con ellos se abrirán caminos o no de reconciliación, senderos renovados que puedan ser transitados en conjunto y en paz, y respetando a la discrepancia, que no es disidencia.
Ya veremos qué traen los nuevos tiempos en el Externado, si con ellos se abrirán caminos o no de reconciliación, senderos renovados que puedan ser transitados en conjunto y en paz, y respetando a la discrepancia, que no es disidencia.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Si algo se aprende en la vida del litigio es que no hay que perder los estribos en las controversias ni hay que asumir que el objetivo de un debate en estrados judiciales es aniquilar a la contraparte, porque, tarde o temprano, con ella hay que encontrarse para agudizar el enfrentamiento o para encontrar caminos de entendimiento, como suele ocurrir en un gran porcentaje, salvo cuando los contendientes son familiares.
Esa regla de conducta implica que hay que pensar las consecuencias de cualquier confrontación, tanto más si existen lazos de cualquier naturaleza entre quienes han de atravesar un momento difícil en sus vidas.
Lo que ha sucedido en el Externado es inédito a raíz de un insólito y agresivo comunicado que un grupo de profesores decidió difundir en los medios de comunicación, con el propósito de atacar a quienes consideramos que la rectoría debe rendir cuentas, permitir una auditoria, designar a los decanos previo un proceso de selección, etc. y en general para estigmatizarnos a quienes pensamos diferente a ellos.
Ese comunicado, en últimas, lo que buscaba era que los profesores que hacemos parte de EL RADICAL fuésemos excluidos y censurados en la Universidad. Lo que quedó claro es que entre los inspiradores de ese vergonzoso comunicado tuvieron que estar el Rector, Juan Carlos Henao, y la decana de Derecho, Adriana Zapata. En efecto, por estos días el egresado Juan Simón Vásquez, antiguo miembro del consejo directivo en representación de los estudiantes, informó en su cuenta Twitter que hace unos años, cuando se produjo la renuncia del Doctor Eduardo Montealegre, el Rector lo alentaba a expedir comunicados apoyando la rectoría. Y de la Decana de Derecho, no todos hemos olvidado que en una asamblea profesoral pretendió, cuando se marchitaba el quorum, que se aprobara un comunicado exhortando a los profesores a que no ventilasen en los medios las discrepancias de la Universidad. Este último comunicado de ahora ha confirmado ese talante de ambos funcionarios, pues no fue expedido buscando aproximaciones, reconciliación, sino borrar, al contrario, y, por eso, muchas amistades quedaron maltrechas o rotas para siempre.
Ramiro Bejarano, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Los autores de ese comunicado, suscrito inclusive por personas que no detentan la condición de profesores, todo para que se viera bulto, los condujo a permitir la necia pedantería de autorizar que un catedrático exigiera que su rúbrica debía ser en mayúscula y diferente a todas las demás dizque porque lleva 30 años como docente. Esos iracundos profesores deben saber que con esta demencial persecución no pudieron desaparecernos a los críticos y entonces la pregunta es ¿Cuál es el plan a seguir?
Muchos de ellos ya hoy son flamantes candidatos a consejo directivo, desde donde seguramente pretenden concretar su política totalitaria de aniquilamiento y la purga, o lo peor, contribuir a que el próximo rector sea más de lo mismo, un albacea sin tenencia de bienes que apenas posesionado confirme el poder general a la Secretaria General.
Son muy graves las ofensas que el grupo que defiende la administración ha agenciado, olvidando que sus contradictores no somos criminales sino profesores respetables, sin mácula en la vida pública ni en la privada. De ese aleve ataque da cuenta la insinuación malévola de un candidato a miembro del consejo directivo aupada por otro novel profesor que amparado en la libertad de opinión se consideró asistido del derecho de calumniar. En efecto, hubo quienes ante las manifestaciones del profesor Osuna en una entrevista radial sobre la necesidad de que los recursos de la Universidad no se inviertan en grupos económicos sino en investigación o programas académicos, salieron a propalar la infame especie de que el propósito de esa iniciativa es apoderarse de los dineros de la Universidad. No son ellos, acaso, quienes se adueñaron de todo sin rendir cuentas ni permitir una auditoria, olvidando que el Externado es una Fundación sin ánimo de lucro y no un bien relicto de la sucesión de ninguna persona natural por importante que haya sido.
No va ser fácil reconstruir las buenas relaciones entre el cuerpo profesoral, mientras que quienes han estado detrás de la campaña de desprestigio y aniquilamiento sigan teniendo injerencia en el destino del Externado. Es más, nadie garantiza que, al ser elegido el nuevo consejo directivo, esta situación de crisis se agrave, sobre todo si allí toman asiento los mismos que amparados en el anonimato diseñaron y ejecutaron el exterminio de los críticos a través de comunicados, injurias y calumnias.
En lo personal creo que las heridas están recién abiertas, pero que, como lo dijo Couture, “el tiempo venga las cosas que se hacen sin su concurso”. Ya veremos que traen los nuevos tiempos, en especial si con ellos se abrirán caminos si no de reconciliación, porque eso ahora se ve casi imposible, al menos de encontrar senderos que puedan ser transitados en conjunto y en paz, y respetando que la discrepancia no es disidencia sino ejercicio legítimo de la democracia.
Se inició el proceso electoral en la Universidad Externado de Colombia y la organización de la contienda está a cargo de la Secretaría General, quien se juega su poder heredado. Lo cierto es que lo que mal empieza mal termina.
Se inició el proceso electoral en la Universidad Externado de Colombia y la organización de la contienda está a cargo de la Secretaría General, quien se juega su poder heredado. Lo cierto es que lo que mal empieza mal termina.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Con el sol sobre la espalda, arrastrando el lastre de haber mal gobernado al Externado durante la ya tristemente célebre “década perdida”, Henao, mientras hace rondas de medios apalancado en la millonaria pauta y orquesta persecuciones contra los que decidimos no guardar silencio frente a sus abusos, le metió carbón al proceso electoral. No es gratis. Sus mayorías se extraviaron en el consejo. Los estudiantes y Andrés González se le volvieron una piedra en el zapato. De ahí que con votación virtual, operada y auditada por una empresa para cuya contratación bruscamente desconoció lo acordado con los miembros del consejo, habrá elecciones.
