Muchas gracias, maestros, pero… “next”
Hoy tenemos gente maravillosa, fresca, educada que sin egoísmos nos puede ayudar a dar el gran salto cuántico cada cinco años trabajando en favor de una agenda académica hacia donde queremos llevar a nuestra universidad. Llegó el momento de la transición, el momento de que los más jóvenes hagan el trabajo.
Por: Mauricio Velandia.
Graduado de la Universidad Externado de Colombia.
Recuerdo el día en que pisé el Externado como primerizo, cuando lo ignoraba todo sobre las personalidades del mundo del derecho colombiano. Desde entonces, comencé a oír apellidos de profesores que antes no conocía: por supuesto el del maestro Fernando Hinestrosa, y también comencé a familiarizarme con los nombres de los doctores Poveda Alfonso o Restrepo Piedrahita.
Tanto Restrepo Piedrahita como Poveda Alfonso fueron maestros míos, y a la vez eran directores de la legión del Departamento de Derecho Constitucional y de Derecho Penal, respectivamente. Con el paso de los años ambos fueron envejeciendo con sabiduría y dejaron muy buenas bases para los siguientes directores de esos departamentos o legiones.
Tanto Restrepo como Poveda fueron directores de departamentos dentro de esa especie de estructura de legiones romanas sobre la cual descansa la universidad. Traigo a colación esa imagen romana dado que, en alguna ocasión, en el despacho de la rectoría, el maestro Hinestrosa me tomó del codo y me condujo a la ventana de su oficina, desde la que se veía en ese momento la construcción de los bloques D y E, para decirme, palabras más, palabras menos: “El Externado es como un ejército romano, que se constituye por legiones, que son los departamentos de derecho y las decanaturas de las otras facultades.”
Los estudiantes primerizos de 2021 probablemente no oirán acerca de esos apellidos que yo oí en 1994, como Poveda o Restrepo Piedrahita, pues el tiempo ha pasado y existen dentro de esas materias de clase y departamentos otras figuras y maestros. De mi parte todo lo que soy como abogado tiene bases en las clases magistrales que recibí de cada profesor de mi universidad, que fueron muchos. Aún en mis discusiones jurídicas académicas o profesionales recuerdo las frases escritas en el tablero que cada uno de mis maestros usó para transmitir su opinión acerca de una norma o de un concepto jurídico.
Gracias, maestros, por todo ese tiempo que me brindaron con sus enseñanzas y generosidad. La semilla está plantada y tengan la seguridad que germina cada vez que yo tengo el placer y el honor de dictar clase en mi casa de estudios, con el talante propio de un externadista.
En el mundo oriental se rinde tributo a la edad; las personas de mayor edad, llegados los momentos cruciales, son las que finalmente deciden por la Nación, dado que se considera que su experiencia permite observar con mayor perspectiva, viendo mejor las consecuencias. La sociedad respeta eso y les funciona. Pero maestros, estamos en cambio de era. El siglo XXI nos impulsa. Nuestro origen no es oriental sino más bien romano-francés-colombiano. Negarlo sería ignorar nuestras raíces liberales y nuestra universidad debe seguir con su estructura de legiones romanas dentro de las cuales ninguna generación debe privarse de estar al mando de esas legiones, pues ese es el medio que le asegura a la universidad ser contemporánea, entendida la palabra “contemporánea” en toda su acepción.
En cada materia o tema tenemos un destacado profesor nacional en cada periodo generacional, que puede contarse en ciclos de cinco años. Cuando envejecieron Restrepo Piedrahita y Poveda Alfonso, los departamentos cambiaron de mando. Cuando murió el maestro Hinestrosa también se cambió de mando. Existió traumatismo en este caso.
Esa no puede ser la costumbre de mando vitalicio. Tenemos gente maravillosa, fresca, educada que sin egoísmos nos puede dar el salto cuántico cada cinco años trabajando en favor de una agenda académica hacia donde queremos llevar a nuestra universidad. Por eso pienso que los departamentos deben tener también una transición y cambio de mando común, como lo es la rectoría, dando paso siempre a las caras nuevas, convirtiéndose a su salida en asesores académicos permanentes si lo desean. Las legiones deben refrescarse día a día con nuevas caras. Es una institución más no una persona. Y que desde el primer día entiendan la temporalidad del cargo a mando y la agenda trazada.
Gracias, maestros por todo lo aprendido. Resulta oportuno reflexionar y dejar tiempo a que los más jóvenes hagan el trabajo del día a día para ser contemporáneos. Cada legión del Externado debe tener la importancia que se merece una universidad como la nuestra y su cargo ejercido con el talante inocultable de Externadistas. Somos romanos y franceses y colombianos. Radicalmente independientes.
Next: El nuevo rector de la universidad debería vender el 5% de la participación dentro del grupo Bolívar y, con ese dinero, que es bastante, preparar a la institución para la nueva era digital, dándole importancia a sus profesores. No sea que en el mundo digital cada profesor monte su canal de YouTube, dicte clase por allí, y una universidad se convierta en un canal de YouTube.
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De acuerdo con Mauricio, ya es hora de invertir y apostar fuertemente en la transformación digital en la vía de desarrollar unas conferencias e interacciones maravillosas que dinamicen la cátedra y de contera democraticen el claustro al máximo entre otras bondades de la innovación.
Rafael Poveda, Alfonso Reyes ni mucho menos Restrepo Piedrahita escribieron una letra en un tablero, es mas, creo que ni siquiera conocieron la tiza. Un abrazo a los exradicales.