En El Radical hemos invitado a las cuatro listas que participarán, el próximo martes 29 de octubre, en la elección de las y los representantes de profesoras al Consejo Directivo de …
En El Radical hemos invitado a las cuatro listas que participarán, el próximo martes 29 de octubre, en la elección de las y los representantes de profesoras al Consejo Directivo de …
En El Radical hemos invitado a las cuatro listas que participarán, el próximo martes 29 de octubre, en la elección de las y los representantes de profesoras al Consejo Directivo de …
Desde EL RADICAL le enviamos a todos nuestros lectores un saludo solidario, con los mejores augurios para el año 2021.
Nuestros anhelos están relacionados, en primer lugar, con la superación de la pandemia que marcó este año 2020 de modo tan traumático para toda la humanidad y con el deseo de que Colombia pueda recuperar pronto los espacios de convivencia democrática y de construcción de ciudadanía que esa misma pandemia afectó tan significativamente.
Para el Externado se abre una época de cambios importantes, de los cuales depende el futuro de la institución, que esperamos no sea como el azaroso presente, sino tranquilo, fructífero, capaz de llevar la Universidad al rescate del sitio de privilegio y credibilidad.
Cualesquiera sean las circunstancias, EL RADICAL seguirá abogando por la transparencia, porque se rindan cuentas reales y comprobadas de la gestión administrativa, la institucionalización y la modernización de nuestra querida Universidad, por su buen gobierno, para que esté despojado de las tentaciones clientelistas y familiares, para que el futuro Rector congregue en vez de dividir la comunidad externadista, y por el rescate del espíritu crítico y libertario que la caracterizó durante sus años gloriosos.
Conozca la petición radicada por EL RADICAL en aras de la transparencia en la financiación de viajes al exterior en el Externado.
El pasado 24 de noviembre EL RADICAL presentó la siguiente solicitud de información, a través de un derecho de petición enviado al Rector, Doctor Juan Carlos Henao Pérez; y a la doctora Marta Hinestrosa Rey, secretaria General de la Universidad Externado de Colombia.
OBJETO
Solicito que se me informe sobre todos los viajes al exterior del país financiados total o parcialmente por la Universidad Externado de Colombia en los últimos diez años, en los que hayan viajado el Dr. Juan Carlos Henao, la Dra. Marta Hinestrosa Rey y/o los decanos de las facultades de la Universidad.
Solicito que se me informe, respecto de esos viajes, el trámite que se dio a las respectivas solicitudes y las razones que ameritaron esa financiación.
Solicito que la información sobre cada uno de esos viajes se me entregue de modo detallado, con sus fechas y la relación de los gastos sufragados por la Universidad en cada ocasión.
RAZONES
Ante la información que recientemente se ha hecho pública sobre el déficit económico operativo de la Universidad en los años recientes y la política de severa austeridad que se ha establecido para los viajes de profesores y empleados de la Universidad a eventos académicos o a otras reuniones de tipo universitario en el exterior, se busca con esta petición establecer si tales previsiones de austeridad se han aplicado con carácter general o si, por el contrario, los viajes de las autoridades por las que se indaga han estado exentas de tales restricciones.
La información solicitada está relacionada con la actividad del periódico EL RADICAL en favor de la transparencia del gobierno universitario, bajo la consideración de que tal transparencia no puede ser vista como un límite a la autonomía universitaria ni como una carga para incomodar a sus autoridades. Por el contrario, la transparencia es imprescindible para que el buen gobierno universitario, pues le otorga legitimidad y seriedad a dirección de la institución y le permite planear su futuro sobre bases realistas.
Comportarse ante los reclamos de transparencia con menosprecio y con lógica empresarial destruye la esencia de la Universidad como institución para el cultivo del pensamiento crítico y como entidad sin ánimo de lucro. El manejo de los recursos de la Universidad no debe despertar suspicacia alguna. La opacidad, por lo demás, siempre generará desconfianza y sospechas, que no se acallan con erráticos golpes de autoridad.
No nos recuperamos aún de la devastadora noticia de la muerte del profesor Richard Tovar, por todos admirado y querido en el Externado, Universidad a la que dedicó su vida entera y en donde dejó una huella que habrá de perdurar mientras sus numerosos discípulos sigan transmitiendo, de generación en generación, su talante de humanista erudito y culto, sus acendrados conocimientos en filosofía y sociología del derecho, su espíritu rebelde y crítico, su laicismo, sus posturas siempre progresistas y también, por supuesto, ese fino y mordaz sentido del humor que caracterizaba su discurso inteligente.
Richard fue un externadista integral desde sus épocas estudiantiles. Estuvo presente en las tempestuosas jornadas del movimiento estudiantil 27 de mayo, creado en 1969 al interior de la Universidad para protestar por la visita del vicepresidente americano Rockefeller. Entonces era un joven contestario y rebelde que se perfilaba como el gran dialéctico que llegó a ser. Esa condición debió aproximarlo a voces semejantes como la de los profesores Luis Fernando Gómez Duque y José María Torres, otros dos intelectuales también ausentes hoy, que hicieron historia en el examen de la filosofía del derecho y la sociología. De allí bebió Tovar y esa fuente perdura aun después de su muerte, gracias a sus esfuerzos científicos.
Ingresado como profesor al Externado tomó la antorcha libertaria y fue pionero de los estudios interdisciplinarios bajo cuya égida se educaron muchos externadistas. Allí sembró Richard una semilla de diálogo, pero también de permanente crítica y análisis independiente y multidisciplinario del acontecer en todos los frentes.
No era casual que en las reuniones profesorales cuando Richard pedía la palabra el auditorio no era indiferente, porque siempre en su tono prudente pero firme movía ideas, promovía el cambio y le reconocía valor supremo a la disidencia constructiva e ilustrada sobre lo que en su opinión reñía con los principios y valores externadistas, a los que rindió culto hasta el último de sus días, cuando murió vestido del traje que mejor le lucía y con el que deambuló por los pasillos y salones de su Externado: profesor.
Se fue intempestivamente Richard Tovar dejando sí un gran legado. Su pensamiento, sus juiciosos alumnos y seguidores, y su ejemplo de una vida pausada puesta al servicio del talento, lo mantendrán vivo entre sus colegas y discípulos. Su sombra seguirá viva en las aulas que iluminó con su verbo original.
El Instituto de Estudios Interdisciplinarios que dirigió durante muchos años, y que ahora llevará su nombre, habrá de ser la principal sede para el cultivo de su legado académico, que irradia a todas las facultades del Externado.
Desde EL RADICAL resaltamos su figura y con todos sus familiares y seres queridos, nos condolemos por su partida.
EL RADICAL publica la carta enviada por una graduada y ex trabajadora de la universidad, que relata hechos de acoso laboral en el área de Compras y Proveeduría de la Dirección Administrativa.
Aunque se quiera ocultar, en el Externado, sí existe el acoso laboral
EL RADICAL publica la carta enviada por una graduada y ex trabajadora de la universidad, que relata hechos de acoso laboral en el área de Compras y Proveeduría de la Dirección Administrativa.
Por: Sonia Hamad.
Egresada de la Universidad Externado de Colombia.
Hace unos meses como Coordinadora de Compras realicé una denuncia en el comité de convivencia porque no aguanté más el maltrato constante de Giovanna Rico, jefe de Compras y Proveeduría de la Dirección Administrativa de la Universidad Externado de Colombia. Siguiendo la recomendación de las doctoras Paola Burgos y Paula Sánchez, de Recursos Humanos, tomé la decisión de hablar y de enfrentar el miedo que a muchos en la institución no les ha permitido quejarse, por el temor a terminar retirados o despedidos de sus cargos.
Fueron meses soportando los constantes maltratos de la señora Rico, aguatando sus gritos, soportando sus comentarios desagradables y mal intencionados respecto a mi forma de trabajar frente a mis compañeros, pero de nada sirvió mi valentía porque el Comité de Convivencia no tuvo en cuenta las pruebas presentadas y finalmente le terminaron dando la razón. En otras palabras, pasé de víctima a victimaria. Les supliqué que me trasladaran de área, pero no fue posible y la única opción que me dieron era que hablará con ella, lo cual ya había hecho en pasadas ocasiones sin que esto hubiera generado algún cambio, al contrario, continuó su maltrato y falta de respeto.
Apenas la señora Rico se enteró de mi denuncia, inició un proceso disciplinario en mi contra, en el cual informó sobre la modificación de una orden de compra después de haber sido firmada que elaboré, la cual pasó por varias personas incluyéndola a ella (yo me encontraba en vacaciones en el año 2019 y ella directamente la imprimió después de haber sido aprobada y se la entregó al proveedor), obteniendo testimonios de Jazmín Uribe, coordinadora de Activos; Adriana Viuche, analista de Compras, donde realizaron aseveraciones infundadas que significaron el segundo proceso de maltrato del que fui víctima.
Desde la Dirección Administrativa y la Dirección de Recursos Humanos procedieron a citarme a unos descargos realizados por Paula Sánchez, quien hizo caso omiso a mi defensa y desconoció mis argumentos con los cuales le reiteré en varias ocasiones que no había modificado dicha orden de compra; de hecho, no solo hizo caso omiso a mis palabras, sino que terminó manipulando los hechos y tratándome de forma no adecuada, por no decir que irrespetuosa.
Posteriormente, dicha funcionaria (Paula Sánchez) procedió a enviarme unas pruebas que consiguieron en la Dirección de Tecnología, con el proveedor y con otras personas que trabajaban en el área de Compras, pero nunca pudieron demostrar que yo había retirado un texto importante que contenía dicha orden y que sorpresivamente desapareció y después volvió a parecer en el sistema. Pese a esta denuncia infundada de parte de la señora Rico, finalmente se demostró que el proveedor si tenía la claridad de la contratación y los bienes le fueron entregados de acuerdo a la aprobación que había hecho el Rector, Juan Carlos Henao.
Luego de seis meses de haberse presentando este incomodo proceso y para el cual tuve que contratar una abogada con el fin de defenderme, el pasado 14 de septiembre las doctoras Paola Frías, directora de Recursos Humanos; y Ana Lucía Montoya, directora Administrativa, procedieron a citarme para informarme que efectivamente sí habían encontrado una causa justa para cancelar mi contrato de trabajo, adjuntando un documento de quince páginas que sospechosamente nunca tuvo en cuenta los oficios de defensa que remití oportunamente.
En conclusión, nunca existió una causal para que me hubieran despedido, las pruebas que encontraron fueron infundadas y no concluyentes, por lo menos no en mi contra; lastimosamente por haber denunciado a una jefe muy influyente dentro de la misma institución, terminé acusada injustamente y como bien resume este relato, separada sin justificación de la universidad.