Lo que mal empieza mal termina. La organización está a cargo de la Secretaria General que se juega su poder heredado en la contienda -que no su inexistente prestigio-, a quien ya se le oyó decir que, por transparencia, no se va actualizar el censo. ¡Háganme el favor! Se destaparon sin pudor en una operación avispa con dos listas milimétricamente confeccionadas en cuyas cabezas van los incondicionales y en la parte baja les dieron cabida a incautos que, por ejemplo, juran no saber que la lista de López Roca es la B del Rector, a mediocres con insuperable afán de figuración que no gozan del respeto de sus pares y menos del de sus alumnos. Y, qué miedo, también hubo cupo para estafetas, expertos en poner la cara en la baranda mientras otros hacen “vueltas” en los despachos. Si, Henao se jugó sus restos y tiene aceitada la maquinaria para lograr su cometido. Era imposible que esta transición se diera sin que previamente se garantizara la estabilidad laboral de los docentes, se designara los funcionarios por méritos, se impusiera la transparencia en el manejo de la Universidad, en fin, sin dejar atrás lo que la analista y ex profesora de Figri, Laura Gil, denominó “la dictadura blanda” de Fernando Hinestrosa que han cuidado con celo.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Falta solo el acto final. Se señalarán las listas por las que hay que votar si se quieren conservar los privilegios o por las que votarán muchos por mantener el estatus quo que los beneficia. Lo padecí y sé de qué hablo. Habrá llamaditas e insinuaciones y con un sistema de voto electrónico que a estas alturas es un misterio, Henao pondrá las mayorías que le garanticen elegir Rector. A no ser que, no obstante, el temor que representa la ausencia de votación presencial –que en mi sentir es posible con un orden y un horario acordado- para garantizar el secreto del voto, la lista de Figri y la liderada por Erik Tremolada, a quien le sobró miedo y le faltó audacia para conformarla, resulten las más votadas.
Soñar no cuesta nada, pero no me hago ilusiones, menos después de hablar con un profesor beligerante y activo con el que se puede conversar que me dijo “hermano Henao pudo hacer más, no lo hizo bien pero no es un desastre; nos paga 12 meses, lo que Hinestrosa nunca hizo. Hay más o menos estabilidad. No fue capaz de hacer las reformas, pero ahí va a la ‘U’. Yo tengo más de cincuenta años, no tengo más ingresos que los que me da la ‘U’ y debo cuidar mi empresa y mi jubilación”. Como él son muchos. Votarán para que nada cambie, así sepan que tienen derecho a más y que las cosas no van por buen camino, porque con la cuchara no se juega.
Posdata
Firmé contrato. ¿Puedo votar señor Rector?
Lástima que en Derecho los profesores que no son objeto de persecución y estigma, asunto que dicho sea de paso ya ronda los niveles de agresión y la calumnia movida por penalistas en chats de profesores, vaya paradoja, hayan pasado de agache. Emilsen de Cancino, Consuelo Sarria, Jairo Rivera, Humberto Sierra, Cesar Julio Valencia, Miguel Córdoba, Jaime Orlando Santofimio, Humberto Sierra, entre otros, les habrían dado otro nivel a las diferencias de hoy, habrían logrado consenso y, de ser elegidos, le habrían dado altura al consejo. Es obvio que no se animaron a respaldar a Henao y tampoco a enfrentarlo en tan desigual enfrentamiento. Eso dice todo de estas elecciones al trote.
La transparencia se demuestra con hechos y no con la firma de cartas rogadas. Esto es parte de la grandeza que debe tener quien dirija como rector a la Universidad Externado de Colombia.
La transparencia se demuestra con hechos y no con la firma de cartas rogadas. Esto es parte de la grandeza que debe tener quien dirija como rector a la Universidad Externado de Colombia.
Por: Saúl Sotomonte.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
La grandeza implica que asumamos la misión que la vida nos asignó con todo su alcance, dimensión y responsabilidad, y con mayor razón cuando se trata de la conducción de un ente jurídico con las representatividad histórica y política para el país como la Fundación Universidad Externado de Colombia.
En este centro de pensamiento tradicionalmente se fortalecieron los principios de independencia, tolerancia, democracia y transparencia, ejes fundamentales de la lucha ideológica frente a la regeneración. Nuestra tarea es revivir estos principios para dar la gran batalla contra la descomposición que en todos los órdenes vive el país, y no simplemente acomodarnos al decir en pequeños reportajes sin contenido alguno. La Universidad no puede ser tan sólo un instrumento del mercado y menos de control familiar, sino que tiene que retomar el liderazgo que desde su creación mantuvo en la defensa de sus principios fundacionales.
El señor rector tan pronto se le designó habló de un período de prueba de seis meses para luego pasar a las grandes reformas que desde antes en el consejo directivo veníamos haciendo. Luego, a los seis años, para obtener la “rápida reelección” manifestó lo mismo y aún seguimos esperando sus reformas y no llegan. A pesar de contar con las mayorías, no ha dado paso a propuesta alguna. Eso sí utilizando la ausencia de una institucionalidad formal para con su actitud silenciosa crear poderes de hecho sin legitimidad alguna.
Saúl Sotomonte, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
El rector no ha entendido la grandeza del cargo ni el nivel de los compromisos asumidos que le exigen un mínimo de transparencia, a la cual ha sido renuente desde un primer momento. Con esta afirmación no pretendo vincularlo con hechos indebidos en particular, sino simplemente recordarle algunos temas relativos a la presentación de cuentas y sobre los cuales no ha dado respuesta:
Desde el momento en que se presentaron al consejo directivo las cuentas correspondientes al año 2012, con los representantes de los estudiantes solicitamos la entrega completa de las mismas con el detalle de su racionabilidad egreso tras egreso, y ello no fue posible. Simplemente presentaron las grandes cifras como lo que han venido haciendo hasta recientes fechas. He afirmado que la presentación en detalle de las cuentas es un deber del rector y de la Secretaria General, para lo cual se debe establecer un período previo a la reunión, para su análisis y acompañamiento externo si así se requiere. Como única respuesta, se me agredió verbalmente, olvidando que como miembro del consejo directivo tengo el deber y el derecho de exigir claridad y detalle en las cuentas.
Cuando finalmente se convino una Auditoría Externa sobre las cuentas de la Universidad para los años 2013, 2015 y 2017, resultó fallida porque según lo manifestaron los responsables de la misma, el cuestionario formulado no fue el indicado y por lo tanto no alcanzaba sino para una revisión de cuentas. Según lo indicó la Firma Auditora, a pesar de que el rector fue informado, no convocó a reunión del consejo directivo para cambiar el cuestionario y así lograr una auditoria exitosa. El resultado de la firma contratada fue entregado en cuatro carpetas, pero solo recibimos tres. Gracias al requerimiento de una de las Representantes de los Estudiantes obtuvimos acceso a la cuarta carpeta en la que aparecen observaciones en torno al pago de servicios que no deben ser de cargo de la Universidad y sobre la forma de contratación de la construcción del nuevo bloque. Incómodos hechos sobre los cuales el rector guarda silencio, así como sobre la causa raíz del déficit operacional que afecta el desarrollo académico de la institución desde hace algunos años.
A pesar de las glosas de la firma auditora, lanzaron un comunicado del consejo directivo afirmando que los resultados de la auditoria mostraron que todo estaba bien. Esta comunicación no tenía mi aprobación, y sin embargo afirmaron que se aprobó por consenso.
Tras un derecho de petición de un importante grupo de profesores, la rectoría reiteró que la Firma Auditora había encontrado todo bien y que su trabajo a había sido aprobado por el consejo directivo, cosa que no sucedió, por lo cual dejé una constancia escrita rechazando la situación.
