La búsqueda de un liderazgo en el Externado
Es urgente organizar el Consejo de Profesores y su Secretaría, asimismo es necesario renovar el Consejo Directivo, uno que trabaje bajo los supuestos de la democracia y la transparencia, y no defendiendo solo sus intereses personales.
Por: Saúl Sotomonte.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
En un reportaje hecho al Dr. Fernando Hinestrosa en 2003, al preguntarle por el origen y el futuro de la Universidad Externado, afirmó: “Fiel a su espíritu de nacimiento y de siempre. Independiente, altiva, libertaria, democrática, solidarista, exigente académicamente, éticamente intransigente. Formadora de ciudadanos plenos, autónomos, con fe en una patria civilizada e igualitaria. Prestante y respetada dentro y fuera del país, a la vanguardia en la calidad, en la innovación, en el descubrimiento y el estímulo de la vocación de docentes e investigadores, en la percepción de las necesidades del país en materia de formación profesional y en el hallazgo de respuestas acertadas”.
Quizá pensando en lo dicho por nuestro maestro, dentro de las importantes publicaciones que hace la Universidad, en 2018 se hicieron dos muy relevantes. La primera, “La luz no se extingue”, queriendo significar la permanencia de los valores institucionales; y la segunda, “Corrupción en Colombia”, pretendiendo con ésta estar presente en la lucha contra tal flagelo.
Sin embargo, ante el fallecimiento del Rector Hinestrosa y con la llegada de una dirección desordenada e incoherente y sin claro compromiso institucional, se entró en un proceso de estancamiento, en donde se empezó a diseñar el fortalecimiento de intereses familiares y de la figuración personal en procura de conexiones políticas avanzadas profesionales, dejando a la Universidad sin liderazgo alguno, para lo cual se requiere tener el debido equilibrio en las decisiones, el desprendimiento de intereses personales en bien de la misma, una capacidad de convocatoria, valores éticos bien aplicados y la autoridad científica y académica para el cumplimiento del encargo; y éste a su vez debe estar soportado en la gestión de un Consejo Directivo integrado por profesores y estudiantes que tengan los mismos valores, que gocen de total independencia y que exijan que se les tenga en cuenta para las decisiones más importantes y no únicamente para consolidar indebidas pretensiones, como aconteció con “La ley del silencio” aprobada para no dar a conocer de manera oportuna las cuentas, especialmente en el detalle de cada egreso antes de la discusión de las mismas, y para no publicar el contenido de las actas y todo lo acontecido con la reelección aprobada de Henao. Lo anterior, acompañado de unos controles imperfectos, ya que el Rector participó en la nominación de las firmas candidatas a la Revisoría Fiscal y la designada terminó teniendo intereses profesionales en el Grupo económico del cual hace parte la institución.
Otro tanto sucedió con la firma auditora, cuyo trabajo no se ha dado conocer como tampoco las conclusiones definitivas de la firma contratada para analizar el Gobierno de la Fundación.
Frente a este comportamiento es necesario preguntar ¿Por qué el silencio? ¿Por qué a la comunidad se le cuentan las cosas a medias? ¿Es esa la transparencia, la democracia y el decoro anhelados?
Invito a recoger las citadas publicaciones, porque tales principios que allí se citan están en vía de extinción.
Frente a este panorama tan oscuro e incierto, es claro que la comunidad externadista formada por exalumnos, estudiantes y profesores, debe tomar conciencia e iniciar un proceso de recuperación de su Universidad para no perder lo que le queda de bueno y volver a posicionarla en el buen lugar al que tiene derecho.
Para esto, es indispensable que bajo los supuestos de la democracia y de la transparencia se organice el Consejo de Profesores y su Secretaría, asimismo se renueve el Consejo Directivo con jóvenes valores que reúnan esas condiciones y que, superando anhelos personales, se entreguen a la defensa de la institución y de sus únicos beneficiarios que son los estudiantes que allí ingresan.
De estas decisiones surgirá el futuro Rector de quien esperamos sentirnos orgullosos como en otras épocas. Invito a la comunidad a hacer un gran debate para que públicamente se opine y se hagan propuestas.
Finalmente, son tres los frentes por atender. El administrativo, el académico y el patrimonial, para los cuales de manera breve propongo para los primeros dos puntos lo siguiente: en lo administrativo, conformar un Gobierno democrático y trasparente sin poderes concentrados y que cuente con una verdadera carrera profesoral; y en lo académico, es necesario la modernización de los programas sin abandonar la formación sustancial.
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En lo académico y/o administrativo siempre estaré presto a servir, si se requiriese una 4a vez. Amor a la causa, valores, virtudes y principios.