• 2024-12-02
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Oportunidades a la brava

Nos volvimos a encontrar y por las necesidades de la pandemia algunos docentes después de muchos años de espera ahora regentan cátedras.

Por: Jorge Fernando Perdomo.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.

Por fin volvieron las clases presenciales, algo que estábamos esperando profesores y alumnos. Fueron dos años de inclemente aislamiento, exclusión e individualismo; volvimos a encontrarnos como lo pregona incansablemente hoy el Externado y es escuchado en todas las comunidades académicas del país. Hasta tambores y bailes anunciaron una nueva etapa para todos en la Universidad, y ella llegó con cambios y sorpresas.

Se respira de nuevo el aire de comunidad, el contacto, las discusiones y tertulias con los estudiantes en los pasillos reavivan el ser de la Universidad. Con buen tino la administración tomó la decisión de alternar a los estudiantes durante la semana para que no todos estén al mismo tiempo en la institución y los salones tengan así el aforo conveniente en época de pandemia. Se estudia presencial y virtualmente, y todos tienen así las mismas oportunidades.

Jorge Fernando Perdomo, profesor de la Universidad Externado de Colombia.

Se aumentaron los grupos de clase en virtud de la división de los tradicionales cursos de cátedra de más de cien estudiantes. Desde el 2005 regento una de esas enormes cátedras de Derecho Penal General y solo hasta este año, por la pandemia, se dividió el curso en tres grupos, de manera que ahora son tres los profesores de cátedra y cada curso no tiene más de cincuenta estudiantes, algo necesario para poder transmitir y construir conocimiento en un verdadero ejercicio de interacción con el estudiante.

En la Facultad de Derecho hemos estado acostumbrados a que son los mismos profesores, las denominadas “vacas sagradas”, quienes dictan las mismas cátedras, enseñan los mismos temas y reparten sus mismos libros como bibliografía de consulta, algo que desde esta tribuna hemos venido criticando desde hace ya bastante, es el statu quo reinante desde antaño y que nadie por desidia o conveniencia desea acabar. Y esto, por suerte y forzadamente tuvo que ceder, pues si son más los grupos de estudiantes, serán más los profesores necesarios, entonces en este momento otros docentes que han venido esperando desde hace mucho tiempo “la gran oportunidad” de dictar cátedras tienen esa posibilidad, profesores que ostentan las mismas o mejores capacidades de los de siempre, pero que como no hacen parte de la “rosca” de quien determina quién es el profesor han estado excluidos, haciendo la larga fila que nunca se mueve. Esa ha sido una característica nefasta del Externado, que de esa forma pierde recurso humano valioso, fomenta la deserción profesoral y no construye verdadera academia.

Además, quienes llevan años dictando la misma asignatura, ahora en la presencialidad “pospandemia” están siendo llamados a regentar otras materias y ello resulta muy positivo sin duda, ya que se refresca la enseñanza, posibilita la libre discusión de más puntos de vista e ideas y abre espacios de desarrollo intelectual nuevos, tanto a estudiantes como a docentes.

Siempre hemos dicho que la pandemia cambió la vida, la forma de enseñar y muchas otras cosas más. En todo caso sigue siendo una lástima que todos estos cambios que se están dando hayan sido “a la brava”, por las nuevas necesidades y no a través de una política de apertura e inclusión en la Universidad, la cual añoramos todos los miembros de la comunidad académica.

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