El eterno vasallaje
En la Universidad Externado de Colombia nos cuesta liberarnos, dejar la alienación, pero todo tiene un comienzo. Quienes empezamos la cruzada de la democratización lo estamos logrando.
Por: Jorge Fernando Perdomo.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
El vasallaje se ha definido como una relación de dependencia y sumisión entre una persona y su señor, esencia de regímenes monárquicos feudales y autoritarios, donde se imponían los privilegios hereditarios y la omnipotencia. Pareciera que estos tiempos están superados, pero permítanme narrarles una experiencia personal en la Universidad Externado de Colombia que hasta hoy puedo expresar con serenidad.
Hace muchos años y con ocasión de alguna conmemoración importante en nuestra Universidad, se organizaron diversos eventos de celebración a los que fuimos invitados todos los profesores. La culminación de la efeméride tenía previsto la aparición del gran maestro Fernando Hinestrosa en el balcón del bloque A, para celebrar con su gente; recuerdo que salí de la biblioteca y me encontré de frente con la imagen de la familia Hinestrosa Rey, el Maestro, su dignísima esposa Doña Consuelo, sus hijos, sus nietos y no recuerdo quien más estaba allí alzando la mano y saludando a su pueblo, como aquellas imágenes que solemos ver cuando en las capitales europeas aparecen las familias reales en sus palacios. La escena me pareció hasta ese momento solo extraña, pero luego un académico a quien admiro susurró: “allá la familia real, aquí estamos los vasallos”, y abandonó rápidamente la multitud, lo que hice yo también seguidamente, casi inconscientemente, en medio de los aplausos y vítores de la comunidad académica a la gran familia.
Nadie duda del gran y espléndido legado de la familia Hinestrosa a la Universidad Externado de Colombia, ni dejaré yo mismo de agradecer los sabios consejos personales y académicos del Maestro Fernando durante muchos momentos de mi vida, y lo remarco porque cada vez que hago críticas legítimas a la situación actual de nuestra Universidad aparecen envalentonados y hasta groseros colegas tildándome de malagradecido. Gracias debo dar en todo caso por haber aprendido a discernir, a pensar y cuestionar, lo que hace 2 años me llevó con otros colegas a hacer preguntas válidas y a plantear la necesidad de reformas estructurales a nuestra alma mater, con el simple objetivo de hacerla mejor, cada vez más grande y quizás como el Maestro la quisiera ver hoy. Pero esto no podía gustarle al rector “ungido”, ni a quienes desde hace más de dos décadas calientan la silla del consejo directivo; empezaron inmediatamente las recriminaciones privadas y públicas, las amenazas soterradas y la política de aislamiento, al crítico antes codiciado, ahora se le desprecia, se le mira con desidia y se le considera un traidor, como en la época del oscurantismo.
Pero la tarea se ha estado haciendo bien. Los pocos logros democráticos que en estos últimos años hemos tenido, por ejemplo, el que se vayan a realizar elecciones al consejo directivo, las (des) organizadas reuniones de profesores y otras cositas más, nacieron de aquél vilipendiado derecho de petición de los herejes. A esos herejes hoy nadie quiere mirar o saludar en los pasillos de la Universidad, a esos radicales no se les recibe en las listas a las elecciones porque quitan votos, pero gracias a esos renegados aquellos se pueden hoy postular (¡bravo!). No importa, desde esta tribuna, desde las redes, si es necesario desde los medios de comunicación (no nos prestaremos para tapar), seguiremos denunciando la antidemocracia enquistada en el régimen feudal externadista y pidiendo cuentas a quienes dirijan la Universidad, pues el Externado de Colombia es de todos, no de unos pocos ni de una familia, me resisto al eterno vasallaje.
Adenda: en la prueba reina del vasallaje (el poder general otorgado por el “ungido” a la heredera) se otorgan facultades “de naturaleza patrimonial para enajenar, adquirir, gravar y comprometer bienes muebles e inmuebles y celebrar los respectivos contratos”. Pregunto: ¿nos van a contar en qué ocasiones se ha ejercido esta facultad? Sospecho la respuesta, contra el secretismo la denuncia.
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