El Externado: la maqueta del Estado colombiano
Así como tenemos una Constitución con unos principios hermosos y armónica, también contamos con una Universidad fundada en un ideario sublime. Todo muy bien en el papel, pero completamente contradictorio en la práctica.
Por: Exalumno cauteloso.
Cuando me gradué de la Universidad recuerdo que el maestro Hinestrosa nos dijo: “lleven el título de Externadistas con orgullo y arrogancia”. Creo que se lo decía todos los graduandos. Imagino que lo afirmaba porque creía invenciblemente que el Externado nos había preparado mejor que cualquier otra institución, como profesionales y humanistas.
Hace poco mi hijo me manifestó su intención de estudiar Derecho y me preguntó cuál sería la mejor universidad para hacerlo. También recuerdo que la misma pregunta le hice a mi padre, quien en su momento me manifestó: ¡sin dudas! el Externado, pues de allí habían egresado los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, quienes habían sido además sus profesores y porque la institución se había fundado sobre las bases del liberalismo; era abierta, humana, con un gran afecto hacia nosotros los provincianos.
Pero esa respuesta, lastimosamente la dejé para mis adentros, y aunque también le dije a mi hijo que la mejor opción sería el Externado, las razones que le di fueron otras. Le manifesté que ninguna universidad lo prepararía tan bien para enfrentar al país como esta. Entonces volvió a preguntarme el porqué de mi aseveración y le dije que el Externado era un pequeño Colombia, principalmente una maqueta del Estado Colombiano. Insistió en que diera más sustento a mi argumento. Le dije que así como teníamos una Constitución conformada por unos principios hermosos y bellísimamente armónica, teníamos una Universidad fundada en un ideario sublime.
No obstante, en ninguno de los casos se había logrado el cumplimiento de aquellos, porque, al igual que en la Constitución y el Estado Colombiano, una cosa es lo que quieren los ciudadanos e inclusive el Presidente, y otra lo que hacen las personas que se encuentran en la administración, la forma en la que se conculcan los derechos fundamentales, se omite el cumplimiento de la ley, se olvida que el servidor público es eso, un servidor, una persona que está al servicio de otra y una vez sentada allí, en su silla poderosa, invierte la lógica y se vuelve autoritaria.
Entonces mi hijo me preguntó: ¿y en qué forma el Externado me enseña eso? Y le respondí: actuando exactamente igual que el Estado, como su maqueta. No te tratará como un cliente o un consumidor que lo ha escogido de entre el inmenso abanico de posibilidades que tienes para educarte en Colombia o en el mundo, sino como si no hubiera otro sitio al cual ir. Por eso te impondrá reglas, como lo hacen quienes tienen posiciones dominantes, muchas de ellas redactadas por los mismos que escribieron aquellas que convirtieron al Estado Colombiano en una Torre de Babel; te encontrarás con la Teoría del Derecho, los derechos fundamentales, la presunción de inocencia, la buena fe, dictadas por verdaderos maestros, pero no verás su aplicación en el mismo instante que debas presentar un examen, reclamar un derecho o adelantar un trámite administrativo en la Universidad.
De hecho, verás que sin importar si estás en pre grado o posgrado, te harán sentarte a dos sillas de distancia de tu compañero para que no te copies, porque a pesar de todos los valores que te he inculcado presumirán que eres un tramposo y que no vas a aprender sino a obtener un título que solo allí se puede expedir.
Verás que la unidad administrativa de la Universidad aplica unas normas completamente diferentes a las que te enseñarán tus profesores; que te obligarán a cumplir y presentar todo tipo de documentos en una oficina que actúa en desarticulación con la otra y por ende un mismo documento no te servirá para las dos dependencias; se dirigirán a ti, en el mejor de los casos, de manera cortante porque creen que te están haciendo un favor y te cambiarán las condiciones una y otra vez, porque como buen reflejo del Estado, la incertidumbre es nuestra característica; te encontrarás con que el papel sigue siendo el único elemento contentivo de la verdad, porque el sistema operativo ha sido creado por abogados del siglo pasado, sí, ese que pasó hace ya 20 años, para quienes el mundo digital es cuestión de los ingenieros y no del Derecho; entonces, fieles a sus limitados conocimientos, aplican las reglas que conocen a los procesos administrativos, creando así un mar de requisitos, obstáculos, trámites, sino idénticos, superiores a los que se pueden encontrar en una ley de contratación Estatal y hechas para combatir al alumno en su presunta posición delincuencial.
Y el ¿Rector?, hijo, el Rector es como el Presidente, siempre está rodeado por los que crean ese caos y jamás le reconocerán que las cosas no están bien y feliz de ser adulado por ellos. Por eso al igual que el Maestro Hinestrosa, el Rector Henao, cree que estarás más que preparado para enfrentar al país que nos tocó.
Entonces mi hijo me dijo que tal vez estudiaría ingeniería y le respondí que en Colombia para ser un ingeniero exitoso había que especializarse en ley de contratación Estatal.
*EL RADICAL pública este artículo de un exalumno de la Facultad de Derecho de los 90, aunque sea un análisis anónimo. Respetamos y compartimos el derecho de la comunidad Externadista de expresar sus opiniones de manera libre, así no quieran firmar los textos.
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