Vale aclarar, sobre todo para tener en cuenta, que el maltrato y acoso laboral al que somete la Señora Rico a sus subalternos no es un caso aislado; varias personas del área de Compras han sido víctimas de sus malos tratos, pero por el miedo a que sean perseguidas y posteriormente despedidas, como fue mi caso, toman la decisión de no denunciar.
Debo aclarar que siempre actúe correctamente y mi conciencia hoy está tranquila, como lo manifesté en la pasada reunión que tuve con las doctoras Frías y Montoya.
Posdata: Publico esta denuncia en EL RADICAL para que los lectores no solo conozcan mi caso, sino para que mi testimonio sirva para motivar e incentivar a que más personas que este momento están siendo víctimas de maltrato laboral en la Universidad Externado de Colombia se atrevan a hablar. La dignidad y el respeto no se negocia con nadie y están por encima de todo.
Finalmente, confío en que el nuevo Consejo Directivo proceda a investigar este caso de acoso laboral, el cual ya fue denunciado formalmente ante el Ministerio de Trabajo y actualmente se encuentra en curso.
Los representantes de los estudiantes en el consejo directivo de la Universidad sostuvieron un diálogo muy interesante con este periódico, sobre lo que viene para el Externado.
Los representantes de los estudiantes en el consejo directivo de la Universidad sostuvieron un diálogo muy interesante con este periódico, sobre lo que viene para el Externado.
EL RADICAL entrevistó a los cuatro representantes de los estudiantes en el consejo directivo de la Universidad, con la finalidad de analizar el presente y el futuro próximo del Externado y de recoger sus impresiones sobre la representación profesoral recientemente elegida. Fue una charla franca y extensa sobre estos asuntos y otros de la coyuntura universitaria, cuya versión completa, sin edición, puede verse haciendo clic en la pestaña ubicada al final de esta columna.
La entrevista permite apreciar la lucha de esta representación estudiantil por la institucionalización de las instancias de gobierno universitario y por la transparencia en el funcionamiento del consejo directivo, así como su frustración ante el estancamiento de la institución en el período del actual rector, a quien le reconocen algunos logros, sin por ello perder de vista que su gestión fue una oportunidad perdida para que la universidad se modernizara y así pudiera mantenerse en el lugar cimero que había alcanzado en el concierto nacional.
María Gabriela Montoya, María Camila Ricaurte (principales), Felipe Castrillón y Christian Serna (suplentes), así se llaman, para quienes no lo sepan, están conscientes de los episodios de censura que se han vivido recientemente en la universidad, de la opacidad en el manejo administrativo y financiero que caracterizó al rector Henao y su equipo, del déficit económico de los últimos años, de los aplazamientos sin razón alguna para la mayor parte de las iniciativas de renovación y de la falta de liderazgo de la administración que ya pronto termina sus funciones. Han enfrentado esta situación adversa con argumentos sólidos que han expuesto en el consejo directivo y gracias a su persistencia han logrado desempantanar algunos aspectos del gobierno la universidad, aunque admiten que antes de la renovación de la representación profesoral había en ese consejo una mayoría incondicional al rector que muchas veces no estuvo dispuesta ni siquiera a escuchar ni a razonar.
Están orgullosos de los logros que han alcanzado, que van desde la derogatoria del régimen de secreto de las reuniones del consejo directivo hasta la convocatoria a las elecciones de la representación profesoral, pasando por la atención de los estudiantes en la pandemia del Covid-19 y el escrutinio a las cuentas alegres del rector. Saben, también, aunque en ello son republicanamente humildes, que le han dado más de una lección a sus colegas del consejo y al rector, incluso en cuestiones jurídicas, y que gracias a su labor la universidad puede mirar hacia el futuro con optimismo, pues han sentado las bases para la modernización del consejo directivo del que forman parte. Conservan el ímpetu de la juventud, debaten con plena solvencia intelectual y no se han dejado amilanar ni cooptar. En sus manos está, a principios del año entrante, la designación de la persona que se encargará de la rectoría para hacer crecer y cultivar las semillas que ellos dejarán. Son una representación estudiantil digna, inteligente y comprometida con la universidad.
Para sus próximas ediciones, EL RADICAL invitará también a los profesores recientemente elegidos al consejo directivo para conocer sus proyectos y analizar con ellos el devenir del Externado. Estas páginas están abiertas para ellos, así como para toda la comunidad universitaria.
Coda. EL RADICAL rechaza las voces canallas de complacencia y sorna, provenientes de algunos externadistas, ante la persecución infame de la que está siendo víctima el Prof. Ramiro Bejarano por algunas autoridades del estado colombiano, aupadas por el odio y el fanatismo de la extrema derecha de este país. Esa persecución aleve es contra todo lo que significa el Externado. ¡Su postura recia y correcta, Prof. Bejarano, es lo que nos identifica, y no la bajeza de los comentarios de sus malquerientes por debajo de la mesa!
Vea aquí la entrevista completa, sin edición, que le hizo EL RADICAL a los cuatro representantes de los estudiantes en el consejo directivo de la universidad.
Buena parte del trabajo de los profesores universitarios se desperdicia ahora rellenando formularios inútiles.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Ironías de la vida: en mis recuerdos aún está la sensación de conmiseración burlona con la que solía recibir la queja furiosa de colegas que trabajan en universidades distintas al Externado, por la pesada y descerebrada “tramitomanía” que acompañaba el desempeño de sus funciones. Iluso yo que pensaba que una de las ventajas de las universidades privadas era la distribución racional del trabajo entre los docentes y los trabajadores administrativos, en virtud de la cual los primeros se dedican a investigar y a enseñar, y los segundos a tener al día los trámites necesarios para que la universidad pueda fluir, todo en beneficio de los estudiantes. No. Las cosas ya no son así.
De mi memoria no se borra el lamento de un buen amigo madrileño que llevaba muy bien las cuentas: por cada hora de clase impartida requería de hora y media para rellenar unos formularios en los que debía anotar, con la ortodoxia del lenguaje indescifrable de los pedagogos, aquello que iba a tratar en la clase, con los objetivos, las “competencias” y la bibliografía de cada sesión, así como con la especificación de las estrategias didácticas que se emplearían para cada “sub-ítem” de la exposición, y luego de la clase, con milimétrica simetría, anotar en otro formulario lo que había hecho durante esa hora, con anotación, eso sí, de los logros y el plan de mejoramiento.
No se diga ya si se trataba de investigar, porque entonces por cada página de un artículo científico se le iban dos de trámite burocrático, en las que debía emplear un lenguaje aún más intragable. Hoy me toca consolarme con pensar que mi amigo es un poco neurótico, porque a nadie con salud mental se le ocurre llevar semejantes cuentas, pero tengo que admitir que cada vez pierdo más tiempo (sí, es una pérdida), llenando formularios, encuestas, currículos e informes en los que me piden siempre la misma información que la universidad ya tiene, eso sí en formatos distintos cada vez, pero siempre con la previsión de que se trata de una tarea trascendental y que nadie más que yo puede adelantarla. Además, me ha tocado enfrentar la hostilidad insolente de las plataformas informáticas que emplea el Externado para cosas tan sencillas como anotar la asistencia o las calificaciones de los estudiantes, o para sugerir en un aula virtual una lectura o un ejercicio para una clase. ¡Debe ser una venganza más de este fatídico año 2020, por haberme burlado de los colegas!
Pero hablando en serio, ¿En qué momento las universidades, incluida el Externado, se dejaron embaucar en esta maraña? ¿De cuándo acá se le da tanta importancia a esas parrafadas insulsas que hay que anotar en el programa de cada asignatura bajo las rúbricas de “objetivos generales”, “objetivos específicos”, “objetivos de enseñanza” (¡aunque no lo crean, son tres cosas muy distintas!), “estrategias didácticas”, “competencias”, “resultados del aprendizaje”, “valor agregado” y cosas por el estilo? ¿En qué momento el sistema educativo se diluyó en unos informes larguísimos que tienen que presentar las universidades para obtener sus licencias de funcionamiento, en los que no puede haber ningún párrafo redactado con claridad sino una jerga incomprensible que pretende presentar como novedosos los lugares comunes de cualquier centro de enseñanza?
A mi modo de ver las cosas, eso se llama deshumanización de la pedagogía y burocratización de las universidades. Probablemente no se pueda hacer mucho en estos tiempos para evitar las horas perdidas de informes rutinarios, pero al menos hay que denunciar que ese desgaste es inútil y que así no se mejora la calidad de la educación superior.
He sufrido una atroz persecución política orquestada por una poderosa familia cuya intemperancia la ha convertido en odiosa militante de las causas violentas e injustas, de la injuria y la calumnia, a las que se han sumado el actual gobierno y el Fiscal General de la Nación.
He sufrido una atroz persecución política orquestada por una poderosa familia cuya intemperancia la ha convertido en odiosa militante de las causas violentas e injustas, de la injuria y la calumnia, a las que se han sumado el actual gobierno y el Fiscal General de la Nación.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
La historia del Externado no se ha tejido gracias al esfuerzo de una sola persona, tampoco de una única familia. La universidad de hoy es hija del trabajo de quienes nos precedieron y del propio que muchos hemos entregado por varios años. A pesar de ese esfuerzo colectivo, por lo general un externadista promedio no sabe lo que representaron para el país la vida y obra del primer rector Don Nicolás Pinzón Warlosten y del restaurador del Externado Doctor Diego Mendoza Pérez. Salvo dos estatuas en honor de estos prohombres, ambos hacen parte de un pasado que jamás se consulta, porque los tiempos que corren no están hechos para rememorar la valentía y arrojo de estos verdaderos padres fundadores del Externado.
De Don Nicolás Pinzón, primer rector, todavía se discute si fue o no envenenado, rumor que circuló en su momento, el más duro de la regeneración conservadora, cuando el Externado y sus autoridades no disfrutaban ni se arrodillaban al poder ni andaban engolosinados con los negocios. Pero la figura que suscita hoy mi interés es el doctor Diego Mendoza Pérez, quien reabrió el Externado y fue su rector de 1918 hasta su muerte en 1933, año desde el que la familia Hinestrosa gobierna la universidad, inclusive los 9 años perdidos de su albacea Juan Carlos Henao.
