Pirulo es externadista y tiene derecho a opinar y a votar
Como egresado, señor Henao, NO comparto su gestión en la rectoría. Me parece opaca, lejana y enrocada.
Por: Mauricio Velandia.
Graduado de la Universidad Externado de Colombia.
Al Externado le debo el apodo que pesa más que mi nombre de pila. Vendí pirulos (colombinas) en la plazoleta, y quedé bautizado como “Pirulo”.
En el Externado conocí mi primer amor. Ella primípara, yo en tercer año. Perdí seis materias de siete. El amor de Portón 28. Tocó pedir reintegro. No me sentí solo. Dos de mis grandes amigos perdieron ese año, yo digo que en solidaridad conmigo. Me sentía por fin con libertad. Fui agudo siempre en mis comentarios y apreciaciones. Crítico siempre. ADN externadista.
Enderecé el camino, académicamente hablando. La 12 seguía siendo mi refugio los viernes en la tarde. Muchas amigas. Y Conocí la mujer con la que me casé. Terminando quinto año tuve tres oportunidades para trabajar con profesores de la U. Decidí irme para la Superfinanciera. El profesor Emilio Archila fue mi mentor desde allí. Fui monitor en el Departamento de Derecho Económico. Después fui profesor de la materia electiva de Derecho Financiero en la Facultad de Finanzas, materia que estaban abriendo por primera vez. La Facultad de Finanzas me concedió una beca para realizar mi especialización. Gratitud por siempre.
Comencé a ser profesor de Derecho. Con esa curiosidad propia del externadista conocí a un expositor mexicano que vino a la institución. Fui designado su conductor por unos días. Por cuenta de ese “trabajo” me invitaron a la Superintendencia de Bancos de México, pues él era su director. Esta solicitud llegó hasta oídos del Rector, Fernando Hinestrosa, quien por primera vez sabía de Pirulo. Acababa de cumplir 26 años.
Fueron seis meses maravillosos en México. Volví y me separé de mi esposa. Seguí siendo profesor en la Facultad de Finanzas y conocí allí a quien pienso fue mi segunda compañera de vida. Luego tomamos cada cual su camino.
Fueron múltiples encuentros con el Maestro. Un día me dijo que “el Externado era como Brasil en los mundiales, sus mejores jugadores entrenaban en el extranjero y se juntaban para el mundial y ganaban el campeonato”. Me apoyó siempre, pesar de mi record de seis de siete en 1991.
En medio de su enfermedad, pero erguido, fue al lanzamiento de mi libro, editado por el Externado. Hizo la presentación y dijo en corto que yo era una persona independiente y que era un verdadero externadista. Hay testigos. Me llamó por teléfono un día antes de morir. Yo no estaba en la oficina y quedó pendiente esta conversación final.
En el Externado conocí a la mamá de Simona, mi hija de dos años. Tengo 50 años. Desde los 26 he estado vinculado a la Universidad. He dictado clases en pregrado, posgrado y maestría. Ocupé distintos cargos públicos siempre con el estandarte del Externado arriba. Siempre bien calificado por los alumnos.
En esos libros de abogados mundiales aparezco en la primera franja en el tema de Antimonopolio. Pero por esas “cosas del Externado” como dice un buen amigo, no tengo “contrato de trabajo como profesor”. Fue mi decisión no pertenecer a la nómina de ningún Departamento y por eso no he rogado. Sentí y siento que ese es el primer paso para pasar de la subordinación a la sumisión al Director. Yo no quiero perder mi amistad con las personas que quiero y admiro. Tampoco quiero perder mi libertad. No puedo votar para el cargo de Rector. No me dejan, pues no soy “profesor”. Esa pirueta huele a clientelismo o “tamal” electoral.
Soy externadista, doctor Henao. Usted y yo somos muy diferentes. No soy de amiguismos, ni de recomendaciones, ni de miedos por perder el poder o un cargo. No comparto su gestión en la rectoría. Me parece opaca, lejana y enrocada. Y a veces pienso que en el fondo lo que pasa es que desde el Grupo Bolívar o por cuenta del Grupo Bolívar controlan al Externado. Por ahí no es la cosa. Al Externado lo gobierna los liberales independientes. Existe una gran diferencia entre “Fernando Hinestrosa del Externado” y “José Alejandro Cortés de Davivienda”. Ese puesto en una junta no puede resultar tan costoso.
¡Quiero votar! ¡Soy profesor egresado! He contribuido a construir el Externado de hoy. Demando una solución para los muchos que están en la situación que yo vivo. Los independientes sin contrato y autónomo, sin tamal. Espero no me quiten las pocas clases que ahora me asignan. Siempre salgo bien calificado. Tengo testigos. Cuando hablé con la Decana de ese tema me dijo que contrato no había para mí. Solo estoy ejerciendo de externadista. Opinando de frente y sin miedos, no en pasillos y restaurantes como lo hace la mayoría, que quiere un cambio y que Usted está aún a tiempo de liderar.
¿Puedo tener contrato sin bajar la cabeza? O ser sumiso es ser normal.
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