Serenidad y paciencia…
La gestión del nuevo rector no se mide por el inmediatismo mediático, sino por la verificación del cumplimiento de su programa y por las respuestas que dé la Universidad a la situación social, política y económica que afecta a sus integrantes.
Serenidad y paciencia…
La gestión del nuevo rector no se mide por el inmediatismo mediático, sino por la verificación del cumplimiento de su programa y por las respuestas que dé la Universidad a la situación social, política y económica que afecta a sus integrantes.
Por: Farid Tapias.
Graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
El Externado es mucho más que unos edificios con bonitos jardines encumbrados en el cerro de Guadalupe, es un refugio para estructurar y forjar un criterio autentico y riguroso.
Nuestra Universidad fue fundada en oposición a las verdades inconcusas del dogmatismo religioso y oficial del autoritario régimen de La Regeneración. Hoy, más de 130 años después, los principios libertarios de los fundadores siguen vigentes para enfrentar las vicisitudes de la complejísima sociedad colombiana. Así que, desde la bienvenida como primerizos se nos ofrecen herramientas para ser pluralistas, a entendernos desde la heterogeneidad, pero también a ser sensatos en nuestras valoraciones.
Gracias al periódico EL RADICAL, creado por un grupo de profesores reconocidos por su bagaje académico, independencia y vehemencia, se logró la renovación del consejo directivo. A pesar de la polarización, turbulencia y desgaste que dejó esta batalla -aunado al caos generado por la pandemia-, cabe resaltar que ninguno de los miembros fue escogido a dedo ni a través de los conocidos vicios de la política. Todos y todas lograron su elección en parte por el reconocimiento construido por años de trabajo pulcro y eficaz, y en parte por la solidez de sus propuestas – ampliamente divulgadas y debatidas-. Este nuevo consejo, a su vez escuchó y ratificó el sentir de la mayoría externadista al escoger al profesor Hernando Parra Nieto como su nuevo rector. Quien está bien legitimado por la unanimidad de su elección.
Es un hecho notorio que, por cuenta de los estragos ocasionados por la pandemia, el mundo no va a funcionar igual que antes. Desde lo individual a lo colectivo, todo se está reinventado y en el mejor de los casos reacomodando. Por eso, aún es muy temprano para juzgar la gestión del rector Parra Nieto y del consejo directivo, quienes apenas comienzan su singlar. Reducir que el éxito del nuevo rector es solo haber sido elegido y posesionado, para dejar que la Universidad se maneje sola -o sea que, en menos de tres meses ya se ha anquilosado-, es una conclusión precipitada y simplista.
Los resultados de la gestión no se miden por el inmediatismo mediático, sino por la verificación del cumplimiento de su programa, así como de las respuestas que den a la situación social, política y económica que afectan a los integrantes de la Universidad. Ante los altisonantes y refinados insultos que ya han vaticinado que el Externado, por cuenta del nuevo rector no llegará a ninguna parte y que está condenado de antemano al fracaso, se me viene a la memoria la famosa respuesta de Kalimán a Solín «Serenidad y paciencia…». Los estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad tendrán la última palabra sobre la gestión de Hernando Parra Nieto como rector, y del consejo directivo como órgano de control.
Finalmente, es innegable que el Externado puede generar pasiones desbordadas en todos los que tuvimos la fortuna de educarnos en sus aulas. Por mi parte, auguro lo mejor en la gestión que acaba de empezar. Y sin perjuicio de nuestro espíritu liberal e independencia de carácter para evaluar los resultados del programa rectoral, encuentro pertinente que no olvidemos, para bien de nuestra alma mater, los versos de Martin Fierro:
Los hermanos sean unidos
porque ésa es la ley primera
tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea,
porque, si entre ellos pelean,
los devoran los de ajuera.