En la última reunión del consejo directivo, solicité copia del informe del Doctor Angulo y copia de las actas de este organismo de los últimos diez años. Como es usual, el Rector no respondió y terminó de manera abrupta la reunión virtual, como una muestra más de su falta de grandeza, transparencia y respeto por un miembro de este consejo directivo. Mi solicitud sigue en pie.
La situación aquí descrita me permite ratificar mi pedido para que se realice una verdadera auditoría externa e independiente sobre todas las cuentas de la Universidad para los últimos diez años, de manera que quienes saldremos del consejo directivo próximamente y quienes ingresarán a él podamos saber qué fue lo que realmente sucedió y las causas de las pérdidas acumuladas.
Para contribuir con el principio de transparencia, en la conformación del nuevo consejo directivo es importante no repetir el error actual en donde la mayoría se completa con los votos de Decanos y Directores de Departamento que tienen la doble condición de ser ordenadores de gastos y aprobadores de las cuentas, por lo cual están impedidos. Por lo tanto, las cuentas de la Universidad no han sido aprobadas en debida forma y esto deberá corregirse a futuro para rescatar el principio de transparencia, y recuperar la credibilidad de la institución y la de sus administradores.
La rendición de cuentas no es la presentación de una relación insulsa y vanidosa de ejecutorias, con grandes números e indicadores, de improbable comprobación.
Concepto y alcance de una debida rendición de cuentas relativa a la administración universitaria
La rendición de cuentas no es la presentación de una relación insulsa y vanidosa de ejecutorias, con grandes números e indicadores, de improbable comprobación.
Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
La rendición de cuentas es la primera y más importante obligación de todo administrador de bienes ajenos, y se traduce en la presentación ordenada, explicada y detallada de los ingresos y egresos correspondientes a su gestión. Esta rendición debe estar acompañada de los respectivos comprobantes, de tal suerte que se acredite debidamente que lo señalado en cada cuenta resulta verídico, y tiene plena justificación.
Habiendo sido anunciado por el rectorado una primera rendición de cuentas de su gestión de casi nueve años, para ser llevada a cabo en la próxima asamblea profesoral que se reunirá por derecho propio antes de culminar el presente mes de agosto, EL RADICAL se permite presentar en esta edición, el contenido y cobertura mínima que debería atender tal rendición, que como obligación de hacer tiene como contrapartida del derecho de la comunidad externadista para exigirla rigurosamente, pues no se trata simplemente de la presentación de un listado insulso y vanidoso de ejecutorias, con indicadores y grandes cifras, de improbable comprobación.
Hernando Parra, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
A continuación, los conceptos y alcances elementales que debe comprender la mencionada rendición:
Identificación de los periodos a que se refiere la rendición, con indicación comparativa del incremento o detrimento patrimonial.
Relación detallada de fuentes y usos financieros por cada periodo, con indicación del origen de los recursos y destino de aquellos.
Identificación de los ingresos y egresos comparativos por cada periodo, con indicación de su origen operativo o no, para determinar el excedente o déficit de la gestión propia de la entidad universitaria.
Identificación de los egresos de mayor representación, por periodo, junto con su análisis comparativo.
Relación detallada de los salarios, honorarios y bonificaciones, reconocidos a todos los directivos en los periodos objeto de análisis, incluidos viáticos y gastos de representación.
Relación detallada de honorarios y comisiones pagados a asesores y contratistas en los periodos objeto de análisis.
Relación de los activos operativos y no operativos, con indicación de su valoración, comparado entre los periodos objeto de revisión.
Relación comparativa de los gastos de personal y porcentaje de variación anual, con indicación del número de vinculados por periodo.
Relación de inversiones, gastos y honorarios relativos a la adquisición o mantenimiento de software, hardware, o de cualquier otro sistema de operativo o computacional.
Descripción por periodo de los recursos destinados a investigación, formación docente, auxilios a profesores y estudiantes por cualquier concepto, debidamente identificados.
Número de estudiantes de pregrado y posgrado por periodo, con indicación del índice de retención particular.
Proyección financiera de la Universidad para los dos periodos subsiguientes a los de la rendición.
Con relación a la administración financiera del Externado, tenemos la ilusión de que el próximo consejo directivo se desempeñe con mayor profesionalidad, también en este campo, de manera que exija la presentación oportuna y periódica de los resultados económicos completos de la institución, su debido análisis y su divulgación a la comunidad, y se proscriba así el carácter secreto de los mismos, carente además de todo sustento.
Lo mismo debe esperarse del nuevo consejo con relación al presupuesto de la Universidad, que como su nombre lo indica debe ser estructurado y aprobado previamente, y no como ocurre en nuestra Casa de Estudios, donde tal estructuración y aprobación en los últimos años se alcanza bien avanzado el periodo de ejecución correspondiente, circunstancia que afecta notoriamente el giro ordinario de la administración, e impide su efectiva supervisión.
Ojalá estos deseos inspiren una nueva realidad para nuestro querido Externado.
Dura respuesta de Ramiro Bejarano Guzmán a un texto atroz y mal redactado por Gerardo Barbosa, Luis Fernando López, Adriana Zapata, Edgar Cortés, Marta Hinestrosa y Gonzalo Ramírez, por orden de Juan Carlos Henao.
Dura respuesta de Ramiro Bejarano Guzmán a un texto atroz y mal redactado por Gerardo Barbosa, Luis Fernando López, Adriana Zapata, Edgar Cortés, Marta Hinestrosa y Gonzalo Ramírez, por orden de Juan Carlos Henao.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
No sorprende que un grupo de profesores cercanos al Rector Henao, a la secretaría General, Marta Hinestrosa, y a la Decana de la Facultad de Derecho, Adriana Zapata, algunos de ellos beneficiarios inclusive de los favores rectorales, hayan promovido un comunicado con el doble propósito de que no se conozca la lacerante verdad de lo que está pasando en el Externado de Colombia y agredirnos a quienes hemos asumido la tarea de no guardar silencio frente a las irregularidades y arbitrariedades, en particular al suscrito, por criticar desde mi columna en El Espectador y en mi cuenta de Twitter este estado de cosas indebidas en las que Juan Carlos Henao y su caótica administración han sumido a la Universidad. ¡Los creo capaces de eso y de cosas peores!
Lo que sorprende y escandaliza es que los suscribientes de ese insólito comunicado no se hayan preocupado de reclamar de la Universidad transparencia, o exigirle a su Rector que rinda cuentas efectivas cosa que no ha hecho, que permita una auditoria franca, que de cuenta de por qué se otorgan becas para premiar jubilaciones y una que otra para favorecer malos estudiantes que reprobaron años durante su paso por la facultad.
Tampoco les preocupó a los firmantes del comunicado preguntar por qué el régimen salarial de la Secretaria General sigue siendo el de acumular cesantías e intereses sobre la misma, cuando el resto de funcionarios están en un régimen de salario integral, o por qué hay miembros del consejo directivo sin carga académica ni administrativa que reciben jugosos sueldos por aplaudir la administración. Y hay muchas otras cosas que el comunicado de marras disimuló con su cómplice silencio.