Me detengo especialmente en el nombre cimero del doctor Diego Mendoza Pérez, porque fue objeto de persecución política cuando en plena dictadura de Rafael Reyes, este con su ministro de Relaciones Exteriores, Enrique Cortés, pretendieron apropiarse del faro de Colón, hecho que denunciado por Mendoza en carta del 2 de julio de 1906 le significó que el gobierno lo acusara del delito de traición a la patria y ordenara su detención. Mendoza era Ministro Plenipotenciario en Estados Unidos a donde había sido enviado con la idea de negociar con ese país la deuda derivada de la pérdida de Panamá, pero se tropezó con este episodio de indelicadeza mayúscula que divulgó en esa memorable carta, y el gobierno conservador en un acto arbitrario, sin haber oído ni vencido en juicio a Mendoza Pérez, lo condenó por el delito de traición a la patria. Ese atropello implicó que quien después sería el reanudador del Externado y su tercer rector -el segundo fue el expresidente Santiago Pérez Manosalva entre 1892 y 1893- tuviera que exiliarse por cinco años, primero en Estados Unidos y luego en España, hasta que caída la dictadura de Reyes vino otro gobierno que, ante la presión de la opinión pública, tuvo que rehabilitar a Mendoza Pérez y restablecerle el honor ultrajado.
Regresado del exilio Mendoza Pérez fue representante a la Cámara y más tarde rector del Externado desde 1918 hasta 1933, cuando se produjo su muerte. Fue un perseguido político, condenado sin haberle permitido ser oído y vencido en juicio, y se libró de purgar prisión porque cuando se produjo su condena estaba en Estados Unidos donde se desempeñaba como ministro de la delegación colombiana y pudo acogerse al exilio.
La dignidad y el decoro de Mendoza no se alimentó de tribunales arbitrales ni de asesorías a ningún gobierno, menos de la calculada propaganda oficialista, sino de un detalle que hizo historia y que es importante recordar. En efecto, los jefes Liberales Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera consiguieron que en el congreso se aprobara un indulto para Mendoza, quien no lo aceptó por una razón tan poderosa como enhiesta. Dijo con la fuerza de su carácter que no podía aceptar ese indulto, porque de hacerlo ello implicaba reconocer la falta que jamás había cometido, y prefirió seguir padeciendo las penalidades propias del destierro al que se vio sometido por cinco largos años con su esposa.
Ese fue el tercer rector del Externado, quien llegó a dirigir la universidad a la que le entregó el resto de su existencia. Llegó a esa dignidad ungido por el prestigio que solo son capaces de construir los guerreros que han de enfrentar la persecución política con las armas del decoro y la resistencia. Cuando Mendoza regresó al país y fue recibido en Puerto Colombia con alborozo nacional y años más tarde se posesionó como rector del Externado, dejó escrita una página imborrable que, en lo personal, siempre me resulta ejemplificante.
Y aquí pido licencia no para compararme con don Diego Mendoza Pérez -porque eso sería hacer el ridículo- sino para señalar que igual que al noble maestro también he sufrido una atroz persecución política orquestada por una poderosa familia cuya intemperancia la ha convertido en odiosa militante de las causas violentas e injustas, de la injuria y la calumnia, a las que se han sumado el actual gobierno y el Fiscal General de la Nación, y por esa razón comprendo cabalmente su tragedia, porque no hay una superior a la de tener que padecer la vejación y el odio oficiales. El Externado de los inicios del siglo pasado acogió, como tenía que hacerlo a Mendoza, luego de ese duro periplo de padecer persecución. Eran otros tiempos y otros hombres y mujeres, que entonces no se solazaban con comentarios ruines y canallas contra el perseguido ni aplaudían la ´persecución oficial, sino que abrieron las puertas de la universidad a quien le había dado al país prueba de su templanza, para que su prestigio personal se pusiera a su servicio hasta el día en que murió siendo rector y luego de que sus contemporáneos y los externadistas lo redimieran de la infamia de convertirlo en delincuente, con la que el dictador Reyes marchó para siempre su nombre en la historia.
Diego Mendoza Pérez, sobrino de los radicales Santiago y Felipe Pérez, debería ser recordado en los pasillos y salones del Externado como ejemplo de pulcritud y reciedumbre ante la adversidad derivada del arrojo de enfrentarse a un gobierno totalitario y perseguidor. Si los dirigentes de hoy no conocen o han olvidado el valor de enfrentar la persecución política, al extremo de entusiasmarse con la funesta noticia de que uno de los suyos está siendo perseguido arbitrariamente -como en mi caso ha ocurrido con los inquilinos del nefasto quinto piso del Externado-, por lo menos hay que volver los ojos a la historia de Don Diego Mendoza Pérez, para que el mezquino polvo del olvido no sepulte el valor del que carecen esos pregoneros del odio y de la mediocridad que han llevado el Externado al dudoso sitio donde hoy se encuentra.
El secretismo sobre la situación financiera de la Universidad Externado de Colombia solo genera dudas y fomenta la especulación y la desconfianza.
Por: Jorge Fernando Perdomo.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Desde el comienzo de nuestros intentos por democratizar e institucionalizar la Universidad Externado de Colombia hemos venido haciendo en EL RADICAL referencia a la necesidad de que la situación financiera de la universidad sea clara, transparente y sobre todo que se conozca sin ningún misterio. Ha sido, sin embargo, la misma administración la que ha venido poniendo palos en la rueda, incluso a los mismos miembros del consejo directivo, quienes han tenido incluso que pedirlas insistentemente en muchas ocasiones.
Por ejemplo, conozco que por lo menos dos de los miembros del anterior consejo manifestaron su inconformidad con la forma en que las cuentas eran presentadas (dos diapositivas con resúmenes de estados financieros simplificados y ya) y solicitaron ver más, soportes, detalles de los egresos, etc., ante lo cual y después de varias negativas les “concedieron” tres horas para que revisaran una cantidad enorme de cajas en una mesa en el quinto piso del bloque A, advirtiéndoles que no podían llevárselas a la casa o sacar fotocopias.
De ese poco tiempo salieron algunos detalles, como que, por ejemplo, existen unos pocos profesores que tienen salarios muy superiores a los de los demás, entre otras perlas. Si eso les sucedió a miembros del consejo que tienen el derecho a conocerlas, es más, frente a quienes la administración tiene el deber funcional de exhibir, imagínense lo que se nos ha dicho cuando hemos preguntado expresamente por ellas.
La pregunta que entonces surge necesariamente es ¿por qué tanto secretismo o misterio con las cuentas? Sabiéndose como se sabe, que la universidad tiene un enorme patrimonio de respaldo representado en acciones en un importante grupo económico colombiano, producto de la genial labor visionaria del maestro Fernando Hinestrosa, no me parece impertinente indagar sobre ello, sobre todo teniendo en cuenta que la institución es una fundación de todos, si así como lo oyen, de todos y no de una familia, aunque en empresas del mencionado grupo aparezcan como directivos miembros de la familia Hinestrosa y entonces se pudiera llegar a pensar otra cosa.
Es bien sabido, además, que el Externado contrata y contrata bienes y servicios, seguramente todos muy necesarios como softwares que, intuimos, funcionan perfectamente (avante, perdón, avanti con la tecnología); construye y construye modernos e imponentes edificios con mucho mármol (sobre todo en los baños), que emergen de los majestuosos cerros bogotanos, ah y que terminan costando más de lo inicialmente planeado, quizás por el cambio abrupto de constructora; que adquiere y adquiere bienes inmuebles, en principio, para uso universitario aunque no se sepa muy bien a nombre de quien están, si de una empresa, de una fiducia, de un fondo o dentro de un modelo de administración especial, pues eso tampoco se informa.
En tiempos del maestro Fernando Hinestrosa, igualmente se nos ha contado, la universidad tenía unas reservas, un superávit anual promedio de 10.000 millones de pesos, el cual se habría ido aumentando rápidamente hasta llegar a diez veces ese valor. Al empezar la “gestión” del rector Henao, se habría dispuesto de esas reservas o de parte de ellas, seguramente con muy buenas intenciones, incluso se habría dicho que para donarle un parque al distrito o algo parecido, para hacer una sede deportiva nueva, un gimnasio, una sede de egresados en la calle 94 y otras cositas más, todas perfectamente comprobables hoy, suponemos. En todo caso, y esto es lo importante en materia financiera, las reservas hoy, al parecer, ya no existen, pues salieron del patrimonio de la universidad.
Otro tanto se nos informa de un déficit operacional anual, por ejemplo, en 2018 de aproximadamente 30.000 millones de pesos y que al parecer ha venido aumentando (o empeorando) en los últimos dos años. La explicación que la administración de la universidad habría dado sería que algunos becarios en el exterior llegaron de nuevo al país y que entonces ha tenido que pagar salarios que no estaban programados. Estoy seguro, esa es la única y real razón del déficit y además me alegro y halago que la universidad se porte tan bien con los nuevos colegas; en todo caso una pregunta me surge: ¿es que no se había contado con que ellos iban llegar, no estaba eso planeado? Pero dejemos ahí, no sigamos tan indiscretos e impertinentes.
Tarea titánica en materia financiera tienen los nuevos miembros del consejo directivo. Espero que ellos sí puedan preguntar e indagar, que a ellos se les muestre la realidad financiera de la universidad y que puedan contribuir a resolver los problemas que, al parecer, dejará la administración actual del Externado.
Adenda. Es posible que algunos de los comentarios o cifras dados en esta columna sean imprecisos. Desafortunadamente no se ha tenido acceso de primera mano a ellos y cuando hemos consultado con nuestras fuentes o con exmiembros del consejo directivo, ellos tampoco tienen conocimiento. Además, cuando buscamos por internet las universidades que han publicado sus estados financieros, aparecen las universidades Nacional, de los Andes y Javeriana entre otras; obviamente el Externado no aparece.
Hay varios nombres con merecimientos, conocimientos y bríos para reemplazar al rector. Por eso no se puede hacer eco de las propuestas que apuntan a una elección secreta o a manipulables encuestas, en las que Henao puede meter un “gallo tapao”.
Hay varios nombres con merecimientos, conocimientos y bríos para reemplazar al rector. Por eso no se puede hacer eco de las propuestas que apuntan a una elección secreta o a manipulables encuestas, en las que Henao puede meter un “gallo tapao”.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Instalado el renovado consejo directivo, la comunidad externadista tiene sus ojos puestos en la elección del sucesor de Juan Carlos Henao, que debe concretarse en el arranque del 2021. Aunque en los mentideros se sostiene que cualquiera lo haría mejor que el “bacán” que administró la heredad pensando solo en obtener ventajas para él y su círculo íntimo, no hay que olvidar esa máxima que señala que cualquier situación complicada es susceptible de empeorar. De modo que desde ya la comunidad entera y, sobre todo, los electores de los nuevos consejeros, deben demandar de ellos claridad, apertura, debate y criterios para la elección. No podemos volver a lamentarnos por cuenta de la “culpa in eligendo”.
