EL RADICAL convoca – Reflexiones para el Externado en esta época de crisis global
EL RADICAL ofrece sus páginas libres e independientes para quienes quieran expresarse ante esta difícil coyuntura. Para tal fin, su editor estará atento a recibir los mensajes y propuestas al correo: elradicalinfo@gmail.com.
EL RADICAL convoca
Reflexiones para el Externado en esta época de crisis global
EL RADICAL ofrece sus páginas libres e independientes para quienes quieran expresarse ante esta difícil coyuntura. Para tal fin, su editor estará atento a recibir los mensajes y propuestas al correo: elradicalinfo@gmail.com.
Este es un momento de una sensibilidad social, sin precedentes, en las últimas generaciones y por ello EL RADICAL consciente de esa lacerante realidad hace presencia de nuevo en la comunidad externadista para contribuir en la formulación de propuestas o ideas encaminadas a hacerle frente a esta terrible pandemia, no sin antes lamentar el liderazgo errático con el que se ha pretendido conducir a nuestra comunidad en estos tiempos turbulentos.
La primera postulación tiene que ver con la necesidad de convocar a directivas, profesores y estudiantes a que concilien espacios de encuentros aun en la diferencia, y pensando en ello, EL RADICAL ofrece sus páginas libres e independientes para quienes quieran expresarse en cualquier sentido. En esta hora debemos estar dispuestos a oírnos todos y no solamente a imponer la insular voz de una autoridad que no puede desgastarse impartiendo órdenes antipáticas o que generen divisiones.
Esta convocatoria va extendida como filosofía para practicarse al interior de la Universidad en todos sus estamentos, para rescatar el clima de deliberación y respeto por la opinión ajena y disidente en el que nos formamos. Con tal fin, el correo electrónico de nuestro editor, Felipe Ortegón Romero, estará atento a recibir los mensajes y propuestas que tengan a bien enviarnos: elradicalinfo@gmail.com y felipeortegon1983@hotmail.com
En el marco de esta iniciativa es relevante que la comunidad externadista piense en la urgencia de hacer presencia solidaria con sectores de la población que en esta emergencia están más desprotegidos. No solamente merecen atención directivas, profesores, alumnos y empleados de la Universidad, sino otras personas que hacen parte de muy diversas maneras del entorno funcional de la actividad académica.
La Universidad de los Andes, por ejemplo, se ha comprometido en una ayuda humanitaria a sus vecinos, encomiable decisión que por su trascendencia en todos los aspectos, debería ser repetida en nuestra Casa de Estudios. A su turno, el Colegio Mayor del Rosario optó por anticipar los grados a sus alumnos de Medicina con la mira puesta en que estos egresados se ocupen de la emergencia médica. Y es aquí donde EL RADICAL pregunta a la generosa comunidad externadista si habremos de pasar en silencio en este crucial instante de la vida nacional.
Una Universidad de tradición liberal, pluralista y con alto sentido social no puede reducir sus mensajes sociales a ser únicamente partícipe de un importante conglomerado económico, porque en sus aulas y en su inmenso cuerpo de egresados hay personas capaces de prestar ayuda humanitaria de muy diversa naturaleza a quienes están en situación de vulnerabilidad. Por ejemplo, los externadistas, los que están educándose o quienes ya abandonaron físicamente el claustro, podrían constituir brigadas de apoyo legal a personas que son menoscabadas en sus derechos laborales o los fundamentales, de manera que encuentren auxilio oportuno y gratuito en la desesperada situación en la que han sido puestas por cuenta del abuso y la arbitrariedad.
También se echan de menos las propuestas de nuestros penalistas para superar el grave problema en las prisiones y la excarcelación domiciliaria con fines humanitarios.
Lo único que no le puede pasar al Externado ni a los externadistas es que cuando la historia de esta hora trágica para la humanidad se escriba, no haya nada para contar ni registrar de parte nuestra. Nuestros abuelos radicales, que se alzaron contra la opresión y de las cenizas levantaron este Externado que hemos construido entre todos, no se sentirían ni interpretados ni honrados con un silencio inexplicable e indolente.
Pero no menos importante es que la Universidad en este momento sea consciente y tenga en cuenta las penurias de sus estudiantes, hoy enfrentados con sus familias a unas dificultades para las que no estaban preparados. Por ejemplo, podría Bienestar Universitario aliviar las penas de varios de ellos facilitándoles el acceso a computadores o a instrumentos para poder adelantar sus estudios en los tiempos del coronavirus, y ofrecer virtualmente el acceso a todos los libros de la biblioteca, a buena parte de estos. Además, podría poner en práctica, así sea transitoriamente, un ajuste en los costos del próximo semestre atendiendo las particularidades de este que sin duda es atípico.
Es solo una lluvia de ideas que mitigaría la sequía que hoy sacude a unos estudiantes que por fin verían a la Universidad de su lado, preocupada por sus avatares y angustias. Poco ayudan las imágenes de discusiones exhortando a “controlar la cabeza” ajena pero sin ordenar la propia, como extraviado camino para no oír al contrario y menospreciarlo, postura ajena a nuestros postulados éticos como externadistas.
En ese orden de ideas, toma sentido que ahora la Universidad cumpla la justificación que el Doctor Fernando Hinestrosa solía dar al hecho de que el Externado fuese accionista de un importante conglomerado económico, condición que hoy la ha convertido en la más rica del país, en el sentido de que ese esfuerzo era un “ahorro” que se constituía en un “seguro de vida” ante alguna adversidad. Llegó el momento de que ese billonario ahorro sea utilizado en bien de la comunidad externadista y de la Universidad toda. Muchos de nuestros estudiantes agradecerían la concesión de becas para poder matricularse y adelantar sus estudios sin tropiezos contando con un auxilio informático.