Ramiro Bejarano, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Lo único que les preocupó a los promotores de este lánguidoy vergonzoso comunicado fue exigir silencio para que nadie pueda indagar nada, para que todo quede oculto bajo el inmoral argumento de que si todo se sabe la verdad no favorecerá el Externado. Es mejor que todo permanezca en la penumbra de una creciente corruptela. ¡Vivir para ver!
Menos sorprende que ese comunicado haya sido suscrito inclusive por varias personas que ni siquiera son actualmente profesores del Externado. De lo que se trataba era parecer que había sido masivo el respaldo, cuando es obvio que, en un universo de más de 1.000 profesores, ni con todo el poder del que abusan los promotores del comunicado, pudieron recoger al menos una tercera parte de los docentes.
De quienes suscribieron el comunicado he de decir que el 70 por ciento de las firmas corresponden a personas que no tuve el gusto de conocer o tratar y que lamento que sin haberlos conocido y sin que me hubieran tratado hubieran preferido apoyar ese escrito. El otro 20 por ciento de suscribientes comprende un universo de personas que, si bien conozco tangencialmente, no he tenido trato con ellos ni he sostenido relación de amistad. Y del 10% restante de quienes avalaron tal comunicado, que creí que jamás suscribirían un escrito en mi contra, como no lo hubiere hecho yo contra ninguno de ellos, les reconozco su derecho a no querer seguir siendo mis amigos y a convertirse en enemigos, a lo cual por supuesto adhiero sin dolor y sin arrepentimiento.
Con este exiguo número de personas es evidente que me equivoqué al creer que me consideraban su amigo; lo de ahora me ha enseñado que en lo que me resta de vida tal yerro no volverá a repetirse con ninguno de tales malquerientes secretos que antes me abrazaban.
La lucha sigue en actitud enhiesta, sin claudicaciones y sin complicidades impublicables, no importa lo que tengamos que padecer quienes seguimos creyendo en la fuerza de la verdad y la decencia.
Ramiro Bejarano no abandona el barco y se queda luchando en la Universidad Externado de Colombia, a pesar de la persecución y el hostigamiento de las directivas de la institución en su contra.
Ramiro Bejarano no abandona el barco y se queda luchando en la Universidad Externado de Colombia, a pesar de la persecución y el hostigamiento de las directivas de la institución en su contra.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Un numeroso y representativo grupo de estudiantes de la Facultad de Derecho ante la decisión del profesor emérito, Ramiro Bejarano Guzmán, de no seguir anunciándose como docente del Externado, le enviaron una carta que fue respondida.
En 134 años de historia del Externado esta es la primera carta que estudiantes preocupados por la eventual renuncia de un profesor hacen pública su opinión contraria a esa decisión y formulan críticas a la actual situación de la Universidad.
Por la importancia de ambas comunicaciones se divulgan ahora, porque permiten despejar equívocos. Para proteger a quienes suscribieron tal comunicación se omite publicar sus nombres, pues los estudiantes, con razón, temen represalias.
Se copia textualmente la carta y la respuesta que se envió al respecto.
Ramiro Bejarano, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Bogotá, viernes 17 de julio de 2020
Profesor
RAMIRO BEJARANO GUZMÁN
Director del Departamento de Derecho Procesal
Universidad Externado de Colombia
Ciudad
Respetado profesor, de la manera más cordial nos dirigimos a usted por medio de la presente para expresarle un sentimiento que compartimos como estudiantes del Externado de Colombia.
Por un lado, queremos manifestarle la inconmensurable admiración que le tenemos por cuanto ha sido el reflejo de lo que es ser un verdadero externadista, que no se deja vencer ante las adversidades, que conserva el pundonor y la gallardía y, ante todo, lucha por los valores de nuestros fundadores. Esos valores que el 15 de febrero de 1886 motivaron a Nicolás Pinzón Warlosten y a sus circundantes a fundar un “Externado”, como respuesta al absolutismo y a la supresión de la libertad de enseñanza impuestos por La Regeneración. Este dato, que tan bien recordamos y que nos caracteriza de entre el piélago de historias de las universidades del país, no es una frase de cajón ni tampoco una mera referencia histórica, es algo que llevamos ya en las entrañas.
El Externado desde aquel glorioso 15 de febrero ha sido, en palabras del maestro Fernando Hinestrosa, “refugio de la libertad de pensamiento, forja de ciudadanos, templo de rectitud y fortaleza de carácter” (Discurso “In memoriam de los profesores
inmolados en el Palacio de Justicia”, Bogotá, 9 de noviembre de 1985). Esas palabras, dichas por el más ilustre de los hijos del Externado, sintetizan la razón por
la cual elegimos estudiar en esta casa de estudios y no en otra. Una casa que en distintos momentos nos abrió sus puertas y nos acogió con una calurosa bienvenida,
un segundo hogar al que llamamos “Universidad” y un verdadero centro de crecimiento personal de donde algún día obtendremos el tan anhelado título de “abogados”.
Estamos convencidos de que nuestra Universidad seguirá siendo un bastión importante de la ciencia jurídica y, en general, de las ciencias sociales, no solamente
en Colombia, sino también en Latinoamérica y el mundo. Es precisamente por eso y porque nos preocupa su futuro, que hemos decidido escribirle en esta ocasión.
Somos un nutrido grupo de estudiantes de distintos años de la carrera de Derecho que, al margen de las discusiones que puedan existir actualmente entre profesores, velamos por lo que serán los años venideros de nuestro Externado. Consideramos que tanto profesores como alumnos, todos, somos y seremos externadistas hasta el final de nuestros días, que decirlo públicamente debe ser un motivo de orgullo y no de desprestigio, que ser externadistas más que un rubro para complementar una
hoja de vida, es un legítimo estilo de vida.
Por esta razón, recordando los principios del derecho que nos ha enseñado Ulpiano (D.1.1.10), “honeste vivere, naeminem laedere et jus sum cuique tribuere” (Vivir honestamente, no dañar al otro y dar a cada quien lo que le corresponde), reconocemos y le hacemos saber, con total seguridad, que es usted un excelente maestro del cual nos enorgullecemos y al cual le debemos valiosas enseñanzas, que apreciamos infinitamente su presencia en la Universidad, que le invitamos a seguir combatiendo por la libertad que nos caracteriza, por dejar el nombre del Externado en lo más alto y, por no desfallecer a pesar de lo nocivas y complejas que sean las circunstancias.
En los últimos lustros, hemos perdido profesores de magníficas cualidades, como el Doctor Yesid Reyes Alvarado o el Doctor Carlos Bernal Pulido, por no nombrar más ilustres abogados que, al día de hoy, se suman a las filas de externadistas que ya no nos enriquecen con su sabiduría. Esta es una realidad que no desconocemos
y que nos duele profundamente. De ahí que, no queramos seguir perdiendo personas que inspiran a enaltecerse por ser pupilos del templo de la libertad.
