La satrapía del nuevo Externado
Pese a la censura, campaña de desprestigio y a las amenazas de las que han sido víctimas quienes han querido participar de este ejercicio de opinión, EL RADICAL muy a pesar de la decadente directiva de la Universidad, seguirá circulando y cada día con mayor fuerza.
La satrapía del nuevo Externado
Pese a la censura, campaña de desprestigio y a las amenazas de las que han sido víctimas quienes han querido participar de este ejercicio de opinión, EL RADICAL muy a pesar de la decadente directiva de la Universidad, seguirá circulando y cada día con mayor fuerza.
Trece meses después de que iniciará a circular este periódico virtual EL RADICAL, no hay duda de que al frente de la Rectoría y de las directivas del Externado no hay mentes abiertas y tolerantes sino déspotas. En efecto, son varias las pruebas que confirman que esta es la peor hora por la que atraviesa la otrora casa del radicalismo liberal. Los intereses y el ansía desmedida de poder les hizo perder el norte a quienes tienen, casi de manera vitalicia, la responsabilidad de conducir la Universidad.
Desde que se abrieron las páginas de EL RADICAL se ha invitado a profesores, alumnos, egresados y otras personas cercanas a la decadente cúpula del Externado, para que expresen libremente sus opiniones, incluidas aquellas que quisieran replicar planteamientos que no compartan. La respuesta a esa invitación de las directivas ha sido una feroz campaña de desprestigio y de intimidación a alumnos y profesores para que no se atrevan a contribuir a estas páginas.
Son varios los docentes que han hecho conocer su disposición para sumarse a este esfuerzo desinteresado de opinar en bien de la institución, pero no han podido porque expresamente han sido advertidos por el Rector y su séquito de oportunistas de que quien lo haga será considerado un enemigo de la Casa Hinestrosa y/o su Albacea y quedará expuesto a las “consecuencias” de un régimen que ya ha dejado conocer la verdadera razón por la que insiste en mantenerse en el poder: esa camarilla necesita estar cerca del botín que maneja como una próspera empresa comercial dedicado a la especulación y no como una fundación sin ánimo de lucro, como lo quisieron sus fundadores y como debe ser para honrar la ley.
Las últimas informaciones, no refutadas por la Universidad, dan cuenta de que mientras hay un preocupante descenso en sus competencias y habilidades académicas y de investigación, y por ende en el escalafón nacional universitario, crecen sus arcas y ahorros, al extremo que hoy es dueña de un capital superior a $3 billones dedicados no a la investigación, la docencia o el mejoramiento de las condiciones de sus estudiantes y profesores, sino al sostenimiento de un Grupo Económico, precisamente aquel donde la cabeza de la Universidad y la Familia Hinestrosa gozan de prerrogativas.
De esa manera tan sucia las directivas han conseguido mantener en silencio a una comunidad que soterradamente va siendo testigo de los abusos y de la manera personalista como se maneja esta Universidad. Eso se llama censura. Han utilizado el poder y la amenaza subliminal de despedir a quienes sucumban a la tentación de poder expresarse libremente para que nadie opine y poder seguir propalando entre ellos y ante los medios de comunicación, que aquí todo está en orden y que solo protestan “cuatro gatos” que quieren adueñarse de la rectoría o del desprestigiado consejo directivo, sin que nada de ello sea cierto.
Esta dicho que en el quinto piso donde anida la cumbre del arribismo solamente tienen cabida los aplaudidores y quienes están a la espera de que les dispensen las migajas y canonjías con las que sobornen y vendan su impresentable y cómplice silencio.
Pero si hiciese falta alguna otra señal para comprobar que estamos en tiempos de franca dictadura en la Universidad, que surgió de las cenizas de la batalla de La Humareda y que se hizo respetable en la resistencia a la oprobiosa regeneración, ello quedó evidenciado al cumplir el primer aniversario El RADICAL.
En efecto, al llegar al primer año de vida este medio de comunicación, sus responsables consideraron que esta era ocasión propicia para hacer el esfuerzo de presentar una edición impresa que recogiera buena parte de los editoriales y artículos publicados, como también de las caricaturas. Pues bien, eso que era un esfuerzo en defensa de las libertades de opinión y expresión, fue atropellado vulgarmente.
Algunos profesores al servicio ciego de Henao se dirigieron al personal encargado de la distribución de esa edición impresa, para reclamar la entrega de ejemplares que apenas recibidos despedazaron en público con la furia propia del ignorante y de quien está enceguecido por una enfermiza pasión política.
Era impensable que en los pasillos siempre contestatarios y libertarios del Externado pudiera presentarse el vergonzoso suceso de la quema o destrucción de un periódico libre. Pero ocurrió y todo ello patrocinado desde el quinto piso, que en su desespero y ante la imposibilidad de justificar sus indelicadezas e imborrables fallas ahora optó por el intransitable sendero de la violencia para reprimir las voces disidentes. En otras palabras, quienes incurrieron en la grotesca actitud de romper EL RADICAL han repetido las tristes y peligrosas escenas del nazismo, del franquismo y el tenebroso ejemplo del tristemente célebre procurador Alejandro Ordóñez.
Que la comunidad universitaria en general sepa la verdad –no solo la que convive acorralada en los amurallados y vigilados salones o jardines del Externado–, que en la Calle 12 con 1ª se ejerce el poder a sangre y fuego, que aquí no es permitido el disenso, que quien se atreva será silenciado o excluido como en las más tenebrosas dictaduras.
Pese a ese ambiente de intolerancia y persecución decretado desde el quinto piso con el auxilio de una silente y arrodillada Asociación de Exalumnos, EL RADICAL no desistirá en su empeño de buscar el mejor destino para la Universidad, sin que ninguno de los profesores que han asumido esta tarea albergue aspiración o siquiera la esperanza de ser llamado a ningún cargo en ninguna instancia, porque aquí no se disiente por el mezquino interés de asumir el manejo de la inmensa riqueza que se esconde en las jugosas cuentas secretas del Externado.
El espíritu que anima a EL RADICAL es desinteresado, transparente, porque se viven tiempos de oscuridad y se espera que vuelva la luz que nunca debió haber desaparecido. Post Tenebras Spero Lucem.