En El Radical hemos invitado a las cuatro listas que participarán, el próximo martes 29 de octubre, en la elección de las y los representantes de profesoras al Consejo Directivo de …
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En El Radical hemos invitado a las cuatro listas que participarán, el próximo martes 29 de octubre, en la elección de las y los representantes de profesoras al Consejo Directivo de …
Esta columna de opinión, realizada por Néstor Osuna, aborda la autonomía universitaria como una condición que debe tener la universidad y no como un fin. Esto para desarrollo de los estudiantes y la universidad. También señala que el gobierno universitario ha sido desplazado por la gestión administrativa, procurando primero el bienestar económico y olvidando el progreso cultural y científico de la sociedad.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
El artículo 69 de la Constitución establece la autonomía universitaria, por cuya virtud las universidades tienen capacidad de autorregulación filosófica y académica, así como independencia para determinar sus formas de gobierno.
Esa autonomía no es un fin, como parecen entenderlo a veces las burocracias universitarias, sino la garantía de uno de los pilotes sobre los que están edificadas las sociedades que persiguen su progreso y mejoramiento: la libertad académica, que a su vez es la atmósfera espiritual imprescindible para que los estudiantes puedan desempeñar su trabajo y desplegar su razón de ser.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Dado entonces que la finalidad de la autonomía universitaria es permitir que las universidades cumplan con su función social, y que esta no es otra que construir y transmitir conocimientos en las ciencias, las artes y las humanidades, resulta ajena a su contenido su instrumentación como simple prerrogativa de tipo empresarial, así como su invocación como muralla de aislamiento frente a la sociedad o su utilización como herramienta de control dentro de las instituciones.
Tal como lo dijo nuestra Corte Constitucional en el año 2005, la autonomía universitaria existe para que las universidades sean “verdaderos centros de pensamiento libre, exentos de presiones que puedan perturbar su cometido o que les impidan cumplir adecuadamente con sus objetivos y funciones”.
Andrés Bernasconi, ha puesto de relieve la estrecha relación que existe entre la autonomía universitaria y la legitimidad de los gobiernos universitarios, bajo el entendido de que estos, como todos, requieren de legitimidad para sostenerse y de que esa legitimidad no puede desatender su aptitud para conducir a estos centros educativos hacia el cumplimiento de su misión.
La legitimidad universitaria, entonces, se mantiene en cuanto no desatienda los fines de la universidad, y en su origen, puede provenir de lo que este autor llama la “jerarquía del saber”, es decir, la auctoritas de los profesores con más reconocimiento o mayor vocación académica, o también puede tratarse de una legitimidad política racional basada en el voto y la confianza de los miembros de la comunidad académica.
Sin embargo, el autor también reseña una tendencia reciente a admitir tipos burocráticos o corporativos de legitimación, que apuntan a la gestión administrativa más que a la actividad académica, casos en los cuales es común el desplazamiento del gobierno universitario hacia actores externos a las instituciones, de los que se espera acierto en la gestión de los recursos económicos de las universidades y poca inferencia en los procesos académicos.
Por supuesto que la gestión de las universidades debe tener en cuenta la necesidad de supervivencia económica de los centros de educación superior, eso es una obviedad, pero dado que la finalidad de estas no es la obtención de lucro, sino el progreso cultural y científico de la sociedad, no debe perderse de vista ese vínculo entre autonomía universitaria y libertad académica.
Por tanto, la autonomía y el gobierno de las universidades deben estar al servicio de su comunidad, esto es, profesores, profesoras y estudiantes, que son quienes, en la búsqueda de nuevos horizontes científicos o culturales, en un ambiente de libertad, hacen universidad.
El Radical es un organismo de difusión del pensamiento del externadista, que nació de la mano de un grupo de profesores interesados en el futuro de la universidad, manteniendo la tradición y la calidad que la ha distinguido.
Regresa El Radical, como un medio de expresión necesario, inicialmente para que llegue a la comunidad externadista y sirva sus intereses, cada vez más crecientes y urgentes. Este es un esfuerzo liderado por un grupo de profesores que están conscientes de que los tiempos que corren requieren de permanente debate y discusión desapasionada de los temas de interés de nuestra Universidad Externado de Colombia, a la cual nos debemos todos quienes hemos sido sus alumnos y hoy ejercemos responsabilidades docentes.
