Externado Libre ¡y Libre de limitaciones! Buena cara aquí, pero continuismo allá
El Consejo Directivo por fin da en el punto, y hay que reconocer las buenas intenciones, pero nos quedamos cortos y la incertidumbre se vuelve a poner sobre la mesa.
Por: Javier Andrés Pérez.
Estudiante de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Parafraseo las palabras del Rector, sobre la decisión “colegiada” del pasado 5 de mayo: nuestro ideario es pluralista y democrático, y busca otorgar educación a sectores no favorecidos económicamente. Dijo también, y con toda razón, “somos y seguiremos siendo la Universidad más pública de las privadas”.
Hace unos días discutía con una colega —estudiante de Derecho de otra Universidad— y le explicaba qué significa para mí ser un verdadero externadista. Con total seguridad, le decía: “el externadista es libre, y eso le hace crítico; es trabajador, y más cierto no podría ser para quienes estudiamos Derecho en esta Casa; pero más importante aún, es solidario, y es que esto no podría ser distinto conociendo nuestro pasado: que hemos sufrido junto con muchos la injusticia desde la Regeneración, que hemos sufrido el conflicto armado, y que hemos sido discriminados, incluso adentro, por pensar diferente —y tantas otras dificultades humanas que son propias de cualquier institución.
Sin embargo, pese a los obstáculos, y hablo con la propiedad producto de las experiencias de un joven estudiante que se ha litigado orgullosamente su permanencia en esta Casa de Estudios, el Externado sigue siendo un faro de libertad, y lo es porque, fuera de una u otra manzana podrida, nuestras Instituciones funcionan, ¡y sí que funcionan cuando un externadista defiende sus derechos y enarbola la bandera descrita por Nuestra Constitución!
Estas palabras, y otras, son las que me enamoraron en un primer momento. A nuestra Universidad la ha caracterizado, y por esto somos envidia para muchas otras a día de hoy, que somos, en verdad, un Externado humano. Y fueron estas mismas palabras las que llevaron a ponderar, según el Rector, la “solidaridad y acceso a la educación de un lado, con la estabilidad financiera de nuestra universidad del otro”. En este sentido se dispuso, entre otras cosas, (i) un descuento del 15% al Calendario B, siempre que la situación de vulnerabilidad sea sumariamente acreditada, y (ii) un descuento del 5% para quienes paguen de contado y que es acumulable con el anterior.
Surgen muchas inquietudes. Por un lado, qué tan sumario resulta el procedimiento de petición de descuento cuando a nuestro honorable Consejo Directivo lo que sí le ha caracterizado es la excesiva rigurosidad probatoria y argumentativa para justificar merecimientos, la misma que ha dado cuenta de la insensibilidad, respecto de las vicisitudes psicológicas que padecen nuestros estudiantes, para la acreditación de la cuarta causal de revisión; peor aún, hablando desde la experiencia personal, que la actitud de varios docentes sobre el asunto resulta siendo un reflejo de aquel gran defecto.
Es bastante inverosímil que, de la noche a la mañana, toda la psiquis del Consejo haya cambiado. Otro cuestionamiento es qué concepto de alivio económico maneja el Consejo Directivo al disponer un descuento únicamente del 15%.
Con todo respeto, pero al menos a mi juicio, esta suerte de alivio de una parte es irrisorio en porcentaje, y de otro, desconocedor de la situación que viven muchos colombianos actualmente, pues no pretende cubrir a la totalidad de la población estudiantil: todos somos afectados, aunque no en igual proporción. Un lector podría controvertir lo primero al sostener que el descuento del 15% es posible que se le acumule el 5%. Me pregunto: ¿qué proporción de estudiantes de la primera situación podrá ser capaz de gozar de la segunda? ¿Quién tenga dificultades económicas podría llegar a pagar de contado? Esto da idea del análisis abiertamente abstracto y superficial de los debates que se llevaron a cabo dentro del Consejo.
Por otro lado, ¿qué vamos a hacer con los estudiantes, de calendario A y B, que siguen pagando su año académico a día de hoy? Esto me deja un sinsabor que se concreta en lo siguiente: ¿cuál es la verdadera razón que llevó al Consejo a decidir de esta manera, o más precisamente, qué interés terminó pesando más? ¿Nos están cosificando como si entre nosotros existieran zonas grises?
Si lo que queremos es ponderar el acceso a la educación, reconocer a la población vulnerable, procurar la solidaridad y tener un Externado Libre, libre de limitaciones, ¿por qué ignorar tan tajantemente al resto de la población estudiantil, los de Calendario A y B que hoy siguen pagando sus matrículas? Aliviemos el hoy, además de pensar en el mañana, ¿o estamos ante un interés oculto de diferenciación para la aplicación de descuentos? Honestamente, pareciera que para estos casos haya primado la estabilidad financiera, trato sin lugar a dudas desigual.
Nuestro Consejo se queda corto, a pesar de sus buenas intenciones. Sin duda, podemos hacer mucho más, sobre lo que ya se hizo y lo que no se tuvo en cuenta.
Directivos, por favor, no olviden que en esta situación todos somos vulnerables, que las clases no se están dictando de manera presencial a pesar de cualquier contingencia, que la solidaridad hoy vale más que cualquier estabilidad financiera —y más tratándose de Nuestra Universidad— y que otro principio a ponderar es sencillamente: la igualdad.
De lo dicho creo que es posible extraer: (1) el Consejo lanzó sus cartas, sí, pero el debate sigue abierto, y es hora de que aquellos que se encuentran en estas otras situaciones no contempladas lancen las suyas: pensemos en el Ahora; (2) hay que poner la lupa en la implementación de las decisiones ya adoptadas para que no se trate otra vez de la excesiva rigurosidad que ha caracterizado al Consejo. Todo lo anterior porque (3) es hora de que nos unamos y saquemos adelante propuestas que busquen la mayor cobertura de alivio posible, porque es hora de que nuestro Externado vuelva a demostrar, como apunté más arriba, que somos solidarios, que estamos libres de limitaciones argumentativas y políticas, y con razón, que somos la envidia de muchas otras Universidades, porque somos desde luego, un Externado Humano. Finalmente, (4) que esto no sea otra demostración de que continuamos con el mismo Consejo Directivo, uno que no pretende ceder, aun ante estas dificultades, aunque Hoy demuestre una cara distinta para una parte de la población.
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