Y es que ya se oyen voces de algunos que se consideran con los méritos para suceder a Henao –acaso con su patrocinio–, pretendiendo ser ungidos luego de un cónclave, como si no estuviéramos en el Extrernado liberal sino en el estado vaticano. ¡Faltaba más! Quien pretenda ser rector debe hacer saber a la comunidad toda y a quienes la representan, cuál es su proyecto de universidad, sus objetivos a corto y mediano plazo, pero sobre todo, fijar postura sobre los temas que han dividido a la comunidad, en especial señalar si está dispuesto a “deshinestrosizar” los cuadros directivos, a elegir decanos por méritos y en procesos democráticos, así como permitir el escrutinio de sus ejecutorias como profesional y miembro de la sociedad. De lo contrario, los lobos con piel de oveja van a tener su espacio servido.
Tengo fe y confianza en que los consejeros de la lista independiente de Erik Tremolada y los representantes de los estudiantes no serán inferiores a esta responsabilidad histórica. Son ellos los llamados a encender la luz que nos saque de las tinieblas para que el discurso de pluralismo y democracia que se predica en los salones de nuestro Externado, se practique de nuevo. Del consejero Jaime Duarte espero poco. Por el desayuno se sabe cómo será el almuerzo.
En mi columna anterior hice mención al nombre de la profesora Emilsen González de Cancino, cuyo nombre vine ambientando un grupo de profesores más por conveniencia que por convicción. Tiene todos los merecimientos para aspirar, así algunos con la cabeza caliente pretendan imponerle vetos por cuenta de lo que piensa, dice y hace su hijo Iván, litigante fogoso con quien poco coincido en sus posturas políticas e ideológicas. Tal proceder no solo es injusto sino contrario al talante externadista. Sugerir siquiera que las preferencias y simpatías políticas de su hijo condicionan el proceder siempre recto y justo de la profesora Emilsen, es más que un disparate. Otra cosa es ella deba hacernos saber si aspira o no a ser rectora, o si se trata de lanzamientos inconsultos a los que no le jala. En todo caso, todos los aspirantes deberán pronunciarse sobre los temas sensibles de la universidad si quieren suceder a Henao.
También ha hecho saber su interés en participar de la contienda el ex ministro Andrés González, que no la tiene fácil por cuenta de su cercana relación con los Hinestrosa que hoy, quien lo creyera, es un pesado lastre. Algunos sostienen que el nombre del ex fiscal, ex ministro y externadista de quilates, Alfonso Gómez M, entraría al sonajero. Amanecerá y veremos.
Al lado de estos nombres -todos de primera línea-, si es que deciden aspirar, qué bueno sería ver en el partidor a Ramiro Bejarano G, externadista de predica y obra, quien sin duda guiaría la universidad con carácter, decencia y dedicación como conclusión de su brillante y respetada trayectoria académica; o a Hernando Parra N, conocedor como pocos de nuestra universidad, representante de una generación de externadistas que reclama con razón su espacio, quien ya demostró que no hace genuflexiones a quienes no las merecen.
De manera que por fortuna hay varios nombres para candidatos. Con merecimientos, conocimientos y bríos. Por eso señores consejeros no hay que hacer eco de las propuestas que apuntan a una elección secreta o a manipulables encuestas, en las que Henao puede meter un “gallo tapao” ¡Queremos oír a los candidatos! Al cuadrúpedo no le pasan el bisturí dos veces.
Posdata: Nunca es tarde para reconocer a quienes desde distintos frentes denunciaron las tropelías de Henao y sus consejeros de bolsillo, así no siempre haya compartido las formas. Hoy, cuando la esperanza de cambio existe, debo mencionar a Juan Simón Vásquez, representante de los estudiantes que fue una verdadera piedra en el zapato para Henao y M. Hinestrosa. Su voz se hizo sentir y desde EL RADICAL hizo denuncias serias, algunas de las cuales siguen sin respuesta. El profesor Jorge Perdomo, quien a pesar del ostracismo al que han querido condenarlo, no se amilanó y sentó con firmeza sus posiciones en las redes y en este medio de comunicación como colaborador ocasional. Y también Eduardo Montealegre, que renunció a su condición de profesor, pero no a la de externadista y reclamó por la democratización del Externado desde distintos frentes.
Asuntos financieros, para definir unas metas presupuestales sensatas el siguiente año; nuevos y más flexibles planes de financiación y refinanciación para los estudiantes; y el retorno progresivo a la presencialidad, son, entre otras, los asuntos más importantes que se deben resolver en el Externado.
Retos inmediatos para el renovado consejo directivo
Asuntos financieros, para definir unas metas presupuestales sensatas el siguiente año; nuevos y más flexibles planes de financiación y refinanciación para los estudiantes; y el retorno progresivo a la presencialidad, son, entre otras, los asuntos más importantes que se deben resolver en el Externado.
Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Para los nuevos miembros de nuestro consejo directivo son muchas las tareas que le impone la situación actual de la universidad y del mundo en general. La situación financiera, el retorno gradual a la presencialidad y los ajustes de los planes de estudios para hacerlos compatibles con los nuevos instrumentos de docencia provistos por la tecnología, hacen parte de la extensa agenda de su trabajo.
La temática financiera resulta preponderante, no solo porque será necesario estructurar unas metas presupuestales sensatas para el año 2021, de cara a la incertidumbre sobre el número que alcanzarán los matriculados el año entrante, sino ante todo porque se hace necesario mitigar el grave déficit que viene arrojando la operación de la universidad desde hace varios semestres, que se ha venido cubriendo con ingresos extraordinarios, producto de inversiones accionarias, cuyos rendimientos empezaran a escasear habida cuenta de los efectos de la pandemia en todos los sectores de la economía. Los análisis sobre esta materia deben extenderse también a nuevos y más flexibles planes de financiación para los estudiantes, y de paso también a los de refinanciación, especialmente para aquellos alumnos que registren deudas pendientes por períodos ya cursados, de manera que puedan reincorporarse de nuevo a la actividad académica.
De otro lado, se impone considerar lo relativo al retorno progresivo a la presencialidad, todo lo cual exige un programa que se amolde al comportamiento del virus en nuestro medio, y para lo cual la universidad ya cuenta con un protocolo de bioseguridad que parece bien sustentado, sobre el cual podrá admitir aquellos estudiantes que decidan voluntariamente regresar a la sede durante el primer semestre de 2021. Sin embargo, resulta deseable que nuestros directivos tomen en cuenta la experiencia de universidades de otras latitudes, muchas de las cuales han invitado a los profesores a retornar a las aulas, para impartir desde allí la clase virtual mediante un sistema de pantalla universal que conecta a todos los estudiantes, presenciales y no presenciales, con posibilidad de intervenciones y debates en tiempo real. Otras instituciones han dispuesto un método combinado con asistencia alterna de grupo de alumnos, según el aforo permitido para cada aula, y finalmente no pocos centros académicos han optado por promover encuentros presenciales, sólo para adelantar prácticas y discusiones grupales con el profesor, pero en espacios abiertos y preferiblemente al aire libre, dentro de los mismos campus, de tal suerte que se empiece a recuperar así el arraigo físico del estudiante a su casa de estudios.
Finalmente, se hace necesario también reformular algunos planes de estudio en las diversas facultades, con miras a determinar aquellas asignaturas que pueden ser asumidas por los estudiantes mediante metodologías no presenciales, de manera que se privilegie aquellas donde la presencialidad resulte verdaderamente relevante. Este propósito puede conducir a una modificación de la infraestructura de la universidad, para disponer en el futuro de menos espacios físicos dedicados a impartir la cátedra magistral, y de más espacios de encuentro para conversación, discusión y trabajo académico, probablemente en grupos menos numerosos respecto de aquellos a los que tradicionalmente estábamos acostumbrados en el Externado.
La presencialidad regresará, pero la virtualidad no se irá, y por tanto nos corresponde a todos asumir el compromiso de adaptarnos, innovar y evolucionar. Es momento de recordar a Bronosky por su frase en la gran obra, El Ascenso del Hombre, “Las grandes evoluciones de la humanidad se han dado a partir de las rupturas epistemológicas con el pasado”.
El nuevo consejo directivo, dentro de los varios, tiene el encargo de institucionalizar a la universidad bajo los principios de la transparencia y la democracia. Su éxito depende de la independencia y responsabilidad con que asuma el encargo.
El nuevo consejo directivo, dentro de los varios, tiene el encargo de institucionalizar a la universidad bajo los principios de la transparencia y la democracia. Su éxito depende de la independencia y responsabilidad con que asuma el encargo.
Por: Saúl Sotomonte.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
El no haber tenido un proyecto de universidad, sino la entrega del poder administrativo, académico y patrimonial de la misma a personas sin formación para atender cualquiera de esos frentes, la ha sumido en una profunda crisis que se nota en todos los órdenes, dando lugar a su vez a una crisis de confianza y de credibilidad por parte de la comunidad externadista, en la que se vive una desarticulada y silenciosa división. Situación agravada por la falta de liderazgo, de un propósito común y de un verdadero paradigma. En lugar de cambiar el manejo personalizado de la administración anterior, no obstante, los buenos resultados, lo que se hizo fue desarticularlo sin el más mínimo cuidado y en su lugar se fue creando un escenario de amigos que justificaran el proceder y de no amigos para responsabilizarlos de la crisis que ya empezaba, adornado todo con deshilvanados discursos sobre la democracia y la transparencia.
En medio de esa situación se logró la renovación profesoral en el consejo directivo, de cuyos elegidos se espera todo ya que ésta es una histórica oportunidad en donde se debe definir si lo que debe prevalecer es el interés de un grupo sin título alguno o el de la institución Fundación Universidad Externado de Colombia, la que por su propia naturaleza no tiene propietarios sino beneficiarios, y éstos son sus estudiantes. Por eso señores directivos: su compromiso es con la institución no con las personas y por ello mismo con o sin reformas estatutarias, no pueden colaborar con el continuismo personalizado, con la desinformación imperante, la falta de transparencia y de democracia.
