La supuesta toma del poder
Los únicos ideales de quienes impulsamos este espacio periodístico, es que el poder sea tomado por la democracia, la transparencia, la participación y la tolerancia, causas que identifican además el ser propio del Externado.
Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
De un tiempo para acá el régimen que administra el Externado ha divulgado la tesis según la cual, quienes creamos este espacio de EL RADICAL, con el propósito de expresar nuestras opiniones acerca del rumbo que ha tomado la Universidad en los últimos ocho años, lo único que pretendemos es “apoderarnos” del Externado. Nada más alejado de la realidad, de manera que lo único que refleja tal afirmación es el temor a que se conozca abiertamente la realidad académica, administrativa y financiera de la institución.
Las leyes de Newton nos enseñaron desde la etapa escolar, que toda acción genera una reacción, de suerte que en nuestro caso las infundadas descalificaciones promovidas por el régimen, camufladas bajo el oprobioso sistema de rumores – propio de quienes eluden la confrontación de ideas y propuestas– unido ello a una administración del todo excluyente, obraron como el detonante de este movimiento de expresiones libres, con el ánimo de informar de manera objetiva sobre la verdad del Externado.
El ideario y el patrimonio de nuestra Casa de Estudios pertenecen a su comunidad, conformada por sus profesores, estudiantes, funcionarios y antiguos alumnos, y en consecuencia a todos nos es exigible la obligación de fungir como veedores de su preservación y mejora continua, de manera que nos asiste también la carga de censurar todo aquello que se aleje de los postulados que inspiran las buenas prácticas de la administración académica, sin cuyo concurso el futuro de cualquier institución educativa aparece sombrío. Atender con carácter tal deber no configura sinónimo de apropiación alguna.
Los ideales de quienes impulsamos este espacio periodístico –único en su género dentro de la comunidad externadista y cuyo número de lectores aumenta en cada edición– se orientan simplemente a que ese llamado poder sea tomado por la democracia, la transparencia, la participación y la tolerancia, causas que identifican además el ser propio del Externado.
De lo anterior dan cuenta muchas luchas del EL RADICAL, como la relativa a que se reconociera la voz de los estudiantes, principales y suplentes en el Consejo Directivo, habida cuenta que todos en conjunto representan la esencia universitaria. En el mismo sentido abogamos hoy porque se reconozca el derecho de un miembro principal del Consejo Directivo a reincorporarse al mismo, luego de cumplir funciones meritorias en el servicio público, tanto más cuando lo único que persigue dicho directivo es el aporte de nuevas ideas ante los inmensos desafíos que enfrenta la Universidad.
La verdadera toma del poder les corresponde, primeramente, a órganos como el Consejo de Profesores, que encarna la auténtica expresión de la autonomía universitaria, y cuya tarea prioritaria es lograr la tan esquiva pero anhelada renovación del Consejo Directivo. Así pues, esa llamada lucha de poderes sólo la conciben aquellos que pretenden eternizarse en la dirección de la Universidad, prevalidos de sus facultades de gasto y nominación, refractarios por ello a toda manifestación libre y desinteresada.
Nuestro carácter e independencia no los desvanecerán ni las descalificaciones, ni tampoco los rumores.
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