Con tono pausado y sereno, pero con firmeza el rector Hernando Parra informó a la asamblea profesoral el estado de las cuentas. Después de nueve largos años los verdaderos dueños de la Universidad se enteran de la realidad financiera del poderoso Externado. El panorama es gris oscuro, así los aplaudidores de la anterior administración sin pudor alguno digan que es solo un tema de “presentación de las cifras operacionales y el impacto de la construcción de unos edificios”. No. Detrás de esos complejos números se esconde el desgreño, la inexperiencia, la falta de control y cosas peores que ocurrieron en las narices de la administración Henao – Hinestrosa, su equipo directivo y desde luego el consejo directivo, que con la honrosa excepción del profesor Saúl Sotomonte, guardó silencio cómplice para mantener los privilegios que les ofrecía su espuria permanencia en el cargo.

Notificados los profesores de esta generalidad, corresponde al consejo directivo revisar en detalle las cifras, desplegar la debida diligencia, ordenar una juiciosa auditoria y determinar qué pasó. Que la pandemia, que desde luego ha impactado todos los bolsillos, no se convierta ahora en la disculpa cómoda para la mala gerencia. No. Los problemas de la Universidad vienen de atrás y las razones saltan a la vista. Un rector que nunca se apersonó de la gerencia de la Universidad y delegó el manejo de la chequera en una persona que solo tenía un apellido como virtud y que se rodeó mal. Y no se trata de escarbar las cuentas para pasar facturas. Se trata de poder establecer las causas de una situación, conocer la verdad y adoptar las medidas que impidan la repetición de los errores.

Por acá a mi lado el profesor Jorge Perdomo enciende las alarmas de la que pudo ser una de las venas rotas, la oficina de TIC. Compras mal planeadas, costosas e inútiles, algunas sugeridas por empresas que en su legítima tarea comercial aquerenciaban funcionarios -esperemos que solo con turismo empresarial- que luego de sus paseos por la Florida eran incapaces de dar un no como respuesta. También obras faraónicas ejecutadas sin interventoría ni control y, desde luego, unos gastos de funcionamiento desbordados, acompañados de la inexistencia de un plan estratégico de mediano plazo, contribuyeron también a la situación de hoy.

Por fortuna la nueva administración tiene claro que a la par de las decisiones académicas que mueven el corazón de nuestro Externado, debe haber una gerencia robusta y planificada que haga de la institución también una gran empresa. Se ha conformado un equipó de las más altas calidades para enfrentar el temporal y la comunidad toda tiene claro ya que son tiempos difíciles. Luego de oír al Dr. Rubio, nuestro nuevo secretario general, resulta imposible no marcar la diferencia con su despistada antecesora. Qué bueno evidenciar que hay un equipo estudioso, comprometido y trabajador, que contrasta con la administración de medio tiempo dedicada a los viajes y los tribunales arbitrales que padecimos los últimos cinco años. Que no duden por un instante que a todos los externadistas nos gustan las cuentas claras y algunos, como a mí, también el chocolate espeso.

Posdata 1. FIGRI sigue dando ejemplo. Gran proceso democrático el que viene adelantando para elegir nuevo decano. Excelentes candidatos, masiva participación y compromiso con la facultad. La democracia llegó para quedarse en nuestro Externado.

Posdata 2. Bienvenida, Angela Calderón al Externado. Su experiencia y carisma garantizan que las comunicaciones internas y externas cumplan su cometido. Sin duda pronto le darán el título de externadista por adopción.