Nuestra Universidad es respetada y admirada en demasía, gracias a los abundantes logros de sus hijos, por lo que se ha construido a lo largo de años, porque son los profesores y la calidad de sus estudiantes que la mantienen en la cima del éxito, una cima de la cual no queremos caer jamás y que nos comprometemos resguardar.
Es un real motivo de satisfacción personal decir sin temor que nuestra casa de estudios es la mejor y que, sin duda alguna, seguirá siéndolo. No en vano estamos
aquí, no en vano hemos perseverado y seguiremos haciéndolo.
El Externado está más vivo que nunca. Nuestros principios fundacionales siguen intactos. Perder algunas batallas no es perder la guerra. Juntos tenemos el deber de seguir luchando por ser los mejores, por no flaquear, por avanzar a pesar de los
obstáculos y por volver a tener tiempos de gloria, si es que ya los hemos olvidado.
Solo así, el día que hayamos superado los nefastos momentos por los que atraviesa
el Externado, podremos decir a viva voz: post tenebras spero lucem, et lux in tenebris lucet.
Mi respuesta a la comunicación
Bogotá, 19 de julio de 2020
Señores Estudiantes
Universidad Externado de Colombia Facultad de Derecho.
Ciudad
Apreciados estudiantes,
Me declaro conmovido ante la inmensa generosidad plasmada en la espontánea comunicación que me hicieron llegar el pasado 17 de julio, en la que hacen importantes reflexiones sobre la necesidad de que nuestro Externado sobreviva por el bien del país y en la que formulan consideradas referencias a mi humilde condición de profesor de la Universidad.
Los que vivimos no son días de tranquilidad para el centenario Externado, porque su futuro se ve amenazado por la intolerancia que jamás debió presentarse en la Universidad que nuestros ancestros radicales sembraron luego de la batalla de la Humareda en 1885. Lo de hoy debe ser apenas un accidente menor en la historia de nuestra casa de estudios que, con templanza y fe en las libertades públicas y el respeto al derecho ajeno, debe solucionarse, para que la Universidad recobre el cauce del que jamás ha debido extraviarse.
Al igual que ustedes, tengo comprometida el alma con el pasado, el presente y el porvenir del Externado. Mi padre se hizo abogado en la vieja casona de la 16 con 24 y, con su ejemplo, empecé a querer para siempre esta Universidad. Mi hermana también se hizo abogada aquí. De manera que en mi caso soy externadista desde antes de pisar los otrora salones libertarios que hoy ustedes habitan con las ilusiones intactas.
Como a ustedes tampoco me es indiferente lo que pase en la Universidad, ni menos que docentes formados y aprestigiados desde nuestros salones tengan que migrar, menos por causa de la persecución que se ejerce sin cuartel contra quienes, como el suscrito, creemos que la primera condición de un buen externadista es no guardar silencio ante la arbitrariedad, el autoritarismo, ni la mediocridad. Esa postura enhiesta y transparente fue la que aprendimos aquí y la que lamentablemente pretenden marchitar abusando del poder.
No seré inferior a esa confianza de la que ustedes me hacen feliz depositario, ni a la de muchísimos estudiantes que durante 44 años he tenido la fortuna de conocer, y, por ello, he de decirles que mi decisión de suprimir de mis presentaciones públicas la vinculación al Externado obedece a un acto de decoro y transparencia. En efecto, conocidas mis públicas diferencias con la actual administración, considero un deber de coherencia personal no servirme del nombre de mi alma mater para presentarme en eventos académicos o de cualquier naturaleza, por lo menos mientras los actuales directivos sigan al frente de la Universidad. Eso, por supuesto, no implica, en modo alguno, que esté dispuesto a abandonar este barco que he contribuido a llevar a puerto seguro, porque, como ustedes lo avizoran, esta situación de incertidumbre y decaimiento de la Universidad no nos derrotará, porque es inmenso el amor por los estudiantes, el pasado y el futuro de este Externado, al que seguiré vinculado hasta que haya un soplo de vida en mi corazón. Pase lo que pase. No son palabras huecas sino un compromiso indeclinable al que jamás renunciaré.
En medio de los nubarrones de la tormenta que pudiera avecinarse, su amable carta me ha permitido tener la certeza de que al margen de que suceda y lo que haya de acontecer, nada ni nadie borrará de mi memoria los tantos años de felicidad que la vida me deparó como profesor del Externado. No hubo, ni lo habrá, honor superior al de ser Profesor Emérito del Externado. Cuando lleguen los días de la partida y ya
no se oiga mi voz en los pasillos y salones de nuestra Universidad, la añoranza de los años magníficos y alegres, primero como estudiante y luego como profesor, serán bálsamo seguro para apagar la pena inevitable por la despedida que seguramente será dolorosa.
En nombre de mi familia, que conmigo ha transitado todo este largo periplo de mi vida como docente externadista, y en el mío propio, les agradezco sinceramente que se hayan tomado la molestia de dirigirme tan grata comunicación, con la que he recobrado la fortaleza para seguir luchando, al igual que ustedes, por los mismos ideales que, por fortuna, compartiremos hasta siempre.
La ilustre Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia haría bien si aprovecha el proyecto de reforma del plan de estudios para promover su verdadera modernización.
La ilustre Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia haría bien si aprovecha el proyecto de reforma del plan de estudios para promover su verdadera modernización.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Hace unos días se le presentó a la comunidad académica un proyecto de reforma al plan de estudios de Derecho, elaborado por una comisión que, bajo cierta reserva, había sido convocada por la Decana para ese efecto y que tiene como novedad importante la propuesta de semestralización de la carrera. Quien esto escribe ha propugnado en varias ocasiones por esa semestralización, siempre bajo el criterio de que no se trata de un fin en sí mismo, sino de una herramienta adecuada para la modernización de la Facultad, porque permite una depuración del contenido de las asignaturas tradicionales (mal podría consistir en la simple división de las materias actuales en dos), favorece la incorporación de nuevos contenidos, es compatible con la flexibilidad y la interdisciplinariedad que hoy se imponen en la vida universitaria y remoza el compromiso del cuerpo docente con su labor, ante la necesidad de salir adelante de modo exitoso con un proyecto renovado.
Sin embargo, el proyecto se queda corto en la flexibilidad y la interdisciplinariedad que promete y mantiene una estructura de asignaturas tremendamente rígida, con lo cual el sistema de créditos académicos seguiría siendo, como hasta hoy, un simple asunto administrativo de conteo de horas para presentar en documentos oficiales y no una modalidad de educación universitaria abierta a la flexibilidad, en la que algunas asignaturas son esenciales o troncales y por tanto obligatorias, pero otras, las más, son complementarias y electivas. Así, los estudiantes podrían decidir si le apuntan a una formación jurídica de tipo general o si, a cambio, prefieren profundizar en alguna de las ramas específicas de la profesión jurídica, o bien asumir la posibilidad de doble titulación.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
También se advierte la necesidad de incorporar en el currículo la posibilidad de que los estudiantes se vinculen a proyectos de investigación, obviamente con obtención de créditos académicos, pues la Facultad no puede ser simplemente una escuela de transmisión de conocimientos sino el foro por excelencia para la creación de los mismos.