Se esperaba que con el cambio de representación profesoral el manejo se modificaría, pero no; fue todo lo contrario: no dan a conocer el proyecto de acta de la última reunión del consejo anterior, para su discusión y aprobación, quitándole así legitimidad a decisiones anteriores. Se quiere desconocer el histórico derecho de los suplentes de los estudiantes a asistir a las reuniones, cuyo aporte ha sido ejemplar. Le entregan a los nuevos, parte del resultado de la frustrada auditoría, afirmando que no se pudo más por fallas en el cuestionario planteado, sin informarles que ellos conocían de antemano de tales falencias que les fueron comunicadas oportunamente por los auditores. Tampoco les manifestaron que no habían tenido la diligencia en solicitarle al consejo directivo el cambio del cuestionario y así haber logrado el resultado esperado. De todas maneras, lo que se encontró quisieron ocultarlo y en ese momento, el rector manifestó que asumía su responsabilidad respecto de dos hallazgos reportados y que si se quería una nueva auditoría estaría de acuerdo. Dicha auditoria se solicitó posteriormente en varias oportunidades sin éxito. Inclusive, en la última reunión del anterior consejo se presentó la solicitud, de la que aun esperamos el acta. La auditoría solicitada no requiere aprobación del consejo y menos del rector, ya que ellos harían parte de los auditados.
Con el ánimo de construir debe facilitarse la comunicación entre los antiguos y los nuevos miembros del consejo directivo, pero no se ha facilitado ni siquiera un encuentro de manera protocolaria, siendo que es deber de los antiguos hacer entrega de su gestión con la información requerida. Con varios de ellos ni siquiera nos conocemos personalmente. Ya se está en los preparativos para la elección del nuevo rector, lo que exige mayor transparencia, por lo que le pedimos al nuevo consejo directivo acertar en su designación. Que sea una respetable personalidad, que no solamente sea un reconocido académico, que conozca la universidad integralmente; sino que con su comportamiento pasado y presente sea un buen ejemplo para nuestra juventud. La crisis es de tal magnitud que este cambio de rector se da en una coyuntura histórica para recuperar la grandeza institucional propósito común, uniendo a la comunidad externadista liderada por el consejo directivo. Razón por la que esperamos que toda iniciativa deba ser divulgada y consensuada. No se pueden dejar llevar por el anuncio de grandes reformas. Lo que no se quiso hacer en más de ocho años, no se puede conseguir en menos de seis meses. Debemos responderle a la Institución y a las futuras generaciones.
Cuando hablo de Henao, me refiero al doctor Juan Carlos Henao, rector de la Universidad Externado desde 2012. Estudiante adelantado, que siendo muy joven se graduó como abogado para luego especializarse y doctorarse en derecho público en Francia.
Cuando hablo de Henao, me refiero al doctor Juan Carlos Henao, rector de la Universidad Externado desde 2012. Estudiante adelantado, que siendo muy joven se graduó como abogado para luego especializarse y doctorarse en derecho público en Francia.
Por: Felipe Zuleta.
Egresado de la Universidad Externado de Colombia.
Cuando hablo de Henao, me refiero al doctor Juan Carlos Henao, rector de la Universidad Externado de Colombia desde el 2012. Estudiante adelantado siendo muy joven se graduó como abogado de esa universidad para luego especializarse y doctorarse en derecho público en Francia. Henao fue destacado magistrado y presidente de la corte constitucional.
No voy a escribir hoy sobre su desempeño como rector de la universidad, pues es claro que la institución está resolviendo sus conflictos de manera democrática, como debe ser.
Quiero referirme a la entrevista que el profesor Henao le concedió esta semana a Juan Roberto Vargas, director de Noticias Caracol, sobre la propuesta del exsenador Uribe y sus congresistas de acabar con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
La entrevista, con las acertadas preguntas de Juan Roberto, (a quien criticaron los uribistas), le permitió al doctor Henao la posibilidad de dar con sus respuestas una clase de derecho constitucional colombiano. Recordemos que Henao fue uno de los arquitectos de la JEP, luego tiene perfectamente claro lo que significa esta jurisdicción para el país.
No dudó el rector en calificar como una locura la idea de acabar con la JEP. Explicó claramente las consecuencias que esto tendría para el país. Hizo críticas a través de preguntas, como lo hace un buen profesor. ¿Qué se hace con los guerrilleros desmovilizados? ¿Cómo podría el país pasarse por la faja las sentencias de la corte constitucional que avalaron la aprobación del acuerdo de paz a pesar de que por un pequeño margen ganó el NO en el plebiscito? ¿Qué hacer con la reparación de las víctimas? ¿Le devolvemos las armas a los desmovilizados?
Sostuvo además el profesor Henao que hay muchas personas que nunca quisieron entender que los que llegan a la JEP deben hacerlo contando la verdad de los crímenes que cometieron. De no hacerlo quedan expuestos a las condenas de la justicia ordinaria. Recordó, entre otras afirmaciones, un principio que los uribistas no quieren entender. “La democracia se hace en disenso, no en consenso”
Uribe y sus congresistas no se han tomado el trabajo de pensar en las respuestas a esas preguntas y en las afirmaciones del profesor Henao porque quieren seguir incitando a la polarización del país. Pero más que eso lo que quieren es hacerse una constitución a su medida, pues como lo he dicho en el pasado, a los uribistas solo les gusta el estado de derecho cuando garantiza sus derechos, así se atropellen los de los demás. ¡Insensatos e irresponsables!
Es preocupante y grave que el proceso de paz siga siendo tema de disputas políticas, cuando es claro que Colombia es mucho mejor con los exguerrilleros haciendo política. Este proceso, construido con paciencia y filigrana por el expresidente Santos fue ejemplo en el mundo y debe respetarse pues es un compromiso de estado. A este paso Uribe y su gente van a acabar con nuestra ya ajada democracia y manoseada constitución.
Se abre un nuevo capítulo en la historia del Externado, favorable a su institucionalización y democratización. EL RADICAL se complace con los resultados de la elección, saluda a los nuevos Consejeros y les ofrece sus páginas.
Se abre un nuevo capítulo en la historia del Externado, favorable a su institucionalización y democratización. EL RADICAL se complace con los resultados de la elección, saluda a los nuevos Consejeros y les ofrece sus páginas.
Se llevaron a cabo por fin las elecciones de profesores al consejo directivo de la Universidad y su resultado arroja una luz de optimismo sobre el futuro del Externado. Atrás quedaron todos los obstáculos y triquiñuelas impuestos por los organizadores del evento, así como las restricciones a los votantes y hasta los problemas técnicos a la hora de votar. Con sus votos, los profesores castigaron de modo abrumador al rector Henao a su equipo de administración, encabezado por la secretaria general Marta Hinestrosa y la decana de Derecho Adriana Zapata. De los 681 votos depositados, 457 lo fueron por listas de candidatos que se oponían al modo opaco y arbitrario con el que se ha gobernado el Externado durante estos años.
A pesar de esa merecida reprimenda, el rector ha debido reconocer públicamente, el mismo día de las elecciones, que respeta los resultados y que se somete al mandato expresado en la votación. Habría sido un pequeño gesto de grandeza que habría permitido comenzar desde ese mismo día la recomposición de la Universidad y la preparación de las reformas que se requieren. No ha sido así. Ha preferido continuar con su estrategia insidiosa de propalar infundios sobre quienes no están de acuerdo con su modo de proceder y pedirle a otros que hablen por él e intenten sostener por unas semanas más el cascarón triunfalista con el que ha pretendido resguardarse durante estos años, sin éxito alguno.
Pero en fin, dentro de poco la administración de Henao será un recuerdo y el Externado seguirá adelante para recuperar todo lo perdido. Bien lo han recordado muchas personas durante esta semana, evocando la segunda parte de la frase que lleva el escudo del Externado: “¡La luz no se extingue!”. En las celebraciones del resultado electoral era evidente el compromiso de muchos, incluso gentes ajenas a la coyuntura de la votación, con la restauración de esa Universidad de vanguardia para Colombia que ha sido históricamente el Externado: pujante, libertaria, progresista, laica y rigurosa.
Así las cosas, los ocho miembros del nuevo consejo directivo (seis profesores, dos estudiantes) tienen por delante un tremendo desafío: en sus manos está modernizar la penosa administración que ha tenido atascada a la Universidad, expandir sus horizontes académicos, acabar con el maltrato laboral a los profesores y empleados, y garantizar estabilidad en sus empleos, darle cabida a las iniciativas de los estudiantes, recomponer las relaciones rotas y fijar los propósitos comunes de esa comunidad plural, deliberante y exigente de personas libres que forma la Universidad.
EL RADICAL seguirá empeñado en la democratización, institucionalización y modernización de la Universidad. La convocatoria a elecciones, muy a pesar del anhelo que tenía la actual administración de perpetuarse, ha sido un logro importante de quienes desde estas páginas veníamos reclamándolo hace ya casi tres años, como un paso inicial para la recuperación de la Universidad. El trabajo rebelde y periodístico de este periódico movió los cimientos del Externado y creó las condiciones para que pudiera disentirse de lo que antes no se podía.
EL RADICAL seguirá ejerciendo su función crítica, de manera que quienes creen que aquí termina este esfuerzo maravilloso de decir la verdad y soportar la persecución y hasta la estigmatización y exclusión de algunos supuestos amigos, están equivocados.
Es también pertinente aclarar que EL RADICAL no patrocinó ninguna lista para las elecciones, ni forma parte del equipo de trabajo de ninguna de las personas elegidas.
En estas mismas páginas se publicó, en la edición del 21 de agosto de 2020, un manifiesto con veinte propuestas para la reforma de la Universidad (si quiere leerlo, haga clic aquí), manifiesto que resume el ideario, el compromiso y los anhelos de quienes hemos sostenido el periódico. Para la realización de esas propuestas el nuevo consejo directivo encontrará en las páginas de este periódico un aliado leal y diligente. Si por el contrario, el nuevo consejo directivo prefiere mantener las cosas como están, encontrará aquí la misma desaprobación y reclamos que hemos dirigido a la administración actual. Pero sea cual sea el giro que de ese consejo, encontrará en estas páginas escrutinio sin complacencia, crítica racional y llamado al debate permanente de ideas.
Si algo quedó atrás con las elecciones del 30 de septiembre fue el Externado de los conciliábulos, del vasallaje, la adulación, el miedo y el secreto. Pierden su tiempo quienes, aferrados a esos disvalores, pretenden sembrar la discordia entre quienes vamos a sacar adelante la Universidad, sí o sí.
Finalmente, EL RADICAL entiende que está derribada la barrera del miedo y de la intimidación que les impidió a muchos atender la invitación a escribir en estas páginas. Les reiteramos que aquí hay cabida para todos los externadistas de todas las horas. ¡Bienvenidos!
Los resultados de las elecciones del pasado 30 de septiembre pueden significar mucho más que la simple renovación de unos escaños en el consejo directivo de la Universidad Externado.
