• 2024-12-02
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Lo que algunos queremos oír de los candidatos de Derecho

El modelo de gobernanza de la Universidad, el estatuto profesoral y sortear la crisis financiera, serán, entre otros, los temas de la agenda del nuevo directivo. Y, desde luego, entorno a ellos gravitará siempre el tema de los privilegios de los docentes de Derecho.

Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor titular de la Universidad Externado de Colombia.

Se avecina una nueva elección de miembros del consejo directivo de nuestra casa de estudios. Por primera vez en más de veinticinco años se cumplió el periodo y de inmediato se convocaron las elecciones. Lo normal nos produce regocijo por cuenta de lo que paso durante años, mácula imborrable de las administraciones Hinestrosa y Henao. Hay tres listas de candidatos, todas con nombres valiosos y desde luego con los rellenos correspondientes. De allí saldrán los representantes de los profesores.

La que encabeza Erik Tremolada, estructurada por el movimiento que se conoce como Diálogo Externadista, es la que sin duda mejor representa a toda la Universidad, porque Derecho es la Facultad más emblemática, pero el Externado de hoy es mucho más que Derecho. Esa es una realidad y esta administración lo tiene claro. Tremolada, egresado de Derecho y profesor dedicado, ha logrado un liderazgo que, no solo fue determinante para la elección de Hernando Parra como rector, sino que ha permitido el impulso a las principales iniciativas de esta administración. A pesar del palo que le están dando sus contradictores por estar de reeleccionista habiendo dejado entrever en su primera aspiración que no repetiría, debería ser la lista más votada. Pero en temas electorales nada se sabe hasta que se cuenta.

Juan Pablo Estrada, profesor titular de la Universidad Externado de Colombia.

De otra parte, el profesor Juan Carlos Expósito es la punta de lanza de una lista que, si bien tiene representantes de varias facultades –principalmente una alianza de Derecho y docentes de Figri que no acompañan a Diálogo–, tiene un norte que despista. En efecto, en Derecho captan votos con el argumento de que la Facultad está perdiendo liderazgo y que al paso que vamos el sucesor de Hernando Parra no sería un egresado de nuestra Facultad, que debe retomar el poder en el consejo, discurso que resulta vendedor en Derecho, pero que dificulta los respaldos en otras Facultades, en donde los privilegios de algunos de nuestros docentes han colmado la paciencia. A eso se le suman los rumores no desmentidos de que es la lista que más simpatía despierta en el ex rector Henao y sus más cercanos alfiles, que la apoyan sin reparo, así como el hecho de que es el inicio de un movimiento que quiere poner rector, cargo para el que ya tiene candidato. No obstante, tiene asegurado con los votos de Derecho, que sin duda mueve, un renglón en el nuevo directivo.

Por último, está la lista que encabeza el profesor Luis Ferney Moreno, que tiene nombres interesantes, con posturas que buscan articular el funcionamiento de todas las Facultades, pero que puede verse en calzas prietas por cuenta de la fuerza de las otras dos. De todas formas, el primer renglón entra seguro.

El modelo de gobernanza de la Universidad, el estatuto profesoral y sortear la crisis financiera, serán los temas de la agenda del nuevo directivo. Y, desde luego, entorno a ellos gravitará siempre el tema de los privilegios de los docentes de Derecho, la asimetría en temas de formación en el exterior, la composición de su planta de personal, las abismales diferencias en la remuneración en relación con los docentes de las otras facultades y su reflejo en resultados más allá de la facturación de sus programas de posgrado. La Facultad de Derecho sigue lejos en las clasificaciones de excelencia, que criticamos cuando no nos sirven y aplaudimos cuando los resultados nos destacan y eso, sin duda, es determinante para atraer nuevos estudiantes y de mejor perfil. Estamos rezagados a pesar de los boyantes que somos. Para no hablar de los resultados en las pruebas Saber Pro.

Por eso, en esta recta final de la campaña resulta indispensable que los profesores de la Facultad de Derecho que están sometiendo su nombre a la consideración del profesorado fijen, sin aguas tibias, su postura frente a varios temas sensibles, siendo el primero el de la remuneración de los mal llamados “docentes investigadores de tiempo completo” pues, no todos desde luego, pero si un grupo muy numeroso cobra sueldo con ese pomposo nombre, no se ven por la Universidad más allá de su horario de clase de pregrado, se les paga adicional por sus clases de posgrado y ejercen su profesión como actividad principal que copa todos su tiempo. Si, va el dato: de los 138 doctores de Derecho, 78 no han escrito una sola línea en los últimos cinco años y, muy pocos, se pueden contar con dos manos y sobran dedos, que merecen todo el aplauso de nuestra comunidad, aparecen en las evaluaciones de investigadores de Colciencias a veces tratando temas ajenos a los departamentos a los que pertenecen.

¿Cuánto nos cuesta sostener estos doctores? Ya hay algunos que en los departamentos a los que pertenecen los conocen con el remoquete justiciero del “señor embajador”. Es hora de hacer los ajustes. Que el “tiempo completo” y “docente investigador” reporte todos los beneficios para quienes han hecho el esfuerzo de culminar su doctorado, pero también para la Universidad que se los pagó y les sigue remunerando. Esta estructura de costos, no solo rompe la igualdad con las otras facultades, sino que se está tornando insostenible, por eso amerita una revisión seria y sin pasiones. Lo dije una vez y lo repito, a muchos su amor por el Externado lo condiciona su conexión con la pagaduría, que parece inagotable pero no lo es.

¿Cuál o cuáles de las listas defiende el statu quo? ¿Cuál o cuáles quieren dar un viraje en este sensible tema? La palabra la tienen Tremolada, Expósito y Moreno, estamos prestos a oírlos.

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