• 2024-12-02
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Vientos de represión y dictadura

Todo parece indicar que el Rector del Externado quiere manipular a su antojo las elecciones de representantes de profesores. El Radical denuncia.

En vez de avizorarse una solución consensuada de lo que es una grave crisis de gobernabilidad y credibilidad que atraviesan el Rector y el Consejo Directivo de la Universidad, lo que se aprecian son más señales de autoritarismo.

El reglamento acordado por el pleno de los profesores de la Universidad que fuera remitido al Consejo Directivo para que tomara nota del mismo, ha sido objeto de sensibles modificaciones. En otras palabras, el reglamento profesoral no será el que autónomamente han adoptado los docentes después de reunirse en extenuantes y acaloradas sesiones, sino el que convenga a la camarilla que nos gobierna.

¿Qué clase de participación se reconoce a los docentes que luego de conciliar un reglamento profesoral, la respuesta que se recibe por los mandamases de la Universidad no es el simple visto bueno, sino la grosera intromisión en la voluntad colectiva del cuerpo docente? ¿Qué se proponen el Rector y su Consejo Directivo interfiriendo de manera tan alevosa en los designios de la comunidad profesoral?

La idea no es contribuir a crear espacios de disenso en la institución, sino incrementar el proceso de “venezolinación” de sus estructuras, pues al igual que en la republiqueta de Maduro, aquí un grupo minúsculo aspira erigir su voluntad en ley, sin que a nadie le sea permitido disentir o siquiera expresar sus opiniones en este medio de comunicación enhiesto y altivo, donde hemos abierto estas páginas para que muchos de los profesores y estudiantes que quieren participar, lo hagan con seudónimos, porque las directivas han prohibido a su manera que alguien con su pluma u opinión apoyen este esfuerzo editorial para recuperar los espacios pluralistas que cerraron Henao y su cohorte de aduladores.

La anterior situación se torna todavía más traumática, cuando el Rector y su Consejo Directivo, que violentó la voluntad colectiva profesoral, no convocan a elecciones para sustituir el deteriorado cuerpo de sus representantes, y además deja filtrar sus abusos.

Para que en la Universidad pueda existir un proceso democrático capaz de sustituir las caducas estructuras, es necesario que lo autoricen quienes tambalean en el lodazal de su desprestigio. Eso explica el por qué no se convocan elecciones en forma inmediata, pues se ve claro que esa injustificada e irritante maniobra esconde una calculada estrategia de poder manipular las elecciones de representantes de profesores al Consejo Directivo. La idea parece ser convocar a elecciones cuando las tenga asegurada el arrogante conventículo, que mal interpretando la tradición de esta Casa de Estudios se sienten sus herederos y dueños, como si el Externado fuese propiedad de una familia o de un apellido, y no el esfuerzo mancomunado que por años han desplegado profesores de todas las tendencias y disciplinas que han creído en la necesidad de que esta Fundación siga ocupando el lugar de respeto que le reconocía la sociedad.

El reciente anuncio que en una de las asambleas profesorales hiciera la Decana de la Facultad de Derecho como vocera de las directivas, fue más amenazante. En efecto, el conciliábulo que no rinde cuentas, que evalúa a su manera el desempeño de los profesores horadando la autoridad ganada por quienes no se arrodillan ante la arbitrariedad, se propone reformar los estatutos de la Universidad para que del mismo hagan parte el Presidente de la Asociación de Exalumnos y dos grandes industriales.

La propuesta no calza con una Universidad reacia a la plutocracia, y es una burla, porque es el Rector quien nombra al Presidente de la Asociación de Exalumnos y por ello su “independencia” en esta hora se ha hecho ostensible; lo mismo pasaría con esos dos prohombres del sector económico que llegarían a apoderarse del Externado.

¿Será, acaso, que lo que hay detrás es una jugada maestra del gigante Grupo Bolívar, del cual la institución es inexplicable e ilegalmente accionista, quien vendría de frente a controlar a uno de sus socios que parece resultarle incómodo?

Con este timonazo totalitario el Externado no se sabe en manos de quién o quiénes quedaría, en todo caso no serían en las de sus defensores desinteresados.

Deben de estarse revolcando en sus tumbas los abuelos radicales. ¡Post Tenebras Spero Lucem!

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