En este último aspecto urge también que la Universidad oriente sus preocupaciones a la formación de una nueva cultura de la tecnología como medio de transmisión del conocimiento. Los sistemas SAP y BANNER hoy tienen probadas sus deficiencias y por tanto se hace necesario ajustarlos o sustituirlos. Ello, además, ha de estar acompasado con una política de capacitación generalizada de estas modernas herramientas, tanto de estudiantes como de profesores y funcionarios.
Obviamente EL RADICAL apoya el mensaje y el esfuerzo de que la Universidad no se paralice en estos días de cuarentena, porque esa sería una opción ruinosa para su propio futuro y además el de nuestros estudiantes, el personal administrativo y todos los docentes. En tal sentido, conviene insistir en que las clases virtuales se adelanten e inclusive que se puedan surtir los exámenes respectivos pero dentro de una metodología inteligente y novedosa que no repita los estereotipos de evaluación que hemos ensayado durante más de un siglo. Es preciso que los docentes puedan concertar con los estudiantes métodos ágiles de evaluación, diseñados sobre fórmulas imaginativas que partan del principio de que sea el evaluado quien tenga que contribuir a un mejor sistema de comprobación de sus competencias. Por ejemplo, que los alumnos trabajen individualmente en la preparación de trabajos académicos a través de los cuales puedan demostrar que han quedado suficientemente adiestrados en las diferentes disciplinas. Este debe ser un esfuerzo para todas las facultades, no solo la de Derecho, pues en cada una es preciso construir el mismo edificio del saber, ajustándose a las necesidades de un momento excepcional
En este inventario de preocupaciones, por supuesto que también ocupa sitio de privilegio, que la Universidad y particularmente su Facultad de Derecho enfrenten de manera responsable, segura y consensuada la labor de analizar el pensum académico, con miras a tomar decisiones trascendentales como la de semestralizar o no la carrera y definir cuál habrá de ser el perfil del futuro abogado que ha de ofrecerse al país en general.
Cierto es que por diversas razones que no es preciso explorar ahora, a la Universidad se la ha hecho tarde enfrentar y solucionar este complejo asunto, pero no menos cierto lo es que tampoco puede precipitarse ahora a tomar decisiones sobre estos temas, justamente en el peor momento por el que atraviesa la humanidad.
El Externado debe propiciar una discusión franca, abierta, donde puedan participar todos los sectores, tanto directivos, profesores como estudiantes, para tomar las decisiones que seguramente estarán rigiendo por el resto de esta accidentada centuria que apenas se inicia. A nadie escapa que promover tan severa empresa de reformar el pensum académico en medio de la cuarentena por el coronavirus no ofrece las mejores condiciones para que, de manera íntegra la comunidad externadista, sin excluir a nadie, se ocupe de esta tarea que siendo urgente no ha de tratarse como inminente, en conciliábulos o con tímida difusión, pues esto merece un amplio y público debate.
Cuando todo vuelva a la normalidad, será la hora de verificar cómo habrán de contribuir todas las facultades a la post crisis, como también si la Universidad deberá seguir concentrada en las ciencias sociales o si llegaron los tiempos de interesarse en educar generaciones para otras disciplinas que también le sirvan al país, como hasta ahora lo han hecho los miles de egresados de todas las facultades.
El Externado del nuevo milenio debe diseñar un canal de comunicación de la realidad externadista, pues nuestros estudiantes, profesores y funcionarios no están siendo escuchados debida ni oportunamente. La Universidad no está en capacidad de saber, por ejemplo, ¿Quién se encuentra en situación de vulnerabilidad económica, habitacional o incluso emocional? o ¿Quién carece de equipo de cómputo o de conexión a internet para atender sus clases virtuales?
Igualmente, es urgente la creación de un Centro de Pensamiento para contribuir con ideas y acciones a superar la difícil situación del país ante la crisis y luego de ella, desde la perspectiva del Externado, con atención prioritaria de la problemática de nuestras gentes, mediante la promoción de bancos de proyectos para soluciones efectivas de algunos de los tantos problemas sociales y económicos que sobrevendrán, de fondos de solidaridad y ayuda concreta.
En fin, este mensaje de EL RADICAL en la mitad de esta dura emergencia en la que se ha puesto a prueba la fortaleza de la comunidad externadista y de su indeclinable fe en el humanismo, es una reiteración de que este medio no se rinde, como lo pregona el título de esta especie de carta abierta, y que seguirá vigente con la mirada puesta en hacer del Externado un centro deliberante y pluralista del pensamiento y de la solidaridad. La cosa, pues, es entre todos, no estamos en la era de las imposiciones sino en la de los consensos y de las soluciones pensadas en función del presente pero que aseguren el porvenir de nuestro amado Externado.
Adenda
A solicitud del profesor HERNANDO PARRA, a partir de este número deja la dirección de EL RADICAL y asume en su reemplazo el profesor NÉSTOR OSUNA.
Ante las reiteradas peticiones de diferentes sectores de la Universidad para que asuma nuevos retos en el Externado, el profesor PARRA ha considerado que las tareas que se propone asumir le impiden continuar como Director de este medio, aunque continuará contribuyendo con sus agudas y leídas columnas. EL RADICAL agradece su presencia y colaboraciones, al mismo tiempo que le augura éxitos en las futuras responsabilidades que eventualmente deba asumir por el bien del Externado.
Le damos, entonces, la bienvenida al Doctor OSUNA como nuevo Director de EL RADICAL, quien también seguirá colaborando con sus columnas.
Bogotá, 8 de abril de 2020.