De igual modo, se observa que algunas de las asignaturas que se presentan como nuevas no son esenciales para la formación de todo abogado y por tanto deberían ser electivas y no obligatorias, que se mantienen contenidos repetidos en el área de Derecho Privado y que se desoye, sin justificación alguna, el clamor de numerosos profesores y estudiantes por darle a los derechos humanos mayor cabida en el plan de estudios.
Así las cosas, el proyecto presentado no puede asumirse más que como el punto de partida para una modernización genuina de la Facultad. No es conveniente, ni realista, andarse ahora con prisas y pretender que en este fatídico año 2020 quede aprobado el asunto, sin suficiente deliberación, escrutinio y maduración por la comunidad académica. Estamos además en una coyuntura de emergencia por la pandemia del coronavirus, que dificulta enormemente la comunicación adecuada entre los protagonistas de la vida universitaria. Esto es algo muy serio que no podemos despachar en un par de reuniones por Zoom.
Además, hay que tener en cuenta que un nuevo plan de estudios acarreará, por necesidad, una reflexión profunda sobre los métodos de enseñanza, una reforma al reglamento de la facultad, un estatuto docente acorde con la flexibilidad y la interdisiciplinariedad prometidas y, también, por supuesto, una reorganización administrativa de la Facultad.
Aquí va un abrebocas de preguntas que tendremos que responder antes de darle carpetazo al proyecto presentado: ¿Se va a conservar la norma según la cual se pierde al año/semestre por la pérdida de más de dos asignaturas y obligaremos a los estudiantes a repetir unos créditos que ya aprobaron? ¿Vamos a seguir evaluando de modo casi puramente memorístico? ¿Vamos a implementar la figura de los docentes asistentes de cátedra, distintos a los titulares? ¿Un profesor o profesora podría dedicarse exclusivamente a la investigación y otro u otra sólo a la docencia? ¿Cómo se articulan las funciones entre la decanatura y las direcciones de departamentos? ¿Vamos hacia una decanatura con funciones administrativas y unos departamentos con funciones académicas, o todo lo contrario?
¡Es evidente que seguiremos discutiendo esto incluso el año entrante!
Lo que pasa en el Externado por cuenta de las actuaciones del Rector Juan Carlos Henao, aunque verdadero para vergüenza de muchos, no parece verosímil. Ese es el legado de su continuismo ascendente.
Lo que pasa en el Externado por cuenta de las actuaciones del Rector Juan Carlos Henao, aunque verdadero para vergüenza de muchos, no parece verosímil. Ese es el legado de su continuismo ascendente.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
García Márquez alguna vez en una entrevista dijo que nadie podía extrañarse de que Colombia fuera la cuna del realismo mágico, señalando con acierto y con su inconfundible risa caribe, que en Colombia pasaban cosas que, aunque verdaderas, no eran verosímiles. Es la segunda vez que debo hacer referencia a esa cita en esta columna, porque para vergüenza de muchos lo que pasa en el Externado, aunque es verdadero no parece verosímil.
Un rector desesperado por venderse como lo que no es, posa de bacán en entrevistas que todavía no sabemos cuánto nos cuestan – de paso al amparo del derecho de petición pregunto cuál ha sido el valor y quiénes los destinatarios de la inversión en pauta publicitaria del Externado en el periodo 2019 – 2020, no vaya y sea que coincida con sus entrevistadores- ponderando la crítica y destacando la importancia de la oposición, mientras hace llamadas telefónicas y promueve intrigas para vetar a uno de los más respetados constitucionalistas de nuestra facultad, movido por la rabia y su deseo de vindicta.
En efecto, que el profesor y director de El Radical Néstor Osuna no haya estado en la preselección del Consejo de Estado para definir el ternado a la Corte Constitucional y que por encima suyo aparecieran otros externadistas unos con méritos, otros a cuya hoja de vida le faltan un par de hervores y otros más que no tienen con qué, nada tiene que ver con su valía y su impecable trayectoria. Fue un vergonzoso cabildeo de Henao y sus alfiles el responsable de su exclusión. Me dijo alguien del Consejo de Estado “le cobraron su pelea con el rector”. Guardaron silencio que por ahora otorga, tanto los consejeros como Henao sobre la denuncia del profesor emérito Ramiro Bejarano acerca de esa vulgar componenda. No parece verosímil, pero es verdadero. Y, lo peor, los que celebran la gratitud del rector que los “ayudó” a estar dentro de los veinte no saben que ya le dio el “aval” a otro candidato, pero igual en elecciones les pasará la factura.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Todavía menos creíble resulta su respuesta al derecho de petición que le formulamos algunos profesores impecablemente analizada en esta edición de EL RADICAL. La capacidad rectoral para desfigurar la realidad, callar verdades y querer volver realidad mentiras de la mano de su comité de aplausos, supera todos los límites. Basta con señalar que insiste en que rindió cuentas porque en el Consejo Directivo comenta lo que se le viene en gana y consigna luego lo que quiere en las secretas actas. Y muestra como supuesto reflejo de su transparencia el reintegro de Andrés González a su cargo, cuando bien es sabido que no lo quería hacer, tanto que pidió que un subordinado le hiciera un flojo concepto para respaldar su abuso de más de un año y le tocó, por cuenta de la valerosa postura de los representantes de los estudiantes y la presión ejercida con el derecho de petición, echarse para atrás. Por eso ahora corre con las elecciones, pues las mayorías con las que ha mal manejado el Externado le hacen agua.
Para rematar, en su afán de controlar el Consejo y vaya uno a ver si pagando favores, le está dando espacio en la lista oficialista al señor Luis Ferney Moreno, que tiene un particular sentido de la ética y del conflicto de interés que le permite un día ser el juez de un poderoso empresario y luego, casi de inmediato y sin sonrojarse, aparecer como su asesor. En esas manos quiere dejar nuestro Externado. Por fortuna le haremos un juicioso escrutinio a los candidatos una vez las listas se inscriban. Quién iba a pensar que nos tocaría crear una suerte de Consejo Visible para que el cuerpo profesoral tenga claro por quién le están pidiendo votar.
Y lo que nos falta por ver. Cositas inverosímiles pero verdaderas. Ese es el legado del continuismo ascendente.
La mentira es la negación de la grandeza y a su vez es la confirmación de la decadencia, dolencia que aqueja actualmente a la Universidad Externado de Colombia.
La mentira es la negación de la grandeza y a su vez es la confirmación de la decadencia, dolencia que aqueja actualmente a la Universidad Externado de Colombia.