Los resultados de las elecciones del pasado 30 de septiembre pueden significar mucho más que la simple renovación de unos escaños en el consejo directivo de la Universidad Externado.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
De mi vida en el Externado recuerdo ya varios momentos con una importante carga simbólica que han sellado el carácter de la institución. No soy, por supuesto, de la generación que le plantó cara al dictador Núñez y fundó en un salón alquilado una escuela de Derecho en las narices del palacio de gobierno, de modo que los profesores que el régimen había echado de la Universidad Nacional pudieran continuar con su servicio docente. Tampoco de aquella que con el profesor Restrepo Piedrahita a la cabeza se tomó la sede de la Radiodifusora Nacional el 9 de abril de 1948, ni de la que desentejó la vieja sede de la Universidad el 27 de mayo de 1969, para protestar contra la presencia en Colombia del vicepresidente de los Estados Unidos, mister Nelson Rockefeler, y que dio lugar a la fundación de un movimiento estudiantil con esa fecha, que evocaba lo ocurrido exactamente un año antes en París.
Pero sí alcancé a vivir como estudiante algunas huelgas universitarias de los años 80 del siglo pasado (“asamblea permanente” era el término que utilizábamos) en las que se reivindicaba desde la rebaja del precio de las matrículas hasta el cambio de los profesores “paquete” que medraban por ahí, y también soy de esos estudiantes a los que de un momento a otro nos tocó asistir, en el día más aciago de la Univerisdad, al funeral de nuestros maestros asesinados en el palacio de justicia.
Aún hoy se me quiebra la voz cuando tengo que hablar de esa ceremonia fatal y lúgubre que tuvo lugar en auditorio del bloque “D” de nuestra sede, entonces el más grande que teníamos, y el mismo en el que cuatro años después, ya como novel profesor, estuve en los debates ardientes y fervorosos que condujeron al movimiento de la “séptima papeleta” que dio inicio a la Constitución que hoy nos rige. Estuve también en la asamblea general súbita que convocó en abril de 2012 el profesor Ramiro Bejarano para protestar contra la inminente elección de un nuevo rector sin suficiente consulta a la comunidad universitaria, asamblea que fue también un grito de protesta contra algunos de los candidatos a ese cargo.
En todos esos momentos, más allá del episodio, estuvo presente ese Externado “de base”, rebelde y activo, que no se extingue y que ha superado las adversidades que tantas veces hemos tenido que enfrentar.
Lo del pasado miércoles 30 de septiembre podría parecer muy distinto, porque fue una votación aparentemente muy aséptica, programada, on line, y con cada quien desde su casa. Sin embargo, tuvo esa misma carga simbólica y por tanto vuelve a marcar el destino del Externado.
A pesar del cierre del campus por la pandemia y de todos los obstáculos que los organizadores le pusieron al evento electoral, una abrumadora mayoría de profesores le dio la espalda a la forma como se ha gobernado la Universidad en los años recientes y votó por un cambio de época en nuestra institución. Mi teléfono atiborrado de llamadas remplazó, en la medida en que eso es posible, a esa multitud ruidosa de gentes del Externado que se habrían abrazado, muy ilusionadas, de solo pensar en los cambios que se perfilan a partir de ese resultado electoral.
Creo que los principales cambios que pueden venir para nuestra Universidad, y que los consejeros elegidos no se pueden dar el lujo de desperdiciar, pueden sintetizarse así:
Institucionalización. Es imperiosa una reforma estructural del Externado, para despersonalizar el gobierno de la Universidad y darle la fisonomía institucional que le permita persistir, no ya gracias al liderazgo de un gran prohombre, sino a la combinación de muchas inteligencias que trabajan por una causa común. Nuestra Universidad va a dejar de ser identificada con una persona o una familia, va a ser menos autoritaria en su funcionamiento, más democrática y transparente, y sus estudiantes y profesores serán más altivos y deliberantes. Ojalá todo eso se vea reflejado en un muy pronto cambio de los estatutos y los reglamentos.
Giro. El centro de mando de la Universidad se va a desplazar de la rectoría al consejo directivo. Hasta ahora hemos tenido rectores muy poderosos dentro de la Universidad, tremendamente buenos o tremendamente malos, acompañados de consejos directivos prácticamente inanes, que apenas refrendaban los actos rectorales. Todo indica que esa época llegó a su fin. Las personas elegidas la semana pasada gozan de amplia legitimidad, tienen importantes ideas sobre la transformación de la Universidad y son, en su mayoría, de esos externadistas de base que no creen en cuentos de sangre azul ni le deben vasallaje a nadie. El inminente relevo en la rectoría seguramente dará cuenta de ese giro.
Modernización. Aunque nos duela reconocerlo, el Externado hace rato huele a naftalina. Los sistemas de enseñanza que utilizamos están revaluados hace lustros, la rigidez de los planes de estudio ya no se considera virtuosa y la brecha entre los principios de la Universidad y sus prácticas administrativas es cada vez mayor. Todo eso lo han padecido los nuevos miembros del consejo directivo, así que muchos esperamos, fundadamente, que abran las ventanas del alma mater para que demos un salto de modernización que nos vuelva a identificar con nuestro modo de ser.
Racionalidad. Si algo quedó claro en las pasadas elecciones es que el obstruccionismo para impedir los debates y la apelación a la descalificación, la mentira y el insulto a los contradictores, NO logró persuadir a la mayoría de profesores sobre cómo se construye y mantiene una Universidad respetable y decente, y menos aún a los estudiantes, cuyo espíritu crítico ha sido nutricio siempre para la Universidad. Cuando quienes hoy se refugian en la maledicencia se animen a debatir con la razón, se reencontrarán con el Externado deliberante y riguroso, pero fraternal, que no lograron destruir.
El rector se equivocó si pensó que su oposición en el Externado solo era de “cuatro gatos”. Las elecciones confirmaron que nos multiplicamos, que el inconformismo venció al miedo y que nos convertimos en 457 votos libres que no le caminaron al Dr. Henao.
El rector se equivocó si pensó que su oposición en el Externado solo era de “cuatro gatos”. Las elecciones confirmaron que nos multiplicamos, que el inconformismo venció al miedo y que nos convertimos en 457 votos libres que no le caminaron al Dr. Henao.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
No olvido ese día de junio del año pasado. El Dr. Henao irrumpió en la clase de posgrado que dictaba en Bucaramanga en un salón del antiguo Hotel Bucarica. Hablamos frente a frente de la oposición que estábamos ejerciendo desde EL RADICAL, así como de la situación de nuestro Externado. Me insistió con sus argumentos livianos en que todo estaba bien. Que estábamos “exagerando la nota”. Que eran “rabias personales” sin fundamento. Cuando se retiraba le dije con sinceridad que no se equivocara, que había mucho inconforme con su manejo de la Universidad. Su respuesta, expresada con ironía y soberbia inocultables fue: “son cuatro gatos”, en clara alusión a los profesores -cinco en realidad- que, contra viento y marea, soportando el estigma de querer dividir la universidad, padeciendo infundios, calumnias, enemistades y persecución estábamos decididos a demostrar que el rumbo estaba extraviado.
El pasado 30 de septiembre, luego de veintidós años hubo elecciones. Tendrían que haber estado mejor organizadas y haber sido presenciales. Pero los asesores del quinto piso pensaron que era su mejor escenario. Salían con dos listas milimétricamente confeccionadas. Cinco puestos del consejo directivo eran su objetivo y sus cuentas alegres. “Iban a barrer” decían, y muchos pensamos que así podía ser. Los decanos estaban al frente del operativo. Pero los “cuatro gatos” se multiplicaron. El inconformismo venció al miedo y se volvieron 457 votos libres que no le caminaron al rector. El 67% del depurado censo electoral.
Sí, a pesar de que ahora anden repitiendo que no tenían listas, que López Roca armó solito la suya; que Alejandro Beltrán se postuló por cuenta de alguna revelación; que Barbosa jamás habló con Bernal y que nada perdieron porque por nada iban, los hechos son tozudos: el oficialismo perdió. En la derrota se terminó de conocer a Juan Carlos Henao. Pantallero por excelencia esta vez se limitó a felicitaciones privadas y a activar su “free press” soportada en la pauta pagada de la Universidad para que en medios digan que no se va y no lo tumbaron, como si ese hubiera sido alguna vez el objetivo. Le faltó gallardía. Desperdició la oportunidad de llamar a la unidad y de recordar que el Externado es de todos: plural y democrático.
¡Ganó el talante Externadista! Ganaron Erik Tremolada, Diego Aponte y Marie Eve cuyo programa coincidía (y bastante) con nuestra visión de lo que debe ser el Externado. Y Jaime Duarte que tampoco estaba con Henao. Y ganaron también Alejandro Beltrán y López Roca, porque el Externado es de todos y cabemos todos. Para ellos mis felicitaciones, con la esperanza de que las nuevas mayorías recuperen el rumbo perdido y lleven a la rectoría a un Externadista de quilates, que por fortuna los hay. Que lideren el proceso de democratización y le den transparencia al manejo de las finanzas; que manden a la junta del Grupo Bolívar un representante que esté en capacidad de velar con solvencia por tamaña inversión. Que le den estabilidad a los docentes y trabajadores. Que logren que las decanaturas y departamentos dejen de ser feudos inexpugnables. Que actualicen el pensum. Que pongan filtro al ingreso a los posgrados. En fin, tantos pendientes del Dr. Henao.
Y aunque no tuvimos lista, ni candidatos, ganó EL RADICAL. Ni siquiera nuestros malquerientes pueden negar que fuimos la voz de muchos y por cuenta de nuestra oposición fundada nombraron decana, así no haya llenado las expectativas, y se convocaron estas elecciones. Henao quería que este consejo eligiera su sucesor. Esa es su gran derrota. Dicen por ahí que el primer paso no nos lleva a donde queremos llegar, pero sí nos saca de donde estábamos. Mi reconocimiento a Ramiro Bejarano, Néstor Osuna y Hernando Parra por su firmeza, determinación, compromiso y amor por el Externado. Especial saludo a Saúl Sotomonte, que por atreverse a hacer oposición desde el consejo tuvo que soportar los malos tratos y la grosería con la que Henao impone su autoridad. Seguiremos en la tarea. ¡Adelante Externado!
Posdata: Bienvenida la candidatura rectoral de la Dra. Emilsen González de Cancino. Entre sus tantas enseñanzas recuerdo la de que la de las siete colinas era la ciudad por antonomasia. Ella es nuestra maestra por antonomasia. Sin mácula. Humanista, académica y ponderada. Tiene todos los méritos y todas las cualidades. Lástima que quienes ahora la candidatizan pensando en ellos más que en la Universidad, hayan guardado silencio cómplice cuando se le negó su derecho a ser la primera decana de derecho. En todo caso, importante saber qué piensa de la actual administración y de sus más encopetados funcionarios, entre otros temas. El voto castigo fue para ellos también por su mala gestión.
