• 2024-12-24
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Al oído de la nueva representación estudiantil

De su independencia y exigencia dependerá que el Externado empiece a recuperar, por lo menos en parte, la institucionalidad que le pertenece.

Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Conocidos los resultados de las elecciones de representantes estudiantiles ante el Consejo Directivo de la Universidad, resulta importante analizar brevemente el significado de dicho proceso electoral, para destacar, no solamente el hecho histórico de registrar por primera vez una representación plenamente femenina en el reglón principal, sino además por su singular procedencia en relación con  las facultades a las cuales pertenecen, FIGRI para el caso de quien obtuvo la mayor votación, y Comunicación Social para quien la siguió en número de sufragios. Con nuestras congratulaciones para la nueva representación, ha de mencionarse que ella quedo integrada por estudiantes con reconocimiento por su  sobresaliente desempeño académico  y firme carácter, condiciones estas que les permitirán  – seguramente – obrar responsablemente, sin sumisiones, ni temores reverenciales, con  objetividad, y ante todo con el pensamiento orientado hacia el bien supremo del Externado como patrimonio de la comunidad que lo conforma, todo lo cual les permitirá trabajar sin subordinarse a los caprichosos intereses de quienes no se resignan a aceptar la transitoriedad de su función directiva. El ideario de esta representación, tiene que tener como preámbulo el de promover la imperativa renovación del Consejo Directivo en cuanto a profesores se refiere, y el de exigir la ejecutoria de muchas tareas pendientes, empezando por la necesaria rendición detallada de cuentas sobre el estado financiero de la Universidad, aspecto este que no puede seguir siendo objeto de una alegada reserva, carente tanto de sustento jurídico, como ético, actuación que en todo caso compromete a quienes respaldan tal proceder.
Hernando Parra, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Los frentes de los cuales tendrá que ocuparse la nueva representación estudiantil, son de muy variada índole, y por ende, se habrán de establecer prelaciones para su atención, en especial respecto  a labores inconclusas iniciadas años atrás, entre otras,  el escalafón docente, cuya presentación se ha anunciado desde hace varios meses, sin que hasta hoy se tenga noticia concreta sobre el  tema; la reglamentación del programas de becas para formación de profesores, de manera que no continúen siendo elegidos quienes carezcan de méritos académicos para ello, por ejemplo, por haber reprobado cursos en la etapa de pregrado; la definición de un plan estratégico a mediano plazo que le permita a la Universidad sortear con acierto los desafíos que impone la tecnología como medio de difusión del conocimiento, y el decrecimiento del indice demográfico, de cara al volumen de cupos ofrecidos actualmente.  Pero también estos nuevos representantes se encontrarán con ciertas sorpresas, sucesos que difícilmente les podrán ser explicados,  como los relativos, primero,  a los casi siete (7) meses que lleva el Consejo Directivo analizando el proyecto de Reglamento del Consejo de Profesores, u otro referido a la contratación de una cuantiosa asesoría externa para reformar los estatutos de la Universidad, cuyo resultado aún desconoce la comunidad. Tampoco le será fácil comprender a la nueva representación estudiantil el aparente o probable intento por excluir de voz – y por tanto de presencia – en las reuniones del Consejo Directivo a su reglón suplente, práctica esta que sería contraria a toda la tradición democrática de ese órgano de funcionamiento de la Universidad, y que de imponerse, lo único que demostraría es que la vanidad, la arrogancia y la prepotencia, en situaciones como esta,  no conocen límites. En síntesis, de la independencia y de la exigencia de esta nueva representación de estudiantes, dependerá que el Externado empiece a recuperar algo de la institucionalidad que le pertenece,  donde  la tolerancia y la pluralismo se ejerzan como principios,  y donde disentir no se torne en causal de censura, ni de exclusión.

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