Por: Saúl Sotomonte.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Al igual de lo que acontece con las civilizaciones y con los países, otras organizaciones, incluidas las sin ánimo de lucro, después de momentos de grandeza, cambian los verdaderos valores que sirvieron de fundamento ético a su esplendor, por desvalores con los que soportan la ética de su decadencia. Es así como la Grecia clásica, la de Platón y de Aristóteles, decae en categorías menores como la de los Cínicos, quienes cambiaron el sentido comunitario de la “polis”, por inferiores intereses, al igual que los de los “tiempos líquidos” que agobian hoy al mundo, y en donde todo es posible con tal de que se satisfagan mis deseos. Por fortuna grandes pensadores de la cultura musulmana, judía y cristiana rescataron para el occidente los valores clásicos de esa gran civilización.
Con los países también se puede presentar el mismo fenómeno. Se construyen bajo el paradigma de la democracia, pero con el transcurrir de los años el interés colectivo se supedita al particular, dando paso a las distintas formas de corrupción, encontrando el acomodamiento perfecto de su desenfreno.
En este punto es pertinente recordar al gran maestro del Derecho Constitucional, Carlos Restrepo Piedrahita, quien en las clases de Teoría del Estado nos ilustraba sobre las Constituciones Formales y las Materiales, siendo las primeras, las que contienen el ideal de lo que se quiere; y las segundas, las que realmente se aplican de acuerdo a las conveniencias de turno. Colombia, pese a las dificultades, ha tenido momentos de avanzada en estas materias. Sin embargo, en los últimos tiempos el interés social se puso en mayor medida al servicio de intereses mezquinos, en muchos casos patrocinados por la corrupción, cambiando de esta manera la supremacía de los verdaderos valores de la sociedad por una ética propia de la decadencia.
Saúl Sotomonte, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Ahora bien. En el caso de una institución como es la Fundación Universidad Externado de Colombia, sus fundadores que fueron del siglo XIX, no del XX –como se ha querido difundir–, lo hicieron bajo valores éticos, basados en la democracia, la transparencia, y la verdad. Categorías que llevaron a que la institución tuviera un alto reconocimiento nacional e internacional, pero de manera desafortunada desde hace cerca de diez años la conducción y manejo de la Universidad se ven afectadas por el desorden, la liviandad, la falacia y la falta de liderazgo.
En lugar de propender porque esta casa de estudios irradie para la sociedad colombiana formas de comportamiento ejemplares, se ha hecho todo lo contrario. Se aceptaron y se asumieron como propios los desvalores que han venido acabando con el país, lo que ha traído como consecuencia el abandono de los principios de la democracia y la transparencia propios del espíritu fundacional de esta alma mater, dando paso a un cínico, abusivo e ilegítimo acaparamiento del poder que, para su mantenimiento, se ideó “la ley del silencio” sobre las actas y las cuentas, y por lo mismo no se ha querido avanzar en nada en lo relativo a la institucionalización de la Universidad, tal como en anteriores columnas lo hemos anotado. Después de ser indiferente durante todo el tiempo sobre la reclamada renovación del consejo directivo, al perder el control sobre el mismo debido al ingreso del Doctor Andrés González, tomando como pretexto el clamor de los profesores, se quiere una rápida elección, sin tener claro bajo qué condiciones y, además, se responde un derecho de petición de importantes docentes con afirmaciones que no corresponden a la verdad.
En los auditorios y en los reportajes se hace alarde de todo, tal como sucedió con los libros contra la corrupción, olvidando que esta se combate es con la educación y el ejemplo, más que con normas y discursos. En este punto es pertinente citar la columna publicada en el diario El Tiempo hace unos años por el Doctor Carlos Augusto Galvis, en la cual afirmó: «regresando a la importancia de la educación en materia de corrupción, es pertinente citar parcialmente un aviso fijado en una universidad de Sudáfrica: “Destruir cualquier nación no requiere el uso de bombas atómicas o el uso de misiles de largo alcance, sólo se requiere un bajo nivel educativo y que los estudiantes hagan trampa en los exámenes. Los pacientes mueren a manos de esos médicos; los edificios se derrumban a manos de esos ingenieros; el dinero se pierde a manos de economistas y contadores; la justicia se pierde a manos de esos jueces. El colapso de la educación es el colapso de la nación”».
Agregamos nosotros: Más grave aún si esos mismos profesionales son los formadores de la juventud y, mucho más, si no se es espontáneo y transparente en la entrega de la información.
Por todo ello, reiteramos nuestro pedido de que se practique una auditoría externa e independiente sobre la gestión de la Universidad durante los últimos diez años. La falacia y el engaño deben desaparecer de nuestra comunidad. Razones más que suficientes para exigir un verdadero liderazgo con capacidad y autoridad para recuperar la grandeza y al mismo tiempo el déficit operacional que se tiene desde hace algunos años.
El debate sobre el Nuevo Pénsum tiene que abrirse efectivamente, hay que recibir con buenos ojos las reformas propuestas, pero también abrir un debate cercano a las Directivas para todos los estudiantes; ¡basta de mediación!
Conservatismo y hermeticidad en el nuevo pénsum de Derecho
El debate sobre el Nuevo Pénsum tiene que abrirse efectivamente, hay que recibir con buenos ojos las reformas propuestas, pero también abrir un debate cercano a las Directivas para todos los estudiantes; ¡basta de mediación!
Por: Javier Andrés Pérez.
Estudiante de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Desde antes de comenzar nuestras vidas en el Externado, la palabra “libertad” estaba siempre presente en el discurso ideológico. No está de más, para muchos ese fue el valor que marcó nuestra afinidad con esta Casa de Estudios. Y es que, en la vida profesional, académica y política, escuchar a un externadista sin duda es escuchar el talante radical del liberalismo, al menos en buena parte de los casos. Empero, tampoco sobra el quejoso que siempre utiliza este rasgo definitorio de nuestra comunidad para criticar nuestras incongruencias, propias de cualquier grupo humano, un argumento que a veces tiene fuerza, pero que, en otras, solo obedece a la necesidad de justificar las penas particulares.
Este escrito no es otra apología a un Externado incongruente, ni tampoco suma a la perfección del mismo, pero sí hay que decir algo: muchos hemos enarbolado la bandera y portado camisetas de robusto verde y de la palabra libertad en mayúsculas, pero sin darnos cuenta que hemos tenido el pecho tallado, y bien tatuado, con gran azul conservador. En efecto, noto que muchos estudiantes y docentes se han dedicado a cuestionar entre otras cosas la modalidad semestral, pero, en verdad, así de corta queda esa oposición al no examinar con antelación el porqué de la modalidad anual. Mejor dicho, fundamentan lo uno desacreditando lo otro, reduciendo la opinión a un escaso “como me siento bien así, entonces todo está bien”. No sobra invitar a recibir el cambio con buenos ojos, a no temerle a perder las cátedras, la anualidad, ojo, y también a perder una que otra materia de Derecho Civil, rompiendo las cadenas que a los directivos los han llevado a sugerir —ojalá a verdadero título de sugerencia— esta o esta otra cosa.