Bienvenidos los nuevos tiempos en los que ojalá recobremos la convivencia y el espíritu libre de una Universidad Externado que demostró que no se somete a la intolerancia.
Bienvenidos los nuevos tiempos en los que ojalá recobremos la convivencia y el espíritu libre de una Universidad Externado que demostró que no se somete a la intolerancia.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Es increíble que el rector Juan Carlos Henao ante el contundente resultado que arrojaron las accidentadas elecciones de profesores al consejo directivo, en vez de haber tenido una posición gallarda y reconciliadora, optó por las felicitaciones en privado a los ganadores y por hacer una ronda de medios para mitigar el “muendazo” que recibió su pésima administración.
Tal parece que Henao y su cohorte no entendieron el mensaje que la comunidad externadista consignó en las urnas, o si lo entendieron prefirieron ignorarlo, como han hecho con todo aquello que les represente voces contrarias a sus pareceres arbitrarios.
Lo que viene ahora es que el consejo directivo renovado tome inmediatamente el control de sus funciones y provoque una primera reunión si es que el rector Henao no lo hace. El derecho de estos miembros a reunirse, por fortuna, no depende de la voluntad omnímoda del rector ni menos de la secretaria general. Ese consejo, que sustituye al desgastado y desprestigiado que permaneció arrodillado 23 años, tiene voz propia y como demostrarlo.
Por los mensajes airados que los partidarios de las agresivas listas oficialistas difundieron en WhatsApp, en cuanto conocieron la derrota merecida que han sufrido, no queda duda de que si hubieran triunfado, no solo el Externado se habría disuelto, sino que los primeros pasos habrían sido en la dirección de una purga y de exclusión de aquellos profesores que se nos clasifica de indeseables por decir lo que pensamos y por no resignarnos a que impere el totalitarismo con el que quisieron aplastarnos. Tales voces altaneras y provocadoras desde la sombra tendrán que apagarse y serenarse, porque no es con infundios o calumnias ni con comunicados denigrantes como el cuerpo profesoral de la Universidad va encontrar de nuevo el rumbo que se extravió y dilapidó en las manos de Juan Carlos Henao, Marta Hinestrosa, Edgar Cortés y Adriana Zapata, entre otros, para solo hacer mención de los poderosos inquilinos del quinto piso.
La jornada electoral no fue del todo transparente, porque curiosamente algunos de los votantes “incómodos” tuvimos innumerables dificultades para poder ejercer el derecho a sufragar, no obstante que se había prometido, luego de un simulacro que no sirvió mucho, que dos gigantes empresas multinacionales manejarían este pequeño proceso electoral sin tropiezos. La verdad es que a TPS y Ernst & Joung les quedó grande la jornada, pues fueron muchas las incomodidades surgidas, que por supuesto se convirtieron en legítimas sospechas y manchas del proceso eleccionario.
De Henao ahora se sabe que hizo su recorrido en varios medios de comunicación para presentar de manera diferente la derrota sufrida y para advertir que nada le había pasado porque él de todas maneras dejará la rectoría en abril del próximo año. Equivocada estrategia. Desperdició la oportunidad de haber hablado cuando tenía que hacerlo, cuando era imperioso dirigirse a una comunidad que expresó una voluntad firme de que las cosas deben cambiar y que está a la expectativa de que se alivien los rencores y las rencillas. No se hizo oír Henao, ni tampoco al momento de escribir estas líneas lo ha hecho. Mal perdedor.
EL RADICAL no fue ganador ni perdedor en unas elecciones en las que ninguno de quienes participamos de este proyecto participó de las listas por decisión propia. Por supuesto no fuimos indiferentes a lo que ocurrió pues seguimos convencidos de que el papel de este esfuerzo periodístico, libre, contestario y firme tiene que seguir siendo el de estar vigilantes de los días que se avecinan para el Externado.
Estamos conscientes de que EL RADICAL puso la primera piedra que permitió construir este edificio remodelado de un Externado combatiente y listo para rescatar lo perdido y avanzar con paso enhiesto en el concierto nacional, como lo había hecho antes de esta tempestad.
Fue curioso sí, que quienes perdieron las elecciones en su desconcierto inicial empezaran a lanzar candidatos a la Rectoría y esta vez sí les resultó atractivo el nombre de la distinguida profesora de todos Emilssen González De Cancino, a quien sin embargo no les importó excluirla como Decana de la Facultad de Derecho para en vez de ella designar a Adriana Zapata, cercanísima amiga del rector, cuya gestión ha sido desastrosa, por decir lo menos. Si la doctora Emilssen hubiese sido designada Decana en su momento, muy seguramente las aguas alborotadas habrían retomado su cauce, pero pudo más el amiguismo y el dedo excluyente y/o benefactor de un rector embebido en sus propias equivocaciones e invencibles vanidades. Por supuesto que la doctora González De Cancino es una candidata inmejorable para todo, pero lo que sorprende es el oportunismo de quienes hoy la pretenden convertir en su tabla salvadora, seguramente esperanzados en que ella repetiría el experimento Henao.
El tema del futuro rector es importante, por supuesto, pero primero hay que convocar un proceso transparente, pluralista y que congregue a los externadistas en torno de la Institución y no en el culto a la personalidad de nadie. Eso es lo trascendente. Lo otro es el canto angustioso de quienes no se resignan a perder la mermelada.
La lección quedó aprendida. Nunca más un consejo directivo que se perpetúe tantos años en sus funciones. Esa experiencia resultó ingrata para la historia del Externado. Ahora acoplan nuevos tiempos en los que ojalá recobremos la convivencia y el espíritu libre de un Externado que demostró que no se somete a la intolerancia.
Los nuevos profesores del consejo directivo de la Universidad tienen una tarea titánica: poner en marcha el cambio y acabar con la desidia de una caduca administración.
Los nuevos profesores del consejo directivo de la Universidad tienen una tarea titánica: poner en marcha el cambio y acabar con la desidia de una caduca administración.
Por: Jorge Fernando Perdomo.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Con el resultado de las elecciones al consejo directivo de la Universidad Externado de Colombia resurgió la esperanza en los cambios necesarios para una total institucionalización de la Universidad. Sus nuevos miembros, por lo menos la mayoría de ellos, llegan allí como independientes, motivados por el deseo de cambio, democracia y desarrollo; aterrizan de forma propicia para arreglar el caos existente, no solo porque poseen excelsas calidades personales y académicas (así los perdedores de las listas oficialistas hayan empezado a descalificarlos), sino también porque precisamente han recibido un mandato contudente de los electores que con el voto rechazaron la política del secretismo y de la falta de transparencia de la actual administración de Juan Carlos Henao.
Harán equipo con los representantes de los estudiantes en el consejo directivo, a quienes desde aquí deseo hacerles un especial reconocimiento por la seriedad y profundidad con las que han venido debatiendo los problemas de la Universidad, así como por la prudencia mantenida durante el debate electoral; lo que se avizora es un equipo ganador. Reciben también el inmenso legado de maestros como Saúl Sotomonte, miembro del consejo que siempre y hasta el día de hoy orientó con sabiduría y experiencia, habló claro cuando ello fue necesario (y lo fue las más de las veces), no se dejó coptar y recogió frutos de su cosecha aunque en los últimos años tuviera que arar en tierra infértil; a él mi admiración y gratitud.
Pero el nuevo partido debe comenzar ya, cuanto antes, pues las necesidades abundan, hay mucho por hacer y el tiempo pasa rápidamente. Seguramente los electos se encontrarán con las tradicionales dinámicas de funcionamiento de la Universidad que son las que han impedido los cambios transformadores y con el ya conocido letargo rectoral. Ello, no obstante, es motivo suficiente para impulsar con vehemencia las nuevas ideas, abrir la Universidad hacia la sociedad-mundo y propiciar la unidad y la cohesión de toda la comunidad externadista, algo que ha querido ser resquebrajado por unos pocos a través de la estrategia de crear bandos.
Las propuestas de cambio se han venido construyendo en los últimos meses entre todos, a partir de lo expuesto por los mismos candidatos y listas, de lo que muchos estudiantes, profesores y funcionarios de la Universidad debatieron en público y en privado, y de lo que incluso nosotros desde EL RADICAL condensamos en veinte propuestas en una edición anterior. De todo ello, de esas reflexiones, deberá salir la ruta democrática externadista para los próximos años.
Auguro éxito a los nuevos miembros del consejo Directivo; tienen una tarea histórica ante sí y ella esta vez no es el continuismo, ni el ascendente autoproclamado, ni el descendente ejecutado. Simplemente deseo llamarla “institucionalización”, para que la Universidad camine hacia el progreso y se consolide como lo que todos queremos, la mejor Universidad de Colombia.
Adenda: inaceptable los comentarios destemplados y groseros de algunos profesores del Departamento de Derecho Penal de la Universidad refiriéndose a los nuevos miembros del consejo directivo y a otros profesores críticos a la actual administración.
Con el resultado de las elecciones ganó el Externado. Los nuevos miembros del consejo directivo recibieron un mandato inequívoco dirigido a recuperar la confianza de los externadistas en el destino de nuestra Universidad.
Con el resultado de las elecciones ganó el Externado. Los nuevos miembros del consejo directivo recibieron un mandato inequívoco dirigido a recuperar la confianza de los externadistas en el destino de nuestra Universidad.
Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
La jornada del pasado 30 de septiembre quedará registrada en los anales de la historia de la Universidad. Ese día, luego de 22 años, los profesores pudimos pronunciarnos de manera abierta por la lista de nuestra preferencia, con la visión puesta en lo que consideramos de mayor conveniencia para nuestra Casa de Estudios.
La manifestación decidida hacia un cambio en la orientación administrativa de la institución fue evidente, y ello despertó entusiasmo y generó esperanza. Calmada la euforia, los nuevos directivos habrán de asumir tareas difíciles, en un entorno en el cual encontrarán no pocas rémoras y una y que otra resistencia. Sin embargo, ese será el momento para no desfallecer en el intento y recordar que recibieron un mandato inequívoco dirigido a recuperar la confianza de los externadistas en el destino de nuestra Universidad.
Las labores inmediatas del nuevo consejo son múltiples y urgentes, pero no por ello deberán abandonarse los criterios de ponderación y debida moderación que seguramente le permitirán guiar su actuar de manera acertada. Cada uno de los directivos tiene un compromiso con sus electores y con el programa que enarboló, pero prioritariamente todos están llamados a obrar con espíritu de cuerpo, con la mira en los intereses supremos de la institución.
Lo primero que les aparecerá por desarrollar será lo relativo a la autoregulación de este órgano directivo, y para atender este imperativo, ojalá se empiece por abandonar del todo la práctica según la cual el consejo directivo era convocado solamente dos veces al año, con la agenda mayoritariamente dedicada a refrendar actos ya consumados. Dentro de esta misma labor, el nuevo consejo deberá definir además cuáles serán los temas específicos que habrán de ser materia de su consideración y aprobación antes de su ejecución por parte de la administración.
También será necesario como tarea inmediata, el conocimiento detallado del estado de ingresos y egresos de la Universidad, específicamente en lo relacionado con el origen del déficit que registra su operación, de manera que resulte posible adoptar con prontitud los correctivos apropiados, sobretodo antes de aprobar el presupuesto financiero del año venidero, con lo cual además podrá darse inicio a la aplicación de sanos métodos de disciplina financiera, que tanta falta han hecho en los últimos tiempos.
Ahora, si bien lo anterior resulta importante en la bitácora del nuevo consejo, esperamos que su trabajo esté acompañado de un notorio cambio de estilo, donde la inclusión, el respeto, la tolerancia y la transparencia se conviertan en los ejes de su funcionamiento, de manera tal que ello se irradie tambien hacia los demás estamentos académicos y administrativos de la Universidad, pues sin duda estarán llamados a seguir aquello que la cúpula profese.
La tarea de preservar el legado del Externado no quedó atribuida exclusivamente a los nuevos directivos, sino que, por contrario, continúa siendo una misión de todos nosotros, tanto de profesores, como de estudiantes, funcionarios y egresados. Sin embargo, requerimos el liderazgo de este nuevo consejo, para que definitivamente la luz no se extinga.
El nuevo consejo directivo tiene la responsabilidad histórica de institucionalizar la Universidad Externado bajo los supuestos de la democracia, la ética y la transparencia, reto histórico equivalente a aquel que sus fundadores enfrentaron.
El nuevo consejo directivo tiene la responsabilidad histórica de institucionalizar la Universidad Externado bajo los supuestos de la democracia, la ética y la transparencia, reto histórico equivalente a aquel que sus fundadores enfrentaron.
Por: Saúl Sotomonte.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Gracias a la insistencia de grupos de profesores y estudiantes, después de 25 años, contamos con un nuevo consejo directivo. Afortunadamente dentro de los elegidos llegaron personas íntegras, que piensan más en la institucionalidad que en compromisos personales.
El nuevo consejo tiene la fortuna y la responsabilidad de recuperar la Universidad, institucionalizándola bajo los supuestos de la ética, la democracia y la transparencia, reto histórico equivalente a aquel que sus fundadores enfrentaron. Todos debemos contribuir a que el nuevo consejo directivo logre la recuperación de la Universidad en términos administrativos, académicos y financieros.
Volvamos a la esencia: un ente sin ánimo de lucro, que por su propia naturaleza no tiene propietarios sino beneficiarios y estos son sus estudiantes. Lo que exige que el ejercicio de poder sea medido, responsable y protector de la democracia. Confío en que ahora, la transparencia en la gestión será ley fundamental y que la ética y el buen comportamiento serán ejemplo para la comunidad estudiantil, como un gran aporte al país, en la formación del nuevo ciudadano.
Le corresponde también al nuevo consejo dotar a la Universidad de un verdadero paradigma que responda a los requerimientos del nuevo entorno. Por ejemplo, ¿hacia dónde vamos y cuál será el rol del externadista ante la sociedad? ¿Queremos seguir entregando hombres mercancía o ciudadanos en condiciones de ser útiles en todo sentido?
Que nuestro escudo sea la formación de los estudiantes y que no sólo simbolice la cantidad de dinero con que se matriculen. Para ello, previamente se debe institucionalizar el Externado, a través de una gran reforma estatutaria, que se ha venido solicitando durante ocho años.
Este es el momento, llegó la oportunidad de renovarnos sin precipitarnos ni improvisar. Por eso estoy convencido que todos debemos participar en la construcción y que cualquier propuesta debe ser previamente conocida por la comunidad de estudiantes y profesores.
De hecho, me permito sugerir al nuevo consejo algunas recomendaciones para su consideración:
Establecer un manual de funciones que acabe con los vacíos de poder y segregación de funciones, de manera que prime la transparencia y trazabilidad de las acciones y decisiones.
Elaborar un Estatuto Profesoral que reglamente la carrera de los mismos, su ingreso, ascensos, estímulos, así como los requisitos y el período de los Decanos y el de los Directores de Departamento, etc. Así mismo, debe proteger la independencia de los profesores a pesar de su subordinación.
Establecer efectivos sistemas de control interno reforzados con oportunas auditorías externas, generando así confianza en el manejo de la institución. Esto supone que el Revisor Fiscal sea designado por el consejo de profesores, el que junto con el consejo de estudiantes deberán designar un veedor de la gestión.
Consagrar las causales de retiro del rector y de los miembros de consejo directivo.
La coyuntura histórica que atraviesa la Universidad Externado y con el resultado de las elecciones hace que algunos estén a la reconquista de los privilegios mediante actos sociales y otros quieran la recuperación institucional, anhelo que esperamos se cumpla con la gestión del nuevo consejo, al cual acompañaremos en su tarea orientada en este sentido.
Desde las páginas de EL RADICAL, quedamos expectantes frente a lo que vendrá, y sin rencor alguno reconoceremos el acierto de las actuaciones del nuevo consejo directivo del Externado, si actúa a la altura de su compromiso histórico.
Desde las páginas de EL RADICAL, quedamos expectantes frente a lo que vendrá, y sin rencor alguno reconoceremos el acierto de las actuaciones del nuevo consejo directivo del Externado, si actúa a la altura de su compromiso histórico.
El próximo miércoles 30 de septiembre tendrán lugar, con más de veinte años de retraso, las elecciones para renovar la representación profesoral en el consejo directivo del Externado. Muy pocos están dispuestos a reconocer en público que esa renovación se debe, en muy buena parte, a las ideas, críticas y propuestas que se han expuesto en este periódico desde su fundación. Es justo, sin embargo, agradecer a todos sus columnistas, permanentes y ocasionales, porque gracias a sus voces independientes y críticas por fin parece abrirse una hendija de democracia y de aire renovado en la dirección de nuestra otrora libertaria Universidad.
Lamentablemente, persisten nubarrones sobre la organización del episodio electoral, varios de ellos previamente advertidos también desde estas páginas. Ellos van desde la manipulación del censo electoral, del que se excluyó a más de quinientos profesores mediante una interpretación francamente inaceptable de los estatutos de la Universidad, hasta el desconocimiento de la garantía del secreto del voto que quedó en evidencia en el simulacro que se adelantó hace unos días. No solo eso: tales nubarrones pasan también por la contratación de las empresas que se encargarán del manejo de la votación y del escrutinio sin la aprobación por el consejo directivo, escogidos por el dedo soberano y autoritario de la Secretaría General y la Rectoría, así como por el diseño de un sistema electoral con listas bloqueadas que no se compadece con una elección profesoral cuyo potencial de votantes no llega a las mil personas y por la imposición de exigencias que no tienen ningún sentido, como la de firmas de respaldos electorales para la inscripción de las listas de candidatos. Nada de eso enaltece la organización de las elecciones ni brinda tranquilidad a los votantes.
No obstante, albergamos la esperanza de que a pesar de todos esos obstáculos, el certamen electoral logre desatascar a la Universidad y sirva como chispa que impulse toda la modernización, democratización e institucionalización que se requiere para superar la grave crisis a la que nos condujo la actual administración de la Universidad, y así mismo, para sanar las fracturas que ha dejado el manejo arrogante, dictatorial, arbitrario, opaco y errado de la “heredad sagrada” durante estos años. La persistencia de varias candidaturas independientes y su voz de compromiso con la construcción de una nueva gobernanza para la Universidad arrojan destellos de luz después de la larga noche. La voz siempre crítica y nada complaciente de los estudiantes y su representación también permiten augurar un mejor futuro.
Sean quienes sean los que resulten elegidos, es imperioso que recuerden siempre que su compromiso será con la Universidad y no con las personas que integran la administración actual o sus aliados. Igualmente es importante que entiendan que ese puesto de privilegio no les concederá licencia para perseguir y censurar la protesta, ni la de los estudiantes ni la de los docentes, ni para valerse de panfletos para poner en el escarnio a la disidencia, como lamentablemente ha ocurrido recientemente con el patrocinio y el visto bueno de la rectoría, la secretaría general y la decanatura de derecho. Desde EL RADICAL se mantendrá una visión independiente y crítica que escrutará sus actuaciones, sobre las cuales hay grandes expectativas, represadas por muchos años. La necesidad de tomarse en serio las actividades de investigación, la elaboración de un estatuto profesoral que brinde garantías de permanencia, ascensos y remuneración justa para los docentes, la renovación del equipo administrativo de la Universidad, son todos temas inaplazables que han surgido en los debates previos a la votación de la próxima semana. A partir de ese día, serán tareas urgentes, a la cual se une la de no torpedear la fundación de un sindicato profesoral y de empleados del Externado que garantice su estabilidad y la protección de sus derechos.
No estamos seguros del buen término del certamen electoral del 30 de septiembre de 2020, pero cualquiera que sea el resultado, la Universidad está obligada a adoptar un viraje hacia la recuperación del lugar que antaño tuvo en la academia colombiana y latinoamericana, y también hacia su modernización. Eso implica no solo cambiar de capitanes del barco, sino enderezar el rumbo, para que de verdad nuestra Universidad vuelva por el sendero libertario que históricamente la justifica, que no se utilicen los cargos administrativos de dirección en beneficio personal de los ungidos, y, en fin, que lo que viene interprete las claras señales de cambio y rectitud que a gritos está reclamando una comunidad Externadista que llega con desgano a unas elecciones, en las que se han lanzado candidatos afines al quinto piso. Ojalá entiendan que es preciso que desciendan de ese falso pedestal, por el bien propio, pero principalmente por el de la Universidad.
Desde las páginas de EL RADICAL quedamos expectantes frente a lo que vendrá, con la mirada puesta en un futuro pluralista, transparente y seguro de nuestro amado Claustro, con la esperanza de que quienes lleguen al consejo directivo no entreguen su alma a quienes han deshonrado la Universidad y actúen a la altura de su compromiso histórico.