• 2024-12-03
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Reflexiones de pandemia en el Externado

EL RADICAL, respondiendo a su talante externadista, y a raíz de la desconexión entre las directivas y la comunidad, y sin que la autocrítica aparezca, seguirá informando en tiempos de coronavirus con el fin de encontrar el rumbo extraviado.

Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
A nadie sorprende que EL RADICAL haga su segunda aparición en medio de la pandemia.  Quienes leen estas páginas para celebrarlas o criticarlas, saben de la determinación y disciplina de quienes están al frente de esta empresa. Nos mueve nuestro talante externadista, que ejercemos mientras otros solo dicen tenerlo. De modo que ahora más que nunca, vista la desconexión entre las directivas y nuestra comunidad, ratificadas las graves falencias en el manejo de la universidad y sin que la autocrítica aparezca, este medio de expresión cobra relevancia en el propósito de encontrar el rumbo extraviado. Los enormes retos que impone el distanciamiento social para el funcionamiento de los centros de educación superior, darán lugar a inversiones cuantiosas en tecnología e infraestructura, ajustes pedagógicos a los programas de posgrado que no soportan las maratones de Zoom que pueden resultar tan dañinas como las clases presenciales, que son excesivas y desgastan por igual a maestros y estudiantes –todos lo dicen en voz baja–, así como la necesaria orientación para muchos docentes que seguro saben de Derecho pero poco de enseñar, para que ajusten sus métodos chapados a la antigua, asustadores y policivos –sí, esos de exámenes con “las manos en alto” –, serán tema de la agenda durante los próximos meses. Ojalá el Dr. Henao controle su cabeza y tome decisiones acertadas, que permitan educar para el futuro como se publicita sin empacho en los medios de comunicación que tanto lo miman, por aquello de la pauta comercial. No podemos seguir en barrena hacia la retaguardia de los escalafones universitarios, lugar que no nos corresponde y al que no tenemos por qué acostumbrarnos. Ya habrá tiempo de ocuparse de esos asuntos.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Hoy quiero compartir algunas de las reflexiones de este encierro cómodo que padecemos la minoría, que en nada se parece al angustioso que soporta más de la mitad del país, en la esperanza de que algunas coincidan con las de ustedes y que, cuando regresemos a la “normalidad anormal”, las pongamos en práctica.
  1. No estamos en el mismo barco. Sí en el mismo océano, unos en yate, otros en lancha, algunos en canoas y la gran mayoría flotado compartiendo tabla. La desigualdad en Colombia, que se oculta con cifras y estadísticas, es dramática. Redistribuir riqueza no da espera.
  1. Se puede hacer mucho por el planeta. Obvio, a la brava, pero se puede salvar. Cierres más frecuentes que impidan que la peor plaga de la que se tenga noticia, nosotros los humanos, recorramos libremente un planeta que no nos pertenece y del que abusamos sin misericordia.
  1. Hay que saber elegir. Grandes potencias, economías y sistemas de salud robustos hacen agua con facilidad cuando se carece de liderazgo. Un mal gobierno es una tragedia y en época de pandemia peor. Aplica para universidades centenarias.
  1. Las dificultades sacan lo mejor del ser humano, pero también lo peor. A la par con gestos únicos de solidaridad, valor y sacrificio, vemos también el clasismo, la falta de empatía y la corrupción rampante que asfixia nuestro país. Un escenario que duele y ante el que no podemos seguir guardando silencio cómplice.
  1. Se extrañan momentos, vivencias, amigos, espacios y el calor de la familia. El consumismo nos tenía alteradas las prioridades.  El regreso a lo básico nos hará más fuertes, más solidarios y más empáticos. Nunca es tarde para dar un giro de 180 grados.
Posdata. Un buen amigo y mejor profesor se expresó en su cuenta de twitter clamando porque las diferencias que se viven en el Externado se tramiten al interior de la Universidad. Usó la manida frase “la ropa sucia se lava en casa”. Estoy de acuerdo. El problema es que el único lavadero que funciona bien en el Externado ya sabemos cuál es. Por eso solo cuando los estudiantes le pegan a la vanidad rectoral en las redes sociales y las denuncias son tan graves que los medios hacen eco de ellas, aparecen las soluciones, así sea a medias. Lo de la censura en la página web y el “instructivo” para el examen oral de cierto docente nos avergonzaron ante el país.

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