En mi opinión, y me incluyo, hemos estado intentando conservar un presunto sello externadista. El Externado es corriente, ideología, el Externado es una visión del mundo, así que una cuestión tal como la semestralización, y otras, no le quitará, nunca, la identidad a la Facultad de Derecho del Externado. Entonces, es un despropósito negarse a actualizarnos, a trascender a un estadio inevitable, tan natural que casi que, si no vamos a él, él vendrá a nosotros. Y así está sucediendo, la pandemia de coronavirus, toda esta situación, nos ha forzado a reinventarnos, a innovar, y dicho sea de paso, eso nos ha demostrado muchas cosas, como que los docentes de Derecho pueden modificar su metodología de evaluación y enseñanza sin conculcar el aprendizaje de sus pupilos; pero también otras, como que la arbitrariedad reina sobre la empatía en una situación de emergencia y sobre las recomendaciones de la Rectoría a la hora de programar y efectuar un examen.
Javier Andrés Pérez, estudiante de Derecho la Universidad Externado de Colombia.
Lo cierto es que, volviendo al devenir y al conservatismo, tarde acatamos a reabrir el debate sobre la reforma del pénsum del programa de Derecho, y hoy en día llevamos a otras instancias lo que en los pasillos y en las aulas con algunos compañeros hemos discutido. Tarde porque estas circunstancias, al menos de parte de nuestra Administración, no tendremos espacios para debatir el particular, ni tampoco la misma cercanía para presionar que se abran. Veo con profunda tristeza que esos escenarios sean ofrecidos por nuestros Representantes, por EL RADICAL y algunos docentes. Sin desagradecerlo, al contrario, congratularlo, pero me pregunto, ¿dónde está el Rector y dónde está la Decana? ¡Por qué ver tan relevante conversación desde el escritorio, por qué pretender poner todo este debate sobre la mesa, pero sobre la mesa de sus casas! Reforman hacia dentro. No veo puertas abiertas de su parte. No obstante, y tristemente, es una coyuntura que hay que asumir, con buena frente y con seriedad. Como muchas otras, la pregunta que hay que hacerse es si acaso todo cambio que se proponga al pénsum so pretexto de aquello de reinventarse resulta de recibo. En mi opinión, no puede ser así.
La pandemia, la semestralización, y la arbitrariedad de una Administración hermética, están siendo usadas como un comodín para introducir cualquier cambio en una colcha de retazos o, en el mejor de los casos, para igualarnos estructuralmente a las demás facultades de Derecho. Hay que entender algo: el Externado no es como aquellas otras facultades que a buena hora han construido o rediseñado sus programas, ni puede pretender serlo con solo una reforma después de tantos años de mantener a capa y espada ese statu quo. En efecto, pese a que hay que recibir las nuevas reformas con buenos ojos, sin prejuicios, sin miedo, sin conservatismo, también tenemos que ser sensatos. Es que cambiar tan abruptamente toda forma en que hemos funcionado no generaría otra cosa que trabas y más trabas. En otras palabras, el cambio hay que aceptarlo, pero tampoco llevarlo a lo que para nuestra Casa de Estudios sería un extremo.
Me refiero más particularmente a que, hoy día, todos los problemas que como Facultad hemos llegado a tener desde el punto de vista académico y estructural se le han terminado endilgando al esquema de cátedras, al esquema de cien estudiantes por curso, a nuestros cuatro exámenes anuales, o más bien dos para nosotros los arriesgados. En lo personal, claro que he percibido falta de cercanía con el docente, poca o casi nula evaluación continuada y dificultad para evaluar otro tipo de competencias en el estudiante. Es claro que estos problemas están, desde luego, pero otra cosa es que esto sea causa de nuestra actual estructura. Hay que cambiarla, sí, pero que ello no comporte la erradicación de otros esquemas que sí que ofrecen sus pros, y con los que muchos estamos de acuerdo.
En la modalidad cátedra, por hablar de un ejemplo, he visto que algunos profesores, los prepotentes, son los que desde el inicio de los cursos han levantado una barrera para acercarse a sus pupilos, que han evaluado oralmente sin más competencia u oportunidad, y con arbitrariedad, o que incluso en estas circunstancias se negaron a cambiar el método de evaluación. Pese a ello, también he tenido profesores que han reemplazado nuestra evaluación tradicional por controles de lectura, por trabajos escritos, por quices, en virtud de su libertad de cátedra, ¿y por qué no hacerlo por una evaluación continua? Lo digo francamente: el docente que siempre ha sido un acomodado, un perezoso, para utilizar su libertad de cátedra en favor de la pedagogía, la dinámica, o para evaluar otras competencias en sus alumnos, será el mismo que a la hora de poner en práctica cuanto cambio se le ocurre a la Dirección lo hará de la manera menos correcta, menos pedagógica posible, porque eso a muchos sí que les ha caracterizado. Dudo, y dudo demasiado, que la semestralización resulte incompatible con el esquema de cátedra, o que las cátedras resulten incompatibles con la evaluación continua, menos cuando todo eso obedece al docente apartado o amañado a evaluar solo dos veces en el semestre, que se ha negado a hacerlo de otra forma.
El tema hay que decantarlo. La propuesta planteada por la Facultad requiere ser profunda y democráticamente analizada. El verdadero problema es la desproporcionada celeridad que le se quiere imprimir a un proceso que versa sobre un proyecto oscuro y ambiguo, que no recoge las sugerencias de docentes y estudiantes, y al carácter hermético que siempre ha caracterizado a las directivas. Y creo que en esto estriba aquel afán por poner en clave de innovación cualquier cambio ajustado a la propia opinión, sin mayor debate, sin cerciorarse de no achacar al statu quo todas nuestras falencias; y al margen de todo esto, que otra limitante será que no podrá ser tratado en nuestras aulas de clase.
Finalmente, por todo esto, he de colegir que lo único claro aquí es que hay un gran temor en que este proyecto sea discutido, aprobado y puesto en práctica en estas circunstancias, y con ciertas personas en el poder, que con total seguridad pienso que hay que remover. Me sumo a aquellos que opinan que, frente a todo lo relacionado con el nuevo plan de estudios, no ha habido ni propuestas académicas ni debates.
profesionales. Aquí todo es lo que opina quien tiene el poder. Recibimos con buenos ojos toda propuesta, pero ojo que también se espera que se reciban no solo las sugerencias de todos, sino que se abran verdaderos espacios de diálogo democrático para depositar los granitos de arena de cada uno de nosotros. En un debate tan importante, un presupuesto básico tiene que ser la inmediación entre las directivas y los docentes y estudiantes. Además, este debate, como anoté anteriormente, tiene que ser sensato y tiene también debe evitar circunscribir cualquier problema al statu quo. Se requiere de un análisis mucho más racional, sin pasiones y pensamientos individualizados, verdaderamente abierto a toda la comunidad, académico y técnico.