Desde el mes de marzo del presente año, se han suscitado sucesos que de una u otra manera han mostrado la necesidad de contar con un medio de comunicación que sea capaz de informar sobre los hechos que están haciendo historia en nuestra Universidad, y además que difunda en un ambiente civilizado las opiniones de distintos sectores que, por diferentes y respetables razones, hoy no están a la mano de todos.
La reelección del Rector, darle vida al Cuerpo Profesoral mediante la aprobación de unos estatutos o reglamento, y en una palabra, crear mecanismos y condiciones para democratizar la Universidad, no son sucesos de menor calado sino de gran trascendencia en la vida de una institución que, hasta hoy, no había tenido necesidad de asomarse a esos aspectos en virtud de la estructura organizacional que gobernó la Universidad parroquial que con el tiempo se transformó en poderosa, pujante y en una organización compleja.
A lo anterior se suma el hecho no menos importante que reclaman muchos miembros de esta comunidad universitaria, de conocer las cuentas de la administración, como tiene que ocurrir en cualquier institución que tenga respeto por unos pilares democráticos sólidos de obligada transparencia. En ese escenario, por supuesto, cobra relevancia imprescindible, la renovación del Consejo Directivo de la Universidad, en su componente de los representantes de los profesores, el cual, como es de público conocimiento, se trata de un organismo que fue elegido hace más de 20 años y, por tanto, su representatividad hoy es precaria, atendidas las distintas expresiones académicas de la inmensa población docente de este Externado.
También el examen y la discutida creación de la decanatura de la Facultad de Derecho, para designar allí un profesor que no solo soporte su pesado día a día administrativo, hoy carga ajena a las tareas de la rectoría y la secretaria general, sino que cuente con el respeto y reconocimiento de los profesores de todos los matices y tendencias, que tenga la virtud de unir en el disenso, y no propalar divisiones innecesarias y peligrosas para la estabilidad y credibilidad públicas de un Externado que ha ganado sitio de privilegio durante los últimos años, gracias al esfuerzo colectivo de todos sus integrantes sin excepción.
El nombre El Radical ha sido adoptado en respeto a la ideología que subyace en el Externado desde su creación el 15 de febrero de 1886, en épocas del temido régimen oscurantista de la Regeneraci un organismonesbiente civilizados. El Externado es de todos, no de nadie en particular. las generaciones futuras.credibilidad pón. Es cierto que los tiempos cambian, pero la ideología inspiradora de este legado que hemos recibido de Nicolás Warlosten, Diego Mendoza Pérez, Ricardo Hinestrosa y Fernando Hinestrosa, ha de seguir siendo el faro orientador de esta Universidad al que debemos rendir culto las generaciones futuras, inclusive su actual rector, Juan Carlos Henao, responsable hoy de los destinos de la “sagrada heredad”.
Estas páginas virtuales verán la luz cada mes, pero ojalá puedan aparecer en períodos más cortos. Bienvenidos todos, sin exclusiones. El Externado es de todos, no de nadie en particular.
El Externado necesita un estatuto profesoral renovado, que armonice los principios que inspiraron su fundación con aquellos que han animado su permanencia y que asegurarán su porvenir, con imprescindible incorporación de la libertad de cátedra, el derecho de asociación, el compromiso con la institución y la ética en el ejercicio docente y profesional.
Un nuevo estatuto profesoral para el buen futuro del Externado
Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
La Ley 30 de 1992, mediante la cual se organizó el servicio público de la educación superior en Colombia, reconoció la autonomía de las instituciones de educación de esa naturaleza, para desarrollar varias actividades propias de su objeto social, entre ellas la relacionada con adopción del cuerpo normativo orientado a regular las relaciones con sus docentes.
Hernando Parra, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
La misma ley dispuso la creación del llamado Consejo Nacional de Educación Superior, CESU, y le confió a dicho organismo, como primera función, la de establecer los requisitos de creación y funcionamiento de los programas académicos, en proceso denominado actualmente, registro calificado, para cuyo trámite se exige además la presentación de los documentos de política institucional que revelen, tanto los criterios para la selección y nombramiento de los profesores, como aquellos que divulguen los métodos para su evaluación, y también los que promuevan instrumentos tendientes a asegurar su estabilidad y a fomentar su capacitación. Esta exigencia se extendió también para efectos de adelantar los programas de Acreditación Institucional, figura que se adoptó como política de Estado para asegurar la calidad de la educación superior.
Así pues, ninguna institución universitaria puede aspirar a la autorización de sus registros calificados para sus propuestas académicas, y menos a su Acreditación Institucional, sin demostrar la vigencia, entre otros estatutos, de aquel dedicado a regular la relación de la institución con sus docentes.
El Externado, precisamente dentro del contexto antes citado, adoptó un estatuto profesoral en 2008, habiendo tomado como sustento del mismo las sencillas disposiciones de los estatutos y el reglamento orgánico interno que se ocupaban de la temática profesoral.
Vale la pena mencionar que desde entonces se advertía la insuficiencia de este estatuto frente a los desafíos que suponía el evidente crecimiento institucional en número de programas y de alumnos, y la modernidad universitaria, de manera que su temporalidad estaba anunciada.
Consiente de ello, hace casi tres años, cuando me correspondió representar a los profesores en el acto de conmemoración de los 130 años de fundación de nuestra Casa de Estudios, mencioné dentro de mis palabas la inaplazable tarea que habría de ocupar a las directivas de la Universidad referida a la atención de esta apremiante necesidad.
El Externado necesita un estatuto profesoral renovado, que armonice los principios que inspiraron su fundación con aquellos que han animado su permanencia, y asegurarán su porvenir, con imprescindible incorporación de los más trascendentales, como libertad de cátedra, el derecho de asociación, el compromiso con la institución y la ética en el ejercicio docente y profesional.
La adopción del reclamado estatuto demanda la convocatoria de los docentes de todas facultades, pues no puede ser producto de una imposición, ajena del todo a nuestra tradición, sino de un consenso, que habrá de encontrar eco en el Consejo de Profesores, cuya reciente activación configura un primer logro histórico de todo el cuerpo profesoral.
Para a este empeño, el compromiso de todos nosotros debe ser in solidum, de cara al futuro del Externado.
Se requiere que la universidad se transforme en la Fundación Universidad Externado de Colombia para así ser mucho más exigente en todos los órdenes, puesto que allí no opera la voluntad de los propietarios, sino los deberes y obligaciones de los encargados del Gobierno Institucional. Razón por la cual no toda persona está en condiciones de asumir tal responsabilidad.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
La técnica de la “personificación Jurídica” en las actividades particulares se da en los entes con ánimo de lucro como son las “Sociedades Comerciales” y los sin ánimo de lucro como son “lasFundaciones”. A diferencia de las primeras que tienen propietarios, éstas tienen “beneficiarios”, y por lo tanto no distribuyen utilidad alguna sino beneficios a quienes acceden a su llamado, y por eso los integrantes de su Gobierno no pueden percibir algo más allá de los sueldos asignados.
Saúl Sotomonte, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Así como en las “Sociedades Comerciales” se exige transparencia y un Gobierno Corporativo bien establecido, en “lasFundaciones”, se tiene que ser mucho más exigente en todos los órdenes puesto que allí no opera la voluntad de los propietarios, sino los deberes y obligaciones de los encargados del “Gobierno Institucional”. Razón por la cual no toda persona está en condiciones de asumir tal responsabilidad.
Si para las sociedades comerciales se exige un sistema de información, de participación y de control que de seguridad a todos los interesados, especialmente a sus propietarios, con mayor razón se ha de exigir para “Las Fundaciones”. Razón de más para que la información requerida deba ser veraz, completa, clara y oportuna sin restricción alguna.
Cuando en las “Fundaciones” no se da una dirección y administración organizadas, claras y transparentes como corresponde a los parámetros de la ética en la gestión de lo ajeno, se incurre en abuso de poder, lo que puede causar perjuicios a los “beneficiarios” y a la comunidad en general.
En los términos más positivos queremos trasladar el anterior análisis a la situación de “La Fundación Universidad Externado de Colombia”, destacando las siguientes particularidades:
Se fundó atendiendo un llamado por la democracia, la tolerancia y el respeto por las ideas ajenas, partiendo de la observancia de una conducta pública y privada intachable.
Dentro de su organización tiene previsto el cargo de “Rector”, representante legal de la persona jurídica. “El Consejo Directivo”, como máximo órgano del Gobierno de la institución y como tal nombra al Rector, y en el cual están representados los profesores y los estudiantes. “El Consejo de Profesores y el Consejo Estudiantil”, quienes son los encargados de designar al Consejo Directivo. Tiene, además, la Secretaria General y la Revisoría Fiscal.
La Universidad fue fundada en l.885 tan sólo con la Facultad de Derecho y con aproximadamente treinta estudiantes, y además el trabajo profesoral era ad-honorem. Para estos tiempos las cosas han cambiado.
La Universidad tiene algo más de diez facultades y un gran número de cursos de Especialización y de Maestrías, así como de Doctorado. Cuenta con cerca de 15.000 estudiantes.
Desde el punto de vista patrimonial, la Universidad se ha consolidado de manera importante.
La universidad tiene una planta profesoral de más de mil personas lo que hace necesario el Estatuto Profesoral, así como la reglamentación de becas para adelantar estudios fuera del país.
Tiene importantes acuerdos internacionales.
Lo anterior y demás requerimientos del mundo moderno hacen que los estatutos de la Universidad previstos para el Siglo XIX se actualicen, buscando su democratización y transparencia en todo nuestro actuar, así como la debida asignación de funciones y las responsabilidades del caso.
En próximas entregas presentaremos nuestras sugerencias sobre el particular.
Nace cuando se movieron los cimientos de la centenaria casa universitaria con ocasión de unos derechos de petición a la Rectoría y la reelección de Juan Carlos Henao, logrando así una convocatoria de profesores en la que se buscaba censurar sus opines de los medios de comunicación.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Este será un año inolvidable en el Externado por todo lo sucedido a partir de marzo, cuando se movieron los cimientos de la centenaria casa universitaria con ocasión de unos derechos de petición a la Rectoría, presentados por el ex profesor Eduardo Montealegre y por el docente Néstor Osuna. A partir de ese “florero de Llorente”, empezó un período de crisis ante la necesidad de democratizar la Universidad y pedir cuentas a la administración, entre otros aspectos cardinales.
El Consejo Directivo, movido por la necesidad de enfrentar una tutela, intempestivamente decidió reelegir al Rector Juan Carlos Henao, sin que esa decisión haya permitido que las aguas regresen a su cauce natural.
Ramiro Bejarano, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
En el afán de honrar un proceso de democratización, se convocó el estamento profesoral para expedir el Estatuto de los Profesores, por primera vez en 135 años de existencia de esta alma mater, antaño considerada el templo del liberalismo radical.
Convocar los profesores ha traído desde cosas buenas hasta nerviosismo, y por cuenta de esos extremos, en una primera asamblea de abril se formularon confusas propuestas para mantener esta crisis a salvo de los medios de comunicación, intento fallido porque las propias directivas patrocinaron los publirreportajes transmitidos en una emisora en la que entrevistaron a quienes supuestamente pretendían defender al rector Henao de la conspiración montada por Montealegre – la cual solo tuvo lugar en la obsecuente imaginación de algunos interesados en confundir para descalificar –. El resultado está por verse, pero ya quedó memoria de esta propuesta inesperada e impensable lanzada el pasado 1 de octubre que con matices nada democráticos se aprobó:
“Conscientes de la importancia de los debates y consensos a los que hemos llegado, consideramos relevante insistir y resaltar lo acordado en el mes de abril de este año, en el sentido de mantener las discusiones alejadas de los medios de comunicación, con respeto por el nombre de la Universidad y de las formas, elementos que nos permitirán fluir (sic) en el disenso. También insistimos en no replicar mensajes o realizar afirmaciones en medios de comunicación o redes sociales con contenido que puede ser constitutivo de afirmaciones deshonrosas o falsas, que afecten el buen nombre de la Universidad o cualquiera de sus miembros”.
Escasas voces de algunos profesores rechazaron esa propuesta, por su talante censurador a los medios y a todo aquel que se considere asistido de razones para expresar sus opiniones sobre esta crisis en las redes sociales.
Era evidente que en los salones libertarios del Externado, surgidos de las cenizas de “La Humareda” en respuesta al Estado confesional y represor, el mismo que mantuvo una actitud enhiesta en la hegemonía conservadora y en la dictadura de Rojas Pinilla, por primera vez, en vez del diálogo y la tolerancia, se abrían camino las imposturas intolerantes y represivas. ¿A quiénes pretendían callar y a qué le temen que se comente públicamente? La propuesta maquillada quedó así:
“Conscientes de la importancia de los debates y consensos a los que hemos llegado, consideramos relevante insistir y resaltar lo acordado en el mes de abril de este año, en el sentido de mantener las discusiones al interior de la Universidad y de las formas, elementos que nos permitirán fluir (sic) en el disenso. La Asamblea rechaza las afirmaciones falsas realizadas en medios de comunicación y redes sociales”.
Democratizar cuesta y mucho, pero nunca puede significar el sacrificio y el olvido de los principios fundantes de una institución libre y pluralista.
Es documento en el que se presentan 6 preguntas que fueron enviadas al rector para ser respondidas por escrito. El plazo de 72 horas se cumplió y aunque hubo respuesta 6 días después, la respuesta dada es a través de una cita entre el rector y director del periódico, cita pendiente para cuando se dé el escenario propicio.
Por considerarlo de interés para la comunidad Externadista, el Periódico El Radical envió en días pasados unas preguntas al Doctor Juan Carlos Henao con el propósito de que a través de esa entrevista pudiera conocerse su opinión acerca de temas fundamentales y trascendentales.
Con tal fin, El Radical envió al rector un cuestionario breve y sencillo, con la esperanza de que fuese respondido en 72 horas hábiles, lo cual no fue posible porque el doctor Henao, en una nota remitida seis días después, en vez de contestar las preguntas invitó al Director de este periódico y a quienes tuvieran interés a reunirse personalmente para responder las inquietudes, declinando la posibilidad de hacerlo por escrito.
El Radical agradece la invitación recibida para sostener la reunión propuesta por el Rector, a la cual también está dispuesto cuando se den las condiciones propicias para ello, ojala en un futuro cercano. No obstante, El Radical considera que independientemente de esa posible reunión, la comunidad Externadista tiene derecho a conocer el cuestionario planteado al Rector que sigue pendiente de sus respuestas, por lo cual las publicará a continuación con la idea de contribuir a la democratización y transparencia de nuestra casa de Estudios.
La respuesta recibida del Rector Henao al cuestionario enviado por El Radical antes del cierre de esta primera edición, fue la siguiente:
Las preguntas enviadas al Rector, respecto de las cuales sigue abierta la invitación de El Radical para que sean respondidas, de manera que puedan ser publicadas en la próxima edición, fueron las siguientes:
¿Qué entiende usted por democracia al interior del Externado?
¿Cómo interpreta usted el principio de transparencia en el buen gobierno universitario?
¿Cuál la razón para que en los casi siete años de su Rectoría, no haya promovido la renovación del Consejo Directivo, el cual ya completó más de 20 años de haber sido nombrado ?
¿Cómo mira la Rectoría la reciente institucionalización del Consejo de Profesores?
¿Cuál es el alcance de la rendición general de cuentas de la gestión rectoral en los últimos siete años?
¿Dentro del propósito de democratización del Externado han considerado Usted, o el Consejo Directivo de la Universidad, modificar los estatutos para ampliar el periodo del Rector o regresar a la rectoría indefinida, y en dado caso. ¿Usted estaría dispuesto a continuar en la rectoría después